Capítulo 1 - Jaden Black

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Era un viernes 13 de junio de 2014, un día bastante fresco en la Ciudad de San Pedro Sula, 15º C según anunciaban los noticieros matutinos, el más fresco de lo que llevaba el año; últimamente el clima cambiaba drásticamente, unos días llovía, otros como el caso de ese día, estaban bastante fríos, pero algunos otros había un calor abrasador. Los habitantes de la zona ya estaban acostumbrados a aquellas variabilidades. Esa mañana los árboles se agitaban al compás de los frescos aires del este y las hojas caían, mientras el día, que parecía particularmente tranquilo, avanzaba lentamente, un muy gris cielo cobijaba la ciudad.

Daban las 8:30 a.m. y en el Instituto José Trinidad Reyes ya se escuchaba un susurro entre las aulas, se acercaba la hora del recreo y cuando la hora se acerca los estudiantes comienzan a ponerse intranquilos. Era un día de clases corriente, aunque los viernes eran días felices, porque era el preludio de fin de semana, al menos para gran parte del alumnado, los de grados mayores tenían clases los sábados, ellos no recibían aquellos días con mucha placidez.
Unos alumnos se salían de sus aulas a charlar mientras esperaban a sus profesores, otros eludían las clases y algunos más resueltos salían, arriesgándose a ser suspendidos o a hacerse acreedores de una sanción todo por comprar algo para comer un poco antes de la hora de la merienda.

Como eran mediados de junio ya se comenzaba a escuchar el movimiento de la feria, lo que significa una semana sin clases y pocas cosas ponen de buen humor a los estudiantes como las vacaciones y luego de dos o tres meses está también la feria tecnológica que duraba dos días, pero como no se reciben clases, para los alumnos significa una y solo una cosa:veraneos. La feria tecnológica es una actividad que se realiza cada año en el colegio, participan los estudiantes de primero, segundo y tercero de la carrera más solicitada de la institución, o sea, computación. Aquí durante dos días se muestran los mejores y más espléndidos proyectos de los estudiantes y se eligen los tres mejores. De las principales celeridades de todo el colegio.

En uno de sus salones, en la clase de Ciencias, la licenciada López impartía su clase,animada como se mostraba cada día al impartir su materia. Por desgracia durante el tiempo que había estado dando su clase, eran contados los estudiantes que en determinado momento se mostraron interesados en lo que decía. A pesar de que tenía fama de ser una de las mejores maestras de la institución, eso por sus exitosas técnicas de enseñanza.

La licenciada Mirna López era bajita, ojos negros, un tanto robusta y a pesar de sus 40 años, expelía un aire juvenil, su cabello que aún permanecía negro, lo decía mejor que nada. Siempre, con un semblante templado y serio, había esculpido una imagen de seriedad a lo largo de sus 15 años de enseñanza en el instituto.

-Darwin aseguró -decía ella elocuentemente- que nosotros somos producto de la evolución, que cada ser procede, técnicamente, de otro menos desarrollado. Y nosotros los seres humanos no somos la excepción, somos el más alto péndulo en la escala evolutiva, y se afirma que nuestra procedencia -hizo una pausa- son los primates...

-Si me lo permite-interrumpió alguien-estoy en desacuerdo con usted.

Desde la última fila, un joven miraba a la profesora con una sonrisa insultante. Teníamos ojos lacrimosos y una mirada perdida, como si acaba de despertarse de un sueño muy profundo.

Todos los alumnos se pusieron atentos, por fin algo interesante en una clase tan tediosa, ahora solo faltaba disfrutar cómo se le quitaba esa sonrisa del rostro. Nadie, más que él se había atrevido a interrumpir a la licenciada antes y peor a contradecirla; Las razones eran sencillas: era demasiado estricta y malhumorada, tanto que los jóvenes creían que ella estaba pendiente incluso de que tan fuerte respiraban. Por lo tanto, esperaban que el muy menso tuviera algo con que excusarse o se arriesgaba a ser expulsado, al menos de esta clase por vago.

El Viajero©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora