Fuimos andando a casa mi hermano y yo con los otros tres de la banda.Ya en la puerta de casa, se me ocurrió la venganza perfecta para mi hermano;
Me acerqué a Connor y le besé sin que él si quiera se lo esperara, pero me siguió el beso.
-¡Aléjate de ella, joder!- Exclamó James furioso y nos separó.
-Adiós, precioso.- Me despedí de mi novio acariciando su rubio tupé.
-Hasta esta tarde, bonita.- Dijo para desaparecer de allí con Bradley y Tristan.
-Cualquier día le parto la boca.- Masculló entre dientes mi hermano una vez que nos encontrábamos dentro de casa.
-James, tranquilízate ya, joder.- Dije suspirando, realmente se pasaba de sobreprotector.
-No puedo, Helen, ¿no te das cuenta? ¡Os habéis comido los morros en mi cara!- Replicó alterado y se fue sin comer.
-¿Qué te pasa, James?- Preguntó mi padre caminando hasta el sofá donde estaba mi hermano cruzado de brazos.
-Pregúntale a Helen.- Respondió mordiéndose el labio.
Mi padre me miró en busca de alguna explicación y le dije:
-Nada, que se pasa de sobreprotector.
-¡Os habéis morreado en mis narices, joder!- Exclamó y me avergoncé muchísimo, ¿¡cómo se le ocurría decirlo delante de mi padre!?
-¿Quiénes?
-Su novio y ella, papá, pero vamos que hacer lo que os dé la gana. Yo sólo te aviso que como le pille le reviento.
-¡Mira vete a la mierda, imbécil!- Respondí agresiva y salí a la calle sin siquiera acabar de comer en busca de Connor, le necesitaba...
Fui hasta su casa y llamé al timbre indecisa.
Salió una señora que parecía ser su madre y me preguntó:
-¿Qué deseas?
-¿Está Connor en casa?
-No, se ha ido con su padre a comer fuera.
-¿Sabes dónde puede haber ido?
-Seguramente a la casa del bosque, la que está cerca del lago.
-Ya sé cuál me dices, muchas gracias.
-De nada, adiós.- Se despidió cerrando la puerta de la casa.
Caminé hacia el bosque y me di cuenta de que antes debía solucionar el tema de Bradley y Zoey.
Fui a casa de SM, donde se encontraban los dos tumbados sobre hamacas en la puerta, y saludé:
-Buenas tardes, parejita.
Los dos se incorporaron para mirarme algo sonrojados y el rubio me saludó:
-Hey, pequeña McVey.
-Zoey, tienes que hablar con Brad, en serio.-Dije dirigiéndome a la rubia.
-No me apetece.
-Me ha dicho que va a cambiar, sólo quiere que le des otra oportunidad, anda dásela por favor.
-¿De qué mierdas estáis hablando?-Preguntó SM confundido, pero seguimos hablando del tema ignorándole.
-Está bien, de momento sólo voy a hablar con él, dile que venga.
-Okay.- Dije sonriendo y le llamé por teléfono:
-¿Qué quieres?- Contestó de mala gana por la otra línea.
-Estoy con Zoey, ven al bosque.
-No tengo ganas de nada.
-Brad...
-¿Qué?
-¡Ven!
-Joder, ahora voy.- Y colgó la llamada de mala forma, ¿qué mierdas le pasaba a éste ahora?
-Bueno, ahora viene tu hermano. Yo tengo que irme, ya luego me contarás que tal.- Me despedí de ellos y fui en dirección a la casa del bosque de Connor.
Llamé a la puerta y me abrió un señor, estoy segura de que era su padre ya que se daba un cierto aire con él.
-Hola, ¿buscas a alguien?
-Busco a Connor.
-Un momento.- El señor subió escaleras arriba y bajó con el rubio, quien sonrió nada más verme y exclamó:
-¡Helen!
-Hola, Con.
-Papá, voy a dar una vuelta con ella, ¿okay?- Dijo dirigiéndose a su padre.
-Está bien, no vuelvas tarde.
Agarró mi mano y caminamos hasta el lago.
-¿Qué tal, pequeña?- Preguntó una vez que estábamos sentados en la orilla.
-Bueno, harta de James y de todo...
-Anda ven.- Dijo agarrando mi mentón y acercándome a sus labios.
Introduje mi lengua en su boca y así estuvimos un rato, besándonos apasionadamente.
Se alejó lentamente de mi boca y preguntó en susurro:
-¿Te encuentras ahora mejor?
-Claro que sí, cielo- Respondí abrazándole por la cintura.
-Helen.
-Dime.
-Te necesito.
-Yo a ti también, Con, y te quiero muchísimo.
Me quedé abrazada a él un buen rato, con mi cabeza apoyada en su hombro y la suya sobre la mía.
-Aún tengo la tarta metida en la nevera.- Dijo riéndose para romper el hielo.
-¿En serio?- Solté una carcajada.
-Sí, si te quedas ésta noche a dormir conmigo nos la podremos comer.
-Pero está tu padre...
-Tranquila, él luego se va por la noche, me dejará quedarme aquí seguro.
Uní de nuevo nuestros labios, capturando su labio inferior entre los míos.
Mi móvil comenzó a vibrar, alguien me estaba llamando pero lo ignoré.
Volvió a vibrar de nuevo, ¡ya me estaba empezando a cansar de esto!
Me separé a desgana de los labios del rubio y cogí el teléfono, era mi madre...:
-Hola, mamá.
-¿Cómo que "hola, mamá"? ¿Dónde mierdas estás?
-Dando una vuelta.
-Estabas castigada sin salir.
-¿Sabes qué? Me da igual todo ya. Quiero estar con la gente de Sydney antes de irnos, no pienso volver a casa, lo siento.
-¡Helen..!- Connor colgó el teléfono y no pude escuchar que decía mi madre.
Le miré alucinada y pregunté:
-¿Por qué has hecho eso?
-Estaba incomodándote.- Respondió elevando los hombros.
-Joder, ahora sí que se enfadará.- Llevé mis manos a mi cabeza imaginándome lo que podría pasar, pero el rubio besó mi frente para tranquilizarme preguntando:
-¿Quieres que vayamos ya a mi casa? Se está haciendo tarde.
-Está bien.- En el fondo Connor tenía razón, mi madre estaba incomodándome, tenía que olvidarme un poco de todo y disfrutar junto a él.
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Deja que tus alas vuelen por ti... (The Vamps) COMPLETADA.
RomantizmHelen McVey, una chica de 14 años que jamás ha besado a un chico, al contrario que todas sus amigas. Vive con su hermano, James McVey, un chico rudo de 16 y sus padres, Cristine y John, en Chester, Inglaterra. Por motivos de trabajo de su padre, la...