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Nueve.

Abrí los ojos lentamente.
Estaba en una cama, para especificar, en la cama de Ross.
El estaba al lado mío abrazándome de la cintura algo flojito.

Miré mi pie derecho.
Estaba envuelto en una venda blanca, no me dolía en absoluto, pero si me incomodaba la venda.

Cerré mis ojos al recordar lo de ayer.
Tendría que meterlo tras las rejas antes de que pueda matar a mi padre.
Porque eso no se lo dejaría fácil, nada fácil.

Me removí en la cama, alejando un poco a Ross de mí. Quería pararme.
Me senté en la cama e intente pararme pero no podía.

Diablos.
Tendría que usar muletas...
Ahora sin duda mi padre me mataría.

-Buenos días preciosa.
Me saludo Ross quien estaba algo preocupado.

Le sonreí hipócritamente y seguí mirando mi pie.

-No puedes caminar luego de un tiempo, tienes que esperar a que la herida cicatrice, si no te dolerá -Dijo poniéndose una camiseta-. Las muletas están abajo, iré por ellas.

Asentí.
Cuando se fue, metí mi mano debajo de las almohadas, hasta sentir algo duro. Lo agarre y lo saque, su teléfono.

Tenía que examinarlo.
Sin duda tiene mucha información allí, lo guarde entre mis senos y los acomode para que no se viera. Lo devolvería más tarde.

-Ross -Dije cuando volvió-. ¿Puedo darme un baño?

Pregunté tímidamente.
Ross sonrió al instante.

-Claro, pero ¿Crees que puedas bañarte sin ayuda? Estas con una venda.

Fruncí mis hombros.
Ross dejo las muletas cerca de mi.
Agarro mi pie, le quitó la venda y lo observo. Sonrió.

-Esta muy bien, ¿Te duele? -Negué con mi cabeza-. Por suerte sirvió la inyección...

Abrí mis ojos como platos.

-¿Qué?

-Nada, puedes darte un baño, per ten cuidado con tu pie, ya esta mucho mejor que ayer, milagrosamente a cicatrizado bastante rápido.

Asentí.
Iba a levantarme pero Ross me llevo al baño conmigo en sus brazos.
Por suerte el baño tenía una bañera, no tenía la necesidad de estar parada.

Una idea se instalo en mi mente.
Podría funcionar... Sí... De seguro funciona.

Ross me dejo en el piso lentamente. Sonreí agradecida. Me dejo un pequeño beso en los labios y salió del baño.

Puse agua tibia en la bañera, con algo 
de espuma. Me desnudé mientras cantaba la canción de Meghan Trainor - All About That Bass. Deje el teléfono de Ross debajo de mi remera. Entré con extremo cuidado y me recosté allí.

Suspiré.
Comenzaba el plan.
Me solté el cabello lentamente.

-¡ROSS!
Grité con todas mis fuerzas.

Ross entro al instante, pude notar que su miembro se erecto al instante al verme.

-¿Qué sucede? -Balbuceo.

-¿Me pasarías el shampoo?

Ross asintió.
Me lo dio en la mano derecha, podía ver como su erección crecía aún más.

-Usa este -Me guiñó un ojo, iba darse la vuelta pero lo detuve.

-Bañate conmigo.
Dije haciendo un puchero.

Ross abrió sus ojos como platos.
Me reí.

-¿Lo dices enserio..?

-Por supuesto.

-_______, no creo que pueda contenerme si es que estoy allí contigo.

-Lo mismo digo.

Digo sonriendo.
Ross sonríe a tope y se quita la camiseta, se baja los pantalones junto a los bóxers.

Me moje los labios.
Su miembro era realmente grande y grueso, la cabeza era ligeramente más grande que una ciruela.

Cerré los ojos.
Todo esto era parte del plan... Si... ya no puedo detenerme.

-Esto es por mi padre.
Susurré.

Ross se subió encima mío y comenzó a comerme los labios mientras acariciaba mi abdomen plano y mi pubis.

-Mhn... tan suave...
Gruño mordiendo mi labio inferior. 

Gemí cuando sentí su dedo acariciar mi clítoris. No tenía relaciones sexuales hace mucho tiempo, pero por suerte no era virgen.

Ross me abrió de piernas lentamente en la bañera y se posicionó entre estas mientras besaba y marcaba mis pechos con sus dientes blancos.

Tiré mi cabeza hacia atrás suavemente y seguí gimiendo. Diablos, esto era tan placentero...

Sentí la punta de su miembro clavarse en la entrada de mi vagina. Di un grito cuando se hundió en mí, pero no por completo, Alcé mis caderas.

Oh sí, realmente me gustaba.
Su polla era demasiado larga, no estaba segura que de iba a caber completamente en mí. Gemí.

Lo tome de la espalda y clavé mis uñas en su espalda. Me gustaba. Mordí mi labio inferior.

-¡Oh Ross!

Ross gruño desesperado.
Fruncí el ceño cuando salió de mí.

-Vamos a la cama, quiero follar este coño más duro.

Murmuró apretando los dientes.
Sus ojos estaban embarrados de lujuria, tanto que me hacia desearlo más.

Ross me sujetó fuertemente del trasero, y me cargo con mucho cuidado hasta llegar a su amplia cama.

Sus besos fueron directamente a mi cuello, mordiendo y chupando desesperadamente.

Me presiono los senos mientras abría la boca para llevarse uno de estos a su dulce boca.

Gemí.
Estábamos algo pegajosos por el baño, ni siquiera nos habíamos enjuagado, pero a Ross no parecía molestarle.

Me sujete de las sábanas.
Me gustaba.

Hizo este acto hasta que los dos estuvieron duros y erectos, rocé el bulto de Ross con mi rodilla derecha.

Soltó un gemido, abrió mis piernas a tope y se hundió bruscamente en mí, solté un grito realmente fuerte.

Me tomó del trasero y lo alzo, para dar inicio a sus embestidas.

Salía despacio pero volvía a entrar con fuerza, con cada embestida lanzaba un grito, no quería dar a notar que me gustaba lo que hacia pero era imposible evitarlo.

-¡Sí, me encanta!
Grité clavando nuevamente mis uñas en su espalda.

Estaba segura de que dejarían una marca allí, Ross beso mis labios y siguió embistiendome.

Sentí algo en la parte baja de mi abdomen, estaba cerca, iba a correrme.

Una fina capa de sudor comenzaba a formarse entre los dos. Alcé mis caderas por última vez y me deje llevar.
Me corrí sobre la polla de Ross mientras gritaba su nombre.

Ross siguió embistiendo.
Gemí, pero esta vez de dolor.

-Ross... duele...
Me queje con la respiración agitada.

Embistió dos veces más y se corrió, beso mis labios para luego ponerse a mi lado y seguir besándome los labios.

-Joder... te amo _______

Susurró contra mis labios para volver a besarme.

Encubierta | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora