-Helen McVey, ¡está es la tercera vez que te llamo! ¿En qué mundo estás?- Preguntó furioso July pues me había quedado prácticamente dormida en clase.
Como odiaba los martes, tener matemáticas a primera hora era de lo más aburrido.
-Lo siento, July.
-¿Qué te pasa últimamente? Estás completamente out.
-Nada, problemas personales.
-Está bien, ¡pues ahora olvídalos y atiende de una puñetera vez!- Exclamó con la vena hinchada y simplemente asentí poniendo mi máxima atención para que no me volviera a regañar.
Ya en el recreo, me senté recostada contra el árbol en el que solíamos ponernos Zoey y yo, la diferencia es que ella ya no estaba.
-¿Qué problemas personales tienes?- Preguntó Connor mientras se sentaba a mi lado.
-Sinceramente, estoy destrozada.
-¿Qué te ocurre, preciosa?
-Varias cosas. Para empezar, voy a tener un hermano bebé y no me apetece nada, no me hablo ni con Tris ni con Brad casi nada y me duele haberlos perdido por muy gilipollas que puedan llegar a ser, Zoey no quiere juntarse más conmigo porque odia encariñarse con la gente, y lo peor de todo, nos volvemos a Chester.
Abrió los ojos como platos y preguntó alarmado:
-¿Cuándo y cuánto tiempo os vais?
-Nos vamos la semana que viene, y no sabemos cuánto tiempo, depende de cuando se recupere mi abuelo que es a quien vamos a cuidar allí. Puede que no volvamos...
El silencio se apoderó de nosotros, por lo que rompí el hielo diciendo:
-Con, tengo miedo.
-¿De irte?
-No exactamente, tengo miedo de perderte, me he enamorado de ti de una forma que no creo ser capaz de poder vivir sin ti.
-Sinceramente no sé qué decir a todo esto.
-Simplemente di lo que sientas en el momento.
-Pues si quieres saberlo, voy a estar destrozado sin ti.
Le abracé apoyando mi cabeza en su pecho y comencé a llorar mojando su camiseta sin poder evitarlo.
El rubio acarició mi cabeza y dijo:
-Pequeña, no llores, no vas a perderme.
-Con, no sé si quiera si volveré y si vuelvo será en un tiempo... ¡No quiero alejarme de ti, joder!
-Prefiero que no hablemos más de esto, ¿está bien? Dejemos que el destino actúe por nosotros.
-Está bien.
Y así pasamos el resto del recreo, recostados contra el árbol y mi cabeza sobre su pecho, pero sin decir ni una sola palabra.
Ya por la tarde, me tumbé en la cama boca arriba y cerré los ojos mientras lloraba, no sabía qué iba a hacer.
Unos golpes en la ventana me hicieron levantarme de golpe.
Me asomé y allí se encontraba Bradley, bajo mi ventana, tirando piedrecitas a ésta para que me inmutara.
-¿Qué quieres?- Pregunté con desgana.
-¿Estás llorando?
Seque mis lágrimas de golpe y repetí:
-¿Qué quieres?
-Ahora mismo ayudarte, ¿por qué lloras?
-No es asunto tuyo.
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Deja que tus alas vuelen por ti... (The Vamps) COMPLETADA.
RomanceHelen McVey, una chica de 14 años que jamás ha besado a un chico, al contrario que todas sus amigas. Vive con su hermano, James McVey, un chico rudo de 16 y sus padres, Cristine y John, en Chester, Inglaterra. Por motivos de trabajo de su padre, la...