Pasaban los días y seguía recibiendo flores sin remitente. La segundo docena de flores recibidas eran violetas. Solo con un mensaje: 'Las violetas son azules...'.
En las dos semanas de baja tenia la casa que parecía una floristería y oliendo a Ambipur.
La baja me había servido para relajarme. Fuimos a ver a los padres de Carmen. Tienen una casita en medio del campo y nos la habían dejada para pasar un fin de semana con piscina, aire acondicionado y una nevera llena de cosas deliciosas. Un paraiso. Un día decidimos llevarnos a la hermana de Carmen, Eva, con nosotras. Esa niña es un torbellino, con solo 10 años a conseguido que en menos de 10 minutos acabáramos empapadas de los pies a la cabeza, que los perros de los vecinos nos persiguieran y que después de eso acabáramos pareciendo fantasmas con la harina que nos había tirado. Aparte de eso, nos lo pasamos bien. Una noche en la piscina, tumbadas en las tumbonas, cerveza en mano, sonó en la radio, aquella famosa canción del verano de Formula V que decía:
'Eva Maria se fue a buscar el sol en la playa, con su maleta de piel y su bikini que rayas...'.
De repente nos vimos a las 5 de la mañana borrachas en la piscina bailando esa canción.
Los días siguientes nos la pasamos en Madrid, en casa. Solo películas y manta. Y volvían a llegar las flores. Esta vez fueron tulipanes. Tulipanes amarillos. Y siempre el mismo mensaje: 'Los tulipanes son amarillos..'Resultaba extraño no saber quien los mandaba, pero resultaba divertido que te mandaran ramos de flores, como un admirador secreto.
Inquietante.
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A raiz de las sombras
RomanceGinebra, es secretaria. No es nadie importante para nadie. O eso pensaba ella, desde la muerte de su abuelo, ya no es como era antes. Eric, heredero de la gran fortuna del imperio de su padre. Un chulo por naturaleza. Creído, con razón. Su corazón e...