Multimedia: Stephanie.Un mes después...
Entré al despacho de mi padre y cerré la puerta, me recargué de ella al ver a mi papa servirse un trago de licor mientras ojeaba unos libros, me miró e hizo una seña para que me acercara. Caminé hacia el escritorio y me senté en él y comencé a comer del chocolate especial de mama, dos cosas que a mi papá no le gustaba que hiciera.
Que me suba a su escritorio y que coma los chocolates que le guardó a mamá con mucho cariño, me miró amenzante, pero sabe que lo que diga no me afecta y que lo seguiré haciendo.
-mejor no gastaré saliva- suspiró ojeando las letras de los libros antiguos.
-vas aprendiendo- reí saboreando el chocolate tan rico. Lo miré atentamente.
-no tengo dinero- habló, reí de nuevo.
-si que me conoces, pero no quiero eso ahora, quiero hablar contigo- me senté en modo indio, él dejó sus libros a un lado y me prestó atención, suspiré, miré mis dedos y después lo miré a él.-sé que no te gusta esta situación papá y a mi menos, pero no fue mi culpa... -me interrumpió.
-lo sé hija, lo sé y aunque te fuiste sin mi permiso, te perdono, sé que no fue tu culpa de que un lobo se haya imprimado de ti- pausó.- descubrí algo.-lo miré.
-comienza- así me trataba con él, como si fueramos amigos.
-resulta que los lobos se impriman de humanos, hay casos de lobos con lobos pero ese no es el tema- fruncí mis cejas y luego le encontré la razon.- El perro aquél se imprimó en tu parte humana, eso quiere decir, que la parte vampiro no está en el trato. Tambien leí que los perros se vuelven demandantes, celosos, impulsivos, no pueden mantenerse al margen si su hembra se encuentra con otro hombre que no sea él -pausó.-¿a ti no te hacía eso, verdad?- Miré el piso pensando.
-era celoso, era impulsivo, era demandante, pero no me dejaba ante él- dije en un hilo de voz. Me sentía un poco mal por esto y ni siquiera sabía porqué.
-él solo está amarrado a tu parte humana, nada más- se recargó del asiento.- y lamentablemente no encuentro más libros sobre lobunos, para saber como ese lazo se rompe.
-no se rompe- miré a mi padre.- nacimos para estar juntos- Suspiré y me comí otro chocolate.
-como vampiro te diría que te alejes de él, pero como padre, te diré, que lo hagas.
Miré a mí papá, sus ojos azules se conectaron con los míos, negué como si fuera la cosa más mala que me habían dicho en la vida.
-yo le dí bastantes oportunidades, me rechazó muchas veces, no le dejaré tan fácil el camino.- me miró como si no podía creerlo.
-¿te rechazó?- se acercó a mi, sus ojos estaban abiertos.- eres hija de los vampiros más sexys del planeta, ¿está loco?- reí con ganas y asentí.
-al parecer- murmuré con gracia, un bostezo se me escapó, mi padre me miró y se paró de la silla puso sus manos en mis axilas y me cargó como una bebé, me subí encima de él, como si yo fuera pequeña todavía, puse mi cabeza en su hombro y lo abracé, salió del despacho y caminó hasta mi habitación conmigo encima de él. Empujó la puerta con su culo y entró, me depositó en la cama con cuidado, quitó mis botas y puso la frazada encima y por ultimo me dió un beso en la frente.
-te amo pequeña, tú y mamá, han sido lo mejor que me ha pasado en todos estos siglos- me susurró, sonreí y le devolví el beso en la frente.
-te amo papi- se detuvo en la puerta y me sonrió, para después apagar las luces y dejarme sola en completa oscuridad, me dejé llevar por la oscuridad de la noche y me dormí profundamente.
¿De que sirve ser buena persona?, si nadie lo nota, pero se mala, ahí todos te juzgaran.
Miré el manto de las luces de sol, arropar el cielo, tiñendolo de un naranja, el amanecer era muy hermoso. Los dedos de Isaac apretaron los míos, lo miré, la hermosura de su sonrisa no era normal, no quería que esto se acabara nunca, besé sus nudillos mientras tenía sus dedos entrelazados con los míos, él acercó sus labios a los míos y los unió en un sensual beso, nos devorabamos, calentandonos.
Una molestia en el pecho se aproximó, ¿qué me pasaba?.
Miré a Isaac, pero no, no estaba ahí, en cambio estaba Sam, me miró raro al ver que me separé, me aparté de él como si tuviera cucarachas en el cuerpo, ¿no era a Isaac a quien besaba?.
-no confíes mucho, quien te puede ayudar hoy, te puede dar la espalda mañana- Sam sacó una estaca y me la clavó en el corazón.
Me senté en la cama, ¿qué son estos malditos sueños?, ¿qué significan?, suspiré y entré la oscuridad de la habitación, calculé que eran las 3 y pico de la mañana. Me estrellé de espaldas en el colchón y casi me quedaba dormida de nuevo, pero un olor a lobo inconfundible, me despertó de nuevo.
No me había dado cuenta. Estiré un brazo a mi lámpara, la encendí y me senté en la cama, miré a mi alrededor, ahí estaba Isaac, mirándome desde la ventana ya abierta, me alarmé. No estoy en un puto hotel, ¡estoy en la casa de mi padre!.
-¡¿qué haces aquí?!-pregunté alarmada, susurrando, si mi padre se diera cuenta de que un lobo está en su casa, se armaría la tercera guerra mundial.
-lo siento Astrid, pero ya no puedo más, perdóname por favor- suplicó, se hincó en el piso y me abrazó las piernas.- por favor Astrid, ven conmigo- miré al techo y susurré un "¿por qué todo me pasa a mi?".
Me pareció muy tierno y todo, pero no puedo, suspiré cansada, con todas mi fuerzas y lo levanté por los brazos, su altura era prominente, miré hacia arriba para encontrarme con su cara.
-largate por favor- susurré, negó rotundamente.
-no quiero Astrid, ya no soporto más, eché a Stephanie de la mini- manada, prometo hacer lo que tu quieras, pero vuelve conmigo- mis cejas decayeron, mierda Isaac, no seas tan lindo, así mi papel de mala no me va a salir tan bien.
Suspiré.
-lo siento, pero amo a Sam- mentí, tenía que decirle algo para que se largara antes de que papá se diera cuenta de que había un perro en su casa. Se echó para atras y me miró incrédulo.
-¿Qué?- dijo en un hilo de voz.
-eso mismo, amo a Sam, me he dado cuenta de que no estoy hecha para ti, lo siento- me disculpé, miré la puerta con nerviosismo. Él miró al piso para no mirarme, se alejó de mi y se acercó a mi ventana.
-yo no me rendiré, te voy a conquistar, aunque sea lo último que haga.
Saltó y se fue, la puerta se abrió, miré, ahí estaba mi padre con mi mamá al lado, se dieron cuenta. Aunque me dirán estupida, pero haré que se arrepienta por rechazarme toda esas veces.

ESTÁS LEYENDO
Mi MATE es una Vampiro
VampireLos lobos y los vampiros son enemigos por natutaleza. Astrid Sall, una chica inteligente, divertida, caprichosa y un poco rebelde. Pero ella oculta algo, es un vampiro. ¿Qué pasa cuando uno de sus principales enemigos la reclame como suy...