Cap 27. I'm already torn. (Maratón 5/5)

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-Helen McVey, ¡está es la tercera vez que te llamo! ¿En qué mundo estás?- Preguntó furioso July pues me había quedado prácticamente dormida en clase.

Como odiaba los martes, tener matemáticas a primera hora era de lo más aburrido.

-Lo siento, July.

-¿Qué te pasa últimamente? Estás completamente out.

-Nada, problemas personales.

-Está bien, ¡pues ahora olvídalos y atiende de una puñetera vez!- Exclamó con la vena hinchada y simplemente asentí poniendo mi máxima atención para que no me volviera a regañar.

Ya en el recreo, me senté recostada contra el árbol en el que solíamos ponernos Zoey y yo, la diferencia es que ella ya no estaba.

-¿Qué problemas personales tienes?- Preguntó Connor mientras se sentaba a mi lado.

-Sinceramente, estoy destrozada.

-¿Qué te ocurre, preciosa?

-Varias cosas. Para empezar, voy a tener un hermano bebé y no me apetece nada, no me hablo ni con Tris ni con Brad casi nada y me duele haberlos perdido por muy gilipollas que puedan llegar a ser, Zoey no quiere juntarse más conmigo porque odia encariñarse con la gente, y lo peor de todo, nos volvemos a Chester.

Abrió los ojos como platos y preguntó alarmado:

-¿Cuándo y cuánto tiempo os vais?

-Nos vamos la semana que viene, y no sabemos cuánto tiempo, depende de cuando se recupere mi abuelo que es a quien vamos a cuidar allí. Puede que no volvamos...

El silencio se apoderó de nosotros, por lo que rompí el hielo diciendo:

-Con, tengo miedo.

-¿De irte?

-No exactamente, tengo miedo de perderte, me he enamorado de ti de una forma que no creo ser capaz de poder vivir sin ti.

-Sinceramente no sé qué decir a todo esto.

-Simplemente di lo que sientas en el momento.

-Pues si quieres saberlo, voy a estar destrozado sin ti.

Le abracé apoyando mi cabeza en su pecho y comencé a llorar mojando su camiseta sin poder evitarlo.

El rubio acarició mi cabeza y dijo:

-Pequeña, no llores, no vas a perderme.

-Con, no sé si quiera si volveré y si vuelvo será en un tiempo... ¡No quiero alejarme de ti, joder!

-Prefiero que no hablemos más de esto, ¿está bien? Dejemos que el destino actúe por nosotros.

-Está bien.

Y así pasamos el resto del recreo, recostados contra el árbol y mi cabeza sobre su pecho, pero sin decir ni una sola palabra.

Ya por la tarde, me tumbé en la cama boca arriba y cerré los ojos mientras lloraba, no sabía qué iba a hacer.

Unos golpes en la ventana me hicieron levantarme de golpe.

Me asomé y allí se encontraba Bradley, bajo mi ventana, tirando piedrecitas a ésta para que me inmutara.

-¿Qué quieres?- Pregunté con desgana.

-¿Estás llorando?

Seque mis lágrimas de golpe y repetí:

-¿Qué quieres?

-Ahora mismo ayudarte, ¿por qué lloras?

-No es asunto tuyo.

Deja que tus alas vuelen por ti... (The Vamps) COMPLETADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora