Capítulo 19 - Tiempo

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Eran las 2:35 ya cuando Jaden guardaba los objetos en la mochila. Previamente había hecho un leve chequeo al lugar, siempre antes de salir o entrar a su habitación se cercioraba de cada detalle, de esa forma se daba cuenta si alguien había entrado. Lo típico era la posición de los objetos, siempre que alguien entraba, era la obvia señal porque los movían de sus lugares. Era algo que simplemente no podía evitar, recordaba bien ese tipo pequeño de cosas. No podía hacerlo a grandes escalas, era por eso que era malo con las direcciones.

Como había imaginado, nadie había entrado desde la mañana que salió, o al menos no había dejado evidencia de su estadía. De igual manera, hubiese sido muy difícil que encontraran su mochila, había tomado medidas para esconderla. Cuando la recuperó de su lugar, buscó los demás objetos, ya que los había separado todos. Así que le llevó unos minutos recopilar cada pieza de diferentes partes del cuarto. Al ocultarlos había pensado que, si por cualquier razón alguien encontraba la mochila, no se llevaría nada especial. Y tampoco imaginaría que había algo más. Había sido una buena idea. Cuando hubo reunido cada objeto, se sintió más tranquilo, todo estaba bien. Colocó cada cosa dentro y se recostó. Mientras miraba el techo, pensaba en todo lo que había pasado aquel día, y aunque aún no se había acabado, lo más fuerte ya había pasado. Entre tanto que pensaba y meditaba, su mente comenzó a divagar, miró luces, caminos y más tarde... nada.

Se quedó dormido. Después de tanto, sintió que estaba descasando.

Había voces en el fondo, puertas abriéndose y pasos por todos lados. Entonces se despertó, al parecer por los ruidos de doña Rafaela y su hija entrando. Había estado casi hora y media durmiendo, pero dentro de sí sentía que había sido una eternidad, su cabeza había estado dando vueltas y una extraña ansiedad más un raro estado de alerta, no habían dejado que tuviese descanso real, contrario a lo que había imaginado inicialmente. Ahora se sentía un poco más cansado después de todo. Se levantó de muy mal humor aquella tarde. A decir verdad, era bastante común en él. Cuando se despertaba de repente, los despiertos pagaban las consecuencias, pero esta vez debía guardárselo, no había razón para desquitarse el malestar con quien no le merecía, mejor pensó en bajar a saludar. Aún se preguntaba hasta qué nivel aquellas personas conocían lo que había pasado y estaba pasando, ya habían demostrado conocer parte de la historia. La pregunta era cuándo iban a decirle la verdad o explicarle todo lo que ellos conocían. Probablemente le serviría esa información ahora que había pasado a una nueva fase, aún había cosas por aclarar en aquella cuestión. La familia aún tenía protagonismo en aquella historia.

Un toc toc le interrumpió de nuevo sus pensamientos.

—¿Estás ahí? -Merary tocaba a su puerta-

—No. -Su respuesta salió sin pensarlo-.

Una risa seca se escuchó detrás de su puerta. Forzada

—Deberías bajar. Ya volvimos.

—Si no me lo dice...

—¿Ahh?

—Que ya voy.

—¡Bueno! -dijo largamente-.

Segundos más tarde se escuchó su paso por las escaleras. Se irguió y caminó hacia la puerta con dirección a la sala. El ambiente en la casa había cambiado. Aquellas dos personas le ponían algo de movimiento a aquel silencioso lugar, por un momento había olvidado cómo era cuando ellas estaban ahí. Cuando bajó, estaban colocando cosas que habían traído.

—¿Necesitan ayuda?

—Ahh. Hijo, ¿cómo te fue? -apuntó la señora-

—No tan bien como a ustedes... al parecer.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2016 ⏰

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