El Heredero [Resubida, sin terminar)

20

Han pasado tres años desde la muerte de Gowan Macintosh, de la matanza en la capilla del castillo del clan Chattan y de la desaparición de Moira.

En estos tres años, Blaine se había hecho cargo del castillo y del señorío Macintosh. Pero también se había hecho cargo de su hermana. Rhona, tras la muerte de su padre, había sufrido de una descontrolada locura de la que era presa. No dormía, no comía apenas si no era obligada, su cuerpo sufría los estragos y era víctima de horribles alucinaciones que la aterraban y amenazaban su vida.

Un día, creyendo ver a su padre, siguió su estela a través de los pasillos del castillo hasta llegar a la torre, desde donde estuvo a punto de arrojarse al vacío de no ser por un vigilante. Tras esto, quedó encerrada en su alcoba por su propia seguridad, siempre con una doncella custiodándola. A veces, tal era su locura, que la doncella no podía hacerla volver a su lecho, y hacía falta la ayuda de uno de los guerreros para reducirla.

Las malas noticias no hacían más que amontonarse para Blaine, ya que Logan, el antiguo consejero de su padre, al no poder casarse con su hermana, urdió un entramado plan donde huyó del castillo llevándose consigo una buena parte del oro del castillo.

Viendo traidores y creyéndose víctima de alguna conspiración,selló las puertas del castillo, intentando protegerse a él y a su debilitada hermana.

Por su parte, Moira siguió aprendiendo las artes mágicas con Caterina, su salvadora.
Juntas, recorrieron gran parte de los páramos escoceses poniendo a prueba a Moira y haciéndola partícipe de la magia.

La joven muchacha consiguió reponerse a la muerte de su prima Lausanne, con ayuda de su maestra. Forjó su corazón en acero y se dedicó por entero a sus habilidades mágicas.

Se establecieron en un poblado nómada, donde rápidamente adquirieron la fama de brujas. Juntas ayudaron a sus vecinos con ungüentos y pomadas, pero también con conjuros y rezos. A cambio, ellos le otorgaron una protección que les hacía falta. Y empezaron a ser muy conocids en la basta extensión escocesa, su fama les precedía.

Allí, Moira conoció a Eileen, una joven gitana, que pronto se convirtió en su amiga.

Pero si bien el destino los había mantenido separados, a sus vidas todavía les quedaba un giro más que dar.