✴ VIVO PER LEI ✴ {Gianluca Ginoble & Tú} #Wattys2015

Capítulo 12: La llamada.

✴✴✴✴✴ NARRA TN ✴✴✴✴✴
Me desperté al día siguiente. Las tripas me rugían como si tuviera un león en la barriga. Eché un vistazo alrededor y lo recordé todo: Estaba en casa de Edoardo porque me había escapado, y tenía tanta hambre porque anoche no había cenado. Ahora que lo pienso, él tampoco lo había hecho. Salí de la cama, que olía a chico (buen olor ese), y me fui al salón, pero no lo encontré en el sofá. ¿Dónde estaba?
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No pude dormir bien esta noche. No fue por culpa de estar incómodo en el sofá (que, de hecho, no lo estaba). Tenía miedo de que TN se levantara y me encontrara sin las gafas, obviamente no me las iba a poner para dormir. Terminé levantándome a las 7:30 am, y, como no sabía qué hacer, me fui a dar un paseo. Cogí las gafas, por supuesto, pero no me las puse. Arranqué el coche y creo que recorrí la ciudad entera, sin rumbo, sin un lugar concreto al que ir.
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Yo seguí buscando a Edoardo, sin éxito. De verdad, ¿dónde se habría metido este chico? Decidí entrar a la cocina, y, para mi sorpresa, la tortilla que se había hecho anoche seguía sobre la mesa. La observé de cerca, detenidamente:
TN: Qué mala pinta tiene... Esto ya no sirve para comer.
La cogí y la tiré a la basura, incluso estaba cogiendo moho:
TN: ¿Y por qué no le preparo yo el desayuno? Es lo menos que puedo hacer.
Dicho y hecho. Vi la nevera, la abrí y cogí todos los ingredientes que necesitaba.
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Miré la hora en mi móvil. Las 12:45 am... Quizá ya se hubiera despertado. Será mejor que vuelva y le prepare algo. Yo ni siquiera desayuné, también estoy hambriento. El teléfono móvil sonó de repente. Me asustó un poco, pero contesté:
Gianluca: ¿Diga?
Ignazio: Buenos días, Ginoble.
Ignazio... ¿Qué querría ahora?:
Gianluca: Hola, Igna. ¿Qué pasa?
Ignazio: No me gusta que digas mi nombre, y menos abreviado.
Bufé. Qué quisquilloso era:
Gianluca: Vale, perdón. ¿Pero qué quieres?
Ignazio: Adivina quién ha desaparecido...
Joder, no. Por supuesto que ellos sabrían que TN se había escapado. ¿Y ahora qué?:
Gianluca: ¿Quién?
Ignazio: Mi querida primita. Tú no sabrás nada, ¿verdad?
Los nervios aumentaban con una intensidad increíble dentro de mí:
Gianluca: No, no, yo no sé nada.
Ignazio: ¿Cuándo la viste por última vez?
Gianluca: Eh... Ayer fui al bar y le hablé. Esa fue la última vez que la vi...
Carraspeó un poco al otro lado:
Ignazio: ¿Me estás diciendo la verdad, Gianluca?
Gianluca: Sí, sí, completamente.
Ignazio: No pareces seguro. ¿Debo recordarte que...
Gianluca: ¡¡¡TE JURO QUE NO LA HE VUELTO A VER, TE DIGO LA VERDAD!!!
Ignazio: Vale, vale, está bien. Supongo que te sientes frustrado, porque si no sabes dónde está, no puedes vengarte.
Gianluca: Hay cosas más importantes que la venganza en esta vida, Ignazio...
Ignazio: ¡QUE NO DIGAS MI NOMBRE! Sí, quizá haya cosas más importantes que esa, pero no para mí. Me gusta tomarme la justicia por mi mano.
Gianluca: Pero...
Ignazio: Pero nada. Como descubra que no me has dicho todo lo que sabes, tú serás mi próxima víctima, tenlo por seguro. Me vengaré de todos vosotros ¿entendido? Y de tu familia también...
Gianluca: Bueno, te dejo. Chao.
Colgué rápidamente y corrí al coche. Debía volver, no podía permitir que la descubriera, no podía permitir que le hiciera daño. Conduje lo más rápido que pude y, antes de abrir la puerta, me puse las gafas:
Gianluca: TN, ¿dónde estás?
No me contestó, así que me fui a la habitación, pensando que todavía estaba durmiendo. Pero no. Mi cama estaba vacía, con las sábanas echadas para atrás. Mierda... ¿No estaba en casa?
Gianluca: ¡¡¡TN!!! ¡¡¡TN, POR FAVOR, DIME QUE ESTÁS!!!
Entré en la cocina a la carrera y vi que había preparado el desayuno, pero no solo para ella, sino para los dos. Pero no la veía por ninguna parte...
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Después de hacer el desayuno, entré al baño para ducharme. Me estaba secando el pelo cuando escuché que llamaban por mí, a gritos, como si pasara algo. Me tapé con una toalla y salí con la cabeza empapada:
TN: ¿Qué pasa?
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De pronto, sentí abrirse una puerta y ella entró en la cocina. Estaba mojada, sé que suena muy mal, pero realmente estaba mojada... Le quedaba bien el pelo así. Corrí a abrazarla, también me mojé yo, pero no me importó:
Gianluca: Oh, Dios, creí que te habías largado... Qué susto me has dado, TN, te lo juro...
Correspondió a mi abrazo:
TN: ¿Por qué te has preocupado tanto? Yo debería ser la única asustada aquí. Me has dejado sola en tu casa...
Gianluca: Lo siento, lo siento de veras, no volveré a hacerlo nunca más, perdona...
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¿Por qué se comportaba de ese modo? ¿Tanto le importaba? Si solo hacía un día que nos conocíamos... Aunque para mí, empezaba a ser como si lo conociera de toda la vida. Quizá a él le pasaba lo mismo:
TN: Tranquilo, tranquilo, ya está... Mira, ¡te he hecho el desayuno!
Señalé orgullosa la comida que había cocinado. Él la miró y sonrió:
Gianluca: Muchas gracias, pero no tenías por qué...
TN: ¿Bromeas? Podría hacer mucho más, pero no me dejas.
Gianluca: ¿Como qué? ¿Qué más podrías hacer por mí?
Rodé los ojos:
TN: Podría marcharme a un hotel.
Negó rotundamente:
Gianluca: NO. Te quedarás aquí conmigo, no quiero que te pase nada, ¿ES QUE NO LO ENTIENDES?
TN: ¿Por qué me chillas?
Gianluca: Mira, no quiero gritarte, pero ahora eres mi responsabilidad y no puedo ponerte en peligro, ¿vale?
Reí:
TN: ¿Cómo que en peligro? ¿Qué me van a hacer, si aquí nadie me conoce?
Él vino hacia mí y me cogió la cara con las manos:
Gianluca: Nunca sabes los peligros que acechan. No puedes verlos todos, pero ahí están. Por favor, si de verdad quieres hacer algo por mí, no te muevas de esta casa a menos que quieras volver a la tuya. Pero si quieres regresar, yo te llevo. No quiero que vayas sola.
Lo miré con cara rara, y al final dije:
TN: Vale... Te haré caso. Ahora, siéntate a la mesa y come, yo terminaré de vestirme, y... Ni se te ocurra mirar.
Reí divertida y entré de nuevo en el baño.
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Es tan tozuda... Pero siempre ha sido así, no va a cambiar ahora, y yo... Tampoco quiero que cambie. Me senté, observando la comida, pero no quise empezar hasta que salió ella:
TN: Bien, ya he terminado. ¡Que aproveche!
Sonreí. Estaba preciosa:
Gianluca: Que aproveche...
Comenzamos a devorar todo, ambos nos moríamos por llevarnos algo a la boca. De repente, un teléfono sonó, pero no era el mío...:
TN: Me llaman.
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Cogí mi móvil y me lo puse al lado de la oreja:
TN: ¿Quién es?
Piero: ¡TN! Oh, gracias a Dios que estás viva...
Mierda. ¿Por qué he sido tan estúpida y lo he cogido?:
TN: ¿Qué quieres?
Piero: Quiero que vuelvas a casa.
TN: Nunca, ¿me has oído? NUNCA.
Piero: No seas testaruda, ¿dónde has pasado la noche?
Yo volví a la cocina, me senté y puse el altavoz para que Edoardo también escuchara:
TN: ¿Sabes dónde he pasado la noche, Piero? ¿De verdad quieres saberlo?
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¿ESTABA HABLANDO CON PIERO? ¿LE IBA A DECIR DÓNDE Y CON QUIÉN ESTABA? AY DIOS... Si hacía eso, estaba perdido. Empecé a hacerle señas y aspavientos para que se callara, pero no me hizo caso. Ella me levantó el pulgar en señal de OK:
Piero: Sí, por supuesto que quiero saber dónde estás.
TN: Vale, pues... ESTOY EN CASA DE MI NOVIO, ¿CÓMO TE QUEDAS?
¿¿¿PERO QUÉ COÑO??? ¿¿¿QUÉ ESTABA DICIENDO??? Yo abrí los ojos como platos, pero ella siguió:
Piero: ¿Qué has dicho?
TN: YA HAS OÍDO, HERMANITO, TENGO NOVIO, Y ESTOY EN SU CASA.
Piero: No te creo... Anda, dime ya dónde estás, iré a buscarte.
TN: ¿SABES QUE NOS HEMOS ACOSTADO? LO HEMOS HECHO EN TOOOODAS LAS POSTURAS POSIBLES, ¿DE VERDAD SIGUES CREYENDO QUE NECESITO UNA CHARLA SOBRE SEXO AHORA?
MADRE MÍA, ¿POR QUÉ ESTÁ DICIÉNDOLE TODOS ESOS DISPARATES? ¿EN QUÉ MIERDA ESTÁ PENSANDO?:
Piero: No... No es cierto...
TN: ACÉPTALO, TU HERMANA PEQUEÑA YA ESTÁ HECHA TODA UNA MUJER. CHAO PIERO, PÁSALO MUY BIEN CON IGNAZIO.
Piero: No. ¡NO, ESPERA, NO CUELGUES!
Pero colgó. Me miró y se rió mucho:
Gianluca: ¿Se puede saber por qué demonios le has dicho eso a tu hermano?
TN: Tranquilo. Le he mentido porque me encanta escandalizarlo.
Gianluca: ¿Y te parece bien eso? ¿Crees que se lo merece?
Dudó:
TN: Bueno, yo...
Gianluca: Quizá te estás equivocando de persona y el que se merece toda tu rabia es otro, no él.