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Multimedia: Isaac.

Jesúcito, ¿En qué me he metido?, ¿por qué no me quedé en Londres en mi semi-vida aburrida?, ¿por qué soy tan terca?, ¿por qué no obedecí a mi mamá y me quedé alla?, pero no, ¡yo siempre hago lo incorrecto!.

Otro aullido me erizó la piel, he estado escondida en este arbol vigilandolos de cerca, se han dado cuenta de que sigo aquí, perciben mi olor, pero he regado mi fragancia por todo el bosque, restregandome contra varios arboles o solo pasando por los lados de ellos, la luna todavía sigue en la cúspide del cielo. Estoy ansiosa porqué ya salga el sol, me estoy muriendo de los nervios. Cada vez que el lobo Isaac mira hacia donde estoy, me quiero volver loca, rogando por que ni me vea.

Ví una loba gris, Loren, tener una clase de conversación con Peter, el lobo negro, Dany se acercó y le empezó a gruñir, una loba blanca, mi respiración se entrecortó al saber que se dirigían hacia donde terminaba el territorio, ya habían matado varias culebras, ranas y animales, pero no se saciaban, voy a llorar lectores, voy a llorar.

Me puse de pié en la rama, extendí mis manos y puse una clase de pared magnética delante de ellos, chocaron con ella, Dany volteó y me vió, abrí los ojos, gruñó y corrió hacia mi árbol y lo chocó haciendo que perdiera el control.

Peter y Loren se dieron cuenta, voltearon y desde que me vieron corrieron hacia mi y chocaron también contra el tronco del arbol, me resbalé pero antes de caer, me agarré de la rama en la que estaba sentada y me impulso hacia adelante, dí una voltereta en el aire y luego aterricé de pié, me dí la vuelta y los encaré, por Dios, son muchos más grandes que yo, si quisieran despedazarme ya lo harían, clavaron sus garras en la tierra y corrieron hacia mi, impulsé mis botas de la tierra y dí una voltereta encima de ellos, quedando al otro lado.

Dany se arrojó a mí, mi cabeza chocó con la tierra, empuñé los ojos, sus ojos amarillos brillaban, agarré su cuello para que sus colmillos no me alcazaran, trataban de morder mi preciosa cara, eso no lo permitiré. Puse mis píes en su estomago e impulso haciendo que volara hacia atrás, puse una mano en la tierra e hice un giro, quedé parada de nuevo frente a mis 3 lobos locos, los tres empezaron a correr hacia mi, agarré del cuello a Peter y le dí una vuelta, haciendo que se confundiera y mordiera en el cuello a Loren, Loren gimió de dolor y me gruñó, sonreí burlona, me distraje, Peter y Dany se tiraron encima de mi, pusieron sus garras en mis muñecas, me sacudí, miré los dos hocicos de perros, con todos esos colmillos y baba, me sacudí tratando de quitármelos de encima, pero algo chocó con ellos, una persona, un vampiro.

Era rubio, alto. Peter y Dany chocaron contra los árboles, quedando inconcientes, pero no por mucho, Loren se acercó a ellos, inspeccionando que no estén muertos, no lo estaban.

Me paré de inmediato.

-eres una vampiro demasiado estúpida, cuatro lobos en este círculo, ¿y te atreves a enfrentarlos?- su voz era varonil y burlona.

-son mis amigos- dije pasandome la mano por el cabello, quitando todo rastro de mugrosidad o hojas.

-¿Qué clase de vampiro tiene amigos lobos?- rodé los ojos y lo miré.

-pues yo y si te vas a estar burlando, mejor vete, estoy ocupada- gruñí.

-te voy a ayudar, por más fuerte que seas, no se puede contra una jauría de lobos en luna llena, me impresionas que los hayas controlado hasta ahora, así como los lobos son asesinos en la luna llena, su memoria desaparece al otro día- logré distinguir unos ojos azules y una sonrisa estúpida.

-eso lo sabía imbécil, todo eso lo sabía, solo es que tengo un lazo con uno de ellos, no puedo irme así por así - Hasta me sorprendí de mis palabras.

-¿Qué clase de lazo?- preguntó incrédulo.

-soy la mate de uno de ellos- musité, viendo como los lobos recuperaban el conocimiento.

-eso es imposible, los lobos no se puede imprimar de vampiros, somo enemigos.

-¿imprimar?.

-así se le llama- dijo mirándome.- te me haces conocida.

-tú tambien a mí, ¿cómo te llamas?.

-Sam River- abrí los ojos, ese apellido es de...

-¿hermano de Anne Marie?-pregunté atónita. Asintió.

-soy Astrid Sall- me sonrió.

-wao, si has crecido- escuchamos varias ramas romperse, volteamos y ahí estaba Isaac, Loren, Peter y Dany, nos echamos hacia atrás.

-son bastante fuertes, hay que confundirlos.

-si eres su mate y tú mate es el alpha, si el alpha no te hace daño ellos tampoco- murmura.

-no quiero experimentarlo, no sé que va a pasar Sam, no sé si Isaac esté en sus cinco sentidos hoy- musité, mirando esos ojos amarillos que me miraban con intensidad.

-hay que probarlo, si el da señales desde el principio que te hará daño, yo lo pararé, no permitiré que te hagan daño.

Lo mire, si tan solo me rasguña una celula, vengo de la muerte y castigo a Sam River, ¡lo juro!.

Nos dimos la vuelta, comenzamos a correr, yo era mucho más rápida que él. Planté mis píes en la tierra, me concentré, solo escuchaba las lenguas de las culebras hacer ese "ts" tan particular, a las ranas saltar por ahí, sentia mi corazón semi-muerto bombear sangre rápidamente, mis sentidos se agudizaron, sintiendo a las garras de Isaac enterrarse en la tierra y correr hacia mi, ví sus ojos acercarse hasta mi rápidamente, cerré los míos hasta que sentí que se detuvo todo, abrí los ojos, me encontré al lobo enfrente de mi mirándome como si yo fuera... la cosa más hermosa de este mundo.

Bajó su cabeza y gimió en forma de arrepentimiento, como disculpandose por que casi me hace daño, oh por Dios, esto es demasiado tierno, se acercó a mi, su alto cuerpo se bajó y pasó su cabeza por mi vientre, como queriendo sentirme.

Me hinqué y agarré su cabeza entre mis manos, acariciando su pelaje.

-shh- lo calmé, bajó su cuerpo y se acostó en la tierra, con su cabeza en mis piernas.

-lo quieres- sentí la voz de Sam detrás de mi.

-¡claro que no!, ¿cómo podria querer a un lobo?- me pregunté a mi misma, como diciendo lo obvio.

Sam rió en forma de burla, como "se, no te creo", me molesté, ¿pero qué hay de malo que lo quiera?, digo, es un lobo, mi enemigo.

Mi MATE es una VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora