Encubierta | Ross Lynch

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Diez.

-Vale, papá estudiaré.
Le dije y me fui corriendo a mi habitación. Aún me dolía un poco el pie.

Por suerte no estaba molesto, se creyó que estaba en la casa de Sam. Me senté en mi silla giratoria color rosa y observe mis libros.
No tenía ganas de estudiar.

Agarre mi notebook y me conecte al instante a Skype, Hailee estaba conectada, perfecto.

Le mande una solicitud de videollamada y ella acepto luego de unos cortos segundos.

-¡Hola! ¿Tienes nuevas pistas?

Asentí.
Conecte mis audífonos a mi notebook luego de ponérmelos encima de mi cabeza.

-Hice lo que me dijiste, investigue todo lo que pude, me contó que un repartidor de pizza le dejaba pizza todas las noches, entonces fui a aquella pizzería busque al chico y me contó que él lo amenazo, diciéndole que si lo estafaba acabaría muerto en lo más profundo de un lago, entonces me dirigí al lago luego de hablar con el chico, pude ver a Ross y a otro de sus compañeros, un tal Kevin -Tomé aire-. Le estaban golpeando a un tipo por no haberle pagado la droga que le vendieron, y luego Ross me disparo, no pude ver en donde ya que era de noche y se encendía mi linterna obviamente me verían... dijeron algo que tendrían que encargarse de mi padre -Mis ojos se pusieron vidriosos-. Creo que lo van a matar... Entonces me desesperé y bueno... Comencé a gritar, Ross se dio cuenta y comenzó a seguirme hasta que pise un vidrio y acabe en el piso, hasta que Ross pudo darse cuenta que era yo.

Suspiré
Hailee haciendo y anoto un par de cosas en una libreta.
Pude notar que estaba aún en la oficina de la estación de policías.

Miré mis manos algo nerviosa.
¿Debería contarle lo de hoy?

-¿Cuándo piensas atraparlo? _______, te estas haciendo pasar de encubierta, y si Ross Lynch se entera que el general principal de Los Angeles te podría hacer algo, incluso también a tu padre

Volví a suspirar.
Sabía que hacer perfectamente pero no quería decírselo a nadie.
Quiero que mi padre este orgullosa de mí, solo de mí y de nadie más.

-Tengo que pensarlo, aunque de que tiene que ser rápido -Dije preocupada-. Hailee tengo que estudiar, nos vemos mañana.

Dije para luego colgar la videollamada y salir de mi Skype.

No había duda alguna, tenía que atrapar a Ross Lynch en poco tiempo.

*

Deje mi mochila en el asiento de atrás y arranqué mi camioneta, Ross me llamo para que lo fuera a ver, obviamente acepte a ir luego de clases.

Mi pie ya estaba totalmente curado, pues ya habían pasado 2 días desde que no veo a Ross, y es que simplemente no podía verlo sin pensar en cada uno de los detalles de mi plan, todo tenía que salir perfectamente bien.

Al llegar a la casa de Ross, me estacione. Y baje de mi camioneta, sonreí al ver a Ross ya afuera de su casa con un abrigo gris, unos jeans negros, converses y también con una bufanda gris.

Besé sus labios al tenerlo frente a mí, Ross sonrió de inmediato.

-Hola nena -Acaricio mi cintura-. ¿Cómo estas?

Puse los ojos en blanco.

-Tengo demasiados deberes, más de los normales, detesto a los maestros.

Ross río y me beso los labios tronadamente, sonreí mordiéndome el labio.

Ross abrió la puerta de su casa, me dejo pasar primero y por último él entro. Me senté en su sofá y suspiré.

Extrañamente todo estaba ordenado, y esta vez no habían revistas de PlayBoy en la sala principal. Fruncí el ceño.

-¿Ya no hay revistas? -Le pregunté alzando una ceja-. Esto si que es anormal.

Ross sonrió y se sentó a mi lado.
Me tomó de la cintura y me puso encima suyo. Sonreí falsamente y me acomodé sobre él.

-He estado pensando... -Acaricio mis caderas-. Y estoy seguro que quiero ser más que solo tu amigo, _______.

Me dijo.
Abrí los ojos sorprendida.
El plan estaba saliendo mejor de lo que lo planee, o mejor dicho, mucho más rápido.

-_______, en este poco tiempo que nos conocemos, tengo mucha confianza en ti... y no sabes cuanto te quiero, y eso que nunca he querido a una chica -Sonreí-. ______... ¿Quieres ser mi novia?

Me lamí los labios ya que de pronto estaban secos.
Sonreí sin mostrar los dientes, lo tome del rostro y lo besé tiernamente.

-Claro que si quiero ser tu novia Ross.

Susurré contra sus labios para luego volver a besarlo.

-Te adoro preciosa.
Sonreí y me baje de su regazo.

Abrí los ojos como platos cuando su teléfono comenzó a sonar.
¡El día en que nos acostamos no llegue a revisarlo! Ni siquiera recuerdo haberlo dejado en donde lo encontré...

-¿Hola?

Dijo Ross.
Espero unos segundos y se levanto del sillón, me susurró un ya vuelvo, me beso, y corrió directamente a su habitación.

Miré la mesa de cristal.
Agarre la libreta que estaba encima de ella y la abrí, varios números telefónicos.

Arquee una ceja y saqué mi teléfono.
Iba a guardar los que me parecían sospechosos pero alguien llamo mi atención en particular.

"Riker L."

¿L de Lynch?
Lo observe bien, evidentemente era una L de Lynch, marque rápidamente su número telefónico en mi teléfono y deje la libreta exactamente en donde estaba antes.

Exhalé profundamente.
Me coloque el teléfono en la oreja y corrí al baño. Me encerré allí.

-¿Ahora que mierda quieres Ross?
Respondió malumorado.

Alcé una ceja.
Ni siquiera llegue a enterrarme de que Ross seguía teniendo comunicación con su familia.

-Hola -Respondí yo.

-¿Quién eres?
Me dijo algo alarmado.

Reí tranquilamente y me mire al espejo.

-Mi nombre es _______ Johnson, policía de Los Angeles y quiero saber absolutamente todo en lo que esta metido este maldito delincuente, si no me lo dices, te rastrearé y te meteremos a la cárcel junto a Ross.

Mentí.
Sentí como el tal Riker hablaba con alguien.

-Nosotros no estamos metidos en las porquerías que hace mi hermano.

-Pero si saben lo que hace, dimelo o ya sabes que puede pasar... "Riker".

Riker volvió a suspirar, esta vez con las pesadez.

-Ross, consumé y vende cocaína con uno de sus compañeros, Kevin o algo así, es un ladrón, hace un par de meses violo a una chica llamada Ester, y luego de eso la mato... eso fue todo lo que me contó... no se nada más lo juro...

Colgué al instante.
¿Con qué clase de mal nacido me estaba involucrando?