8.Miedos

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Todo el mundo tiene miedo. Pero no todos saben lo que es. El miedo es 'un sistema de alerta' de que algo va mal o simplemente algo te hará daño.
'Ese miedo se podría ver en mis ojos cuando entre en el despacho de mi jefa y lo vi. Las piernas me temblaban y la bandejita que llevaba entre las manos se escurria poco a poco entre mis dedos para después impactar contra el frío suelo.
Me quede inmóvil, mirando a la nada.'

Sacudí la cabeza olvidándome de esos pensamientos y puse la bandeja encima de la mesa sin quitarle ojo al hombre del ascensor. Mi jefa se levantó.

-Ginebra, te presento al sr.Lessing. Desde ahora y por recomendación personal, pasaras a ser su nueva secretaria.

Mis ojos se abrieron de par en par. Era mi jefe y no me lo había dicho. No pude abrir la boca y por eso lo hizo el. Yo lo único que pude hacer es asentir con la cabeza.

-Srta. Lopéz, espero que hagamos un excelente equipo juntos y nos compenetremos para tratar distintos asuntos.- sonrió. De una forma picara y oscura. Algo iba mal y volví a sentir miedo.

-Disculpenme, no les voy a molestar mas. - dije a modo de despedida, para salir de allí lo mas rápido posible.

Al darme la vuelta una voz femenina me volvió a llamar.

-Ginebra, recoje tus cosas. Tu nuevo despacho esta conjunto al del Sr. Lessing. Ves llevando tus cosas.- dijo con total formalidad y profesionalidad. Bueno debía de tenerla y aunque no la tuviera, debía fingir delante del jefazo.

-Si Señora Ramirez. Enseguida. -Volvía hacia la puerta y salí de ese infierno. Necesitaba pensar un poco mientras cojia mis cosas.

¿Por que no decirme en el hospital que era mi jefe?¿Por que tengo yo que trabajar para el?¿No hay mas secretarios disponibles?
Cojí mi móvil y le puse un mensaje corto a Carmen:

*He ascendido*

Y recojo todas mis cosas y me dirijo a mi nuevo despacho.

Allí todo es mas de todo. Mas bonito, mas profesional, mas elegante.
La mesa de madera suiza preside la sala. Detrás un gran ventanal muestra una vista panaramica y preciosa de Madrid. En el lado derecho hay un sofá color chocalate con cojines blancos, en frente suya una mesa con dos sillones vintage color caramelo. Las paredes grises están adornadas con cuadros. Muy retro. También otros de la era del cubismo. Es bonito contemplar este despacho tan espacioso. Pero falla algo. Es superficial y sin un poco de vida, le falta un toque personal. Un poco de mi. Quizás no deba aceptar este trabajo solo por el simple echo de que voy a ser la secretaria de mi jefe, ni salvador.
Desde ese dia, empecé a desarrollar una admiración injustificada hacia el. ¿Por que? Ni puta idea. Puede que por que sea un morenazo guapo, alto, de espaldas anchas y cuerpo perfecto. Tenia algo muy atrayente. No solo en su completa superficie si no su mente. Su mente me llamaba a todas horas. Era inteligente, astuto. Calculado. Pero había algo que daba miedo, algo escondido en lo mas profundo de su ser. Algo oscuro y turbio como su mirada.

A raiz de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora