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Diesiocho.

Ross Lynch.

Me había encargado de dejarla inconsciente con mis golpes.

Con cuidado le curé todas las heridas que yo había causado, la cargué y la recosté en sillón polvoriento.

Miré su rostro detalladamente:

Su labio estaba partido y aún tenía algo de sangre, sus mejillas estaban rojas por los golpes y tenía un ligero moretón en el mentón.

Despeiné mi cabello.
Soy un hijo de la gran puta...

Susurré.
No debí haberla golpeado, me dejé llevar por la ira... el resentimiento... Y lo hice.

Me restregué los ojos.
Volví a la cocina y saqué otra cerveza "Heineken".

Bebí de ella rápidamente hasta dejarla por la mitad. Saqué mi teléfono al sentir que tenía una llamada. James.

-¿Qué sucede?

-El oficial Johnson esta muerto, lo lanzamos al lago como nos indicaste, su esposa murió hace un par de meses, ¿Qué quieres que hagamos con la niña?

Tragué saliva sonoramente.
Miré a _______.
La tal "Taylor" no estaba en un orfanato, fue lo que tuve que decirle a _______ para hacerla sentir mal.

No creo que una niña de 4 años de edad se merezca una muerte, sobretodo por que es una simple niña inocente.

-Tráiganla a Carolina del Norte, a mi departamento, la quiero ver aquí por la mañana.

Dije y le di una calada a mi cigarrillo.

-Entendido -Se demoró un poco en responder-. ¿Qué haremos con todo el dinero que encontramos en la casa de los Johnson?

Alcé una ceja.

-¿Cuanto tienen?

-No lo hemos contado, pero en la habitación del oficial Jhonson había dinero guardado en una caja fuerte, logramos romperla y habían múltiples billetes, y en sus gavetas tenían tarjetas de crédito y debito -Me lamí los labios-. En la habitación de la zorra _______ habían solo tarjetas de debito, y hemos revisado toda la casa, hay muchos adornos antiguos que según Google y Wikipedia valen muchísimo, y absolutamente todos son bañados en oro, tienen una especie de rara colección de adornos antiguos.

Me rasque la barbilla.
Así que _______ venía de una familia de dinero... Uhm...

-Vende todo lo que pueda tener valor, y tráeme el dinero mañana, junto a la niña, lo repartiré aquí.

James carraspeó la garganta
Fruncí el ceño.

-¿Estas seguro que es buena idea que la niña este allí con ustedes? -Hice una mueca-. No vas a poder follarla tranquilamente, yo creo que será mejor que se quede en esta casa, hay mucha comida en lata, golosinas, etc.

Rasqué mi nuca.
Eso era cierto.

-Bien, déjala en Los Angeles, pero necesito que vengas tu con todo el dinero que puedas encontrar, aunque en algún momento la niña tendrá que venir o haz que le marqué a sus tías... no lo se

Dije para luego colgar.
Deje mi teléfono cargando para luego volver a la sala principal.

Tragué saliva.
_______ aún estaba en la posición en la que había dejado.

¿A que hora se supone que despertaría?
Tomé sus muñecas que estaban rojas con ligeros arañones de mis uñas.

Me puse de cunclillas y le levanté un poco la camisa mía que yo le había puesto cuando quedo inconsciente.

Tenía un terrible moretón en el abdomen causado por uno de mis puños. Suspiré terriblemente intentando no sentirme culpable.

-Despierta.

Susurré mirándole los labios.
Esos labios aún me volvían loco, no podía negarlo, sentía aún algo por ella, pero el resentimiento era aún más fuerte que aquello.

¿Cómo pude ser tan estúpido al enamorarme de ella? ¿Por qué justamente de ella?

Bufé interiormente.
Metí mi mano a un bolsillo de sus shorts, el anillo de su padre estaba guardado allí.

Preferí dejarlo allí y seguir con los asuntos que tenía pendientes.

*

-Hola Ross -Me saludo coqueta Karla, pasando sus manos por mi torso, le sonreí-. ¿Qué haces por aquí? Hace mucho tiempo que no nos vemos nene...

Mordió el lóbulo de mi oreja.
Observe su trasero, no era mejor que el de ________, solo ________ sabía provocarme con solo verle usar un pequeño crop top.

-Creo que deberíamos retomar lo de quejamos cuando te fuiste a Los Angeles...

Toqué su cintura y la separé de mí.
Karla besó mis labios, delineando mis labios con la punta de su lengua.

Masajeando mi erección a través de mis jeans. Gruñí, comenzaba a excitarme.

-No creo poder volver a ser tu amigo con derecho -Murmure cuando Karla se sentó a ahorcadas encima de mí.

-¿Por qué no, precioso?

-Porque pronto me iré de Carolina del Norte, además, aunque suene difícil de creer, no tengo tiempo para sexo.

Karla esbozó una sonrisa juguetona y tiró de mi lóbulo. Gemí pero luego se separó de mí.

-Como tu digas cariño -Me dio un pequeño beso en los labios-. Cuando se te antoje... y no tengas quien te haga compañía... llámame.

Susurró y me guiñó un ojo para luego retirarse del bar moviendo las caderas seductoramente.

*

Su mirada estaba llena de miedo, estaba aterrada. Sus manos temblaban lentamente mientras agarraba la taza de café y bebía de ella.

Tragué saliva.
_______ me tenía miedo.
Y le daba la razón.
No debería haberla golpeado.

-Te traje esto.

Extendí la bolsa con ropa de segunda mano que le había comprado, sobretodo, lencería exótica.

_______ tomó la bolsa con mucho cuidado de no chocar con mi mano y la dejó al lado de ella.

Suspiré
¿Debería pedirle perdón?

"Ella te metió a la cárcel Lynch, ¿No crees que se lo merecía?"

Tensé mi mandíbula y opté por hacerle caso a mis pensamientos.
Ella se lo merecía.

O al menos... eso creía yo.

Encubierta | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora