Era una noche serena, gran parte de la ciudad estaba ya descansando.
Para Javier, los días solían ser más largos que para el resto, siempre era el primero en llegar y el último en salir. Ese día, cuando se disponía a salir del «cuartel» no sintió más que lástima por sí mismo. Miró mecánicamente su reloj; ya se marcaban las once menos cuarto, había estado trabajando muy duro. Adormilado se enderezó, estar todo el día sentado frente a un ordenador lo tenía exhausto.
«Necesitas otro empleo –se dijo-».
Mientras cerraba el local, no se percató de su agresor, que apareció desde las sombras.Cuando se abalanzó sobre él, la luz alumbro a un individuo extraño, oscuro, que sin aviso lo sujetó por el cuello y lo lanzó a unos metros. Tenía más fuerza de lo que aparentaba.
—Dime donde está -gruñó-.
Su voz sonaba fría. Parecía decidido a cualquier cosa. Eso le enchinó la piel.
«Tendré que improvisar»
—No sé de qué me hablas –replicó Javier amedrentado-.
—Tengo prisa, por favor no me lo compliques –dijo con un deje de indiferencia-
Para qué mentirle, aquel tipo lo sabía incluso mejor que él.
—Yo no sé dónde está –replicó temeroso-. Pero aquí no. Te lo juro.
—Mientes.
El invasor sacó una especie de daga y la acercó a su víctima. Javier se estremeció y sintió que su sangre se calentaba. Nunca había temido por su vida como esa noche. No sabía de lo que aquel tipo sombrío era capaz. Pero estaba dispuesto a dar su vida por ese secreto, había jurado por su vida protegerlo de las manos equivocadas y ese era el momento.
—¡Nunca te lo diré! Puedes matarme, si quieres.
—Suena tentador, pero cometes un error. Ofreces tu vida por una mentira.
Giró el arma en su mano y golpeó con el revés a Javier en la cabeza. Mientras este se desplomaba, aquel hombre sacó un dispositivo de su bolsillo y se encaminó inmutable a la zona central del complejo, hacía mucho tiempo que no iba por ahí. Por un momento se sintió melancólico.
«Esto será rápido».
Activó el artefacto y una onda de luz azul salió de él, extendiéndose por todo el local. Un segundo más tarde un leve y agudo sonido resonó en la sala.
«Te encontré».
El personaje tomó el objeto, presionó un botón y en un remolino se desvaneció, ya solo quedaba el silencio de la noche...
Cuando Javier despertó desorientado, estaba solo. Media hora había pasado.
—¡Oh, no!
Este era el principio del fin, Javier lo sabía
La fase uno completa.

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El Viajero©
Science FictionJaden Black es un joven estudiante que luego de un día de clases, se da cuenta de que algo extraño está sucediendo y se ve obligado a resolver una situación tan compleja que podría cambiar el rumbo de la historia.