Cap 34. I need you.

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Fuimos andando a casa mi hermano y yo con los otros tres de la banda.

Ya en la puerta de casa, se me ocurrió la venganza perfecta para mi hermano;

Me acerqué a Connor y le besé sin que él si quiera se lo esperara, pero me siguió el beso.

-¡Aléjate de ella, joder!- Exclamó James furioso y nos separó.

-Adiós, precioso.- Me despedí de mi novio acariciando su rubio tupé.

-Hasta esta tarde, bonita.- Dijo para desaparecer de allí con Bradley y Tristan.

-Cualquier día le parto la boca.- Masculló entre dientes mi hermano una vez que nos encontrábamos dentro de casa.

-James, tranquilízate ya, joder.- Dije suspirando, realmente se pasaba de sobreprotector.

-No puedo, Helen, ¿no te das cuenta? ¡Os habéis comido los morros en mi cara!- Replicó alterado y se fue sin comer.

-¿Qué te pasa, James?- Preguntó mi padre caminando hasta el sofá donde estaba mi hermano cruzado de brazos.

-Pregúntale a Helen.- Respondió mordiéndose el labio.

Mi padre me miró en busca de alguna explicación y le dije:

-Nada, que se pasa de sobreprotector.

-¡Os habéis morreado en mis narices, joder!- Exclamó y me avergoncé muchísimo, ¿¡cómo se le ocurría decirlo delante de mi padre!?

-¿Quiénes?

-Su novio y ella, papá, pero vamos que hacer lo que os dé la gana. Yo sólo te aviso que como le pille le reviento.

-¡Mira vete a la mierda, imbécil!- Respondí agresiva y salí a la calle sin siquiera acabar de comer en busca de Connor, le necesitaba...

Fui hasta su casa y llamé al timbre indecisa.

Salió una señora que parecía ser su madre y me preguntó:

-¿Qué deseas?

-¿Está Connor en casa?

-No, se ha ido con su padre a comer fuera.

-¿Sabes dónde puede haber ido?

-Seguramente a la casa del bosque, la que está cerca del lago.

-Ya sé cuál me dices, muchas gracias.

-De nada, adiós.- Se despidió cerrando la puerta de la casa.

Caminé hacia el bosque y me di cuenta de que antes debía solucionar el tema de Bradley y Zoey.

Fui a casa de SM, donde se encontraban los dos tumbados sobre hamacas en la puerta, y saludé:

-Buenas tardes, parejita.

Los dos se incorporaron para mirarme algo sonrojados y el rubio me saludó:

-Hey, pequeña McVey.

-Zoey, tienes que hablar con Brad, en serio.-Dije dirigiéndome a la rubia.

-No me apetece.

-Me ha dicho que va a cambiar, sólo quiere que le des otra oportunidad, anda dásela por favor.

-¿De qué mierdas estáis hablando?-Preguntó SM confundido, pero seguimos hablando del tema ignorándole.

-Está bien, de momento sólo voy a hablar con él, dile que venga.

-Okay.- Dije sonriendo y le llamé por teléfono:

-¿Qué quieres?- Contestó de mala gana por la otra línea.

-Estoy con Zoey, ven al bosque.

-No tengo ganas de nada.

-Brad...

-¿Qué?

-¡Ven!

-Joder, ahora voy.- Y colgó la llamada de mala forma, ¿qué mierdas le pasaba a éste ahora?

-Bueno, ahora viene tu hermano. Yo tengo que irme, ya luego me contarás que tal.- Me despedí de ellos y fui en dirección a la casa del bosque de Connor.

Llamé a la puerta y me abrió un señor, estoy segura de que era su padre ya que se daba un cierto aire con él.

-Hola, ¿buscas a alguien?

-Busco a Connor.

-Un momento.- El señor subió escaleras arriba y bajó con el rubio, quien sonrió nada más verme y exclamó:

-¡Helen!

-Hola, Con.

-Papá, voy a dar una vuelta con ella, ¿okay?- Dijo dirigiéndose a su padre.

-Está bien, no vuelvas tarde.

Agarró mi mano y caminamos hasta el lago.

-¿Qué tal, pequeña?- Preguntó una vez que estábamos sentados en la orilla.

-Bueno, harta de James y de todo...

-Anda ven.- Dijo agarrando mi mentón y acercándome a sus labios.

Introduje mi lengua en su boca y así estuvimos un rato, besándonos apasionadamente.

Se alejó lentamente de mi boca y preguntó en susurro:

-¿Te encuentras ahora mejor?

-Claro que sí, cielo- Respondí abrazándole por la cintura.

-Helen.

-Dime.

-Te necesito.

-Yo a ti también, Con, y te quiero muchísimo.

Me quedé abrazada a él un buen rato, con mi cabeza apoyada en su hombro y la suya sobre la mía.

-Aún tengo la tarta metida en la nevera.- Dijo riéndose para romper el hielo.

-¿En serio?- Solté una carcajada.

-Sí, si te quedas ésta noche a dormir conmigo nos la podremos comer.

-Pero está tu padre...

-Tranquila, él luego se va por la noche, me dejará quedarme aquí seguro.

Uní de nuevo nuestros labios, capturando su labio inferior entre los míos.

Mi móvil comenzó a vibrar, alguien me estaba llamando pero lo ignoré.

Volvió a vibrar de nuevo, ¡ya me estaba empezando a cansar de esto!

Me separé a desgana de los labios del rubio y cogí el teléfono, era mi madre...:

-Hola, mamá.

-¿Cómo que "hola, mamá"? ¿Dónde mierdas estás?

-Dando una vuelta.

-Estabas castigada sin salir.

-¿Sabes qué? Me da igual todo ya. Quiero estar con la gente de Sydney antes de irnos, no pienso volver a casa, lo siento.

-¡Helen..!- Connor colgó el teléfono y no pude escuchar que decía mi madre.

Le miré alucinada y pregunté:

-¿Por qué has hecho eso?

-Estaba incomodándote.- Respondió elevando los hombros.

-Joder, ahora sí que se enfadará.- Llevé mis manos a mi cabeza imaginándome lo que podría pasar, pero el rubio besó mi frente para tranquilizarme preguntando:

-¿Quieres que vayamos ya a mi casa? Se está haciendo tarde.

-Está bien.- En el fondo Connor tenía razón, mi madre estaba incomodándome, tenía que olvidarme un poco de todo y disfrutar junto a él.

Deja que tus alas vuelen por ti... (The Vamps) COMPLETADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora