Capítulo 20: ¿Quién me va a creer?

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✴✴✴✴✴ NARRA TN ✴✴✴✴✴
Cuando estuve lo suficientemente lejos de Gianluca, me acomodé en el taxi e inspiré y expiré lentamente para relajarme, pero el taxista estaba muy extrañado por mi comportamiento (claro, como para no estarlo):
Taxista: Oiga, ¿por qué quería huir de ese chaval?
Volví a llenar mis pulmones de aire y lo expulsé ruidosamente de nuevo:
TN: Quería... Quería obligarme a quedarme con él en su casa.
Me echó un vistazo por el retrovisor y sonrió:
Taxista: No me extraña. Es usted... Muy agradable a la vista, señorita.
Dios, si no bastaba ya con la mentira de Gianluca, ahora este señor me tiraba cumplidos propios de un fontanero de eses que llevan la raja del culo al aire. Traté de sonreír sin que notara que lo hacía forzada:
TN: Vaya, gracias...
Taxista: No hay de qué. Siempre es un placer para mí llevar a mujeres guapas en mi taxi. ¿Adónde quería ir usted? ¿Al bar de Ignazio?
Asentí:
TN: Sí, así es...
Taxista: Perfecto. Estará usted allí enseguida.
No era un farol. En menos de 5 minutos, el taxista había aparcado al lado del bar. Sonreí al verme ya en casa:
TN: Muchas gracias, de verdad. ¿Cuánto es?
Taxista: Como es la primera vez que se sube y es una señorita muy bonita, no le voy a cobrar. Una pregunta: ¿Trabaja aquí?
TN: Sí, lo hago.
Taxista: ¡Oh, genial! Pues ya nos veremos cuando venga por aquí, ¡adiós, señorita!
TN: Adiós.
Salí del vehículo y cerré la puerta. Me quedé inmóvil un momento, pero luego avancé hasta la entrada y llamé al timbre. Abrió Piero:
Piero: ¡Hey! ¿Cómo tú por aquí tan pronto?
TN: Ay, Piero...
Entré y me abracé a él lo más fuerte que pude. Necesitaba desahogarme con alguien y que me reconfortaran:
Piero: ¿Qué pasó? ¿No te lo has pasado bien con tu amigo?
Empecé a llorar otra vez como una loca:
TN: Quiero contarte algo, pero no me vas a creer... Porque ni yo misma era capaz de creérmelo.
Me miraba con cara rara:
Piero: ¿Pero por qué lloras? Cuéntamelo todo, te prometo que te creeré...
Negué:
TN: No, no lo harás... Pero voy a contártelo igualmente. Pensarás que estoy loca y obsesionada, pero te juro que jamás bromearía con esto.
Me cogió del brazo y me llevó hasta la cocina, donde nos sentamos:
Piero: Venga, déjate de rodeos y échalo todo fuera ya. ¿Por qué estás así, tan afectada?
Seguía llorando, y dije, entre hipidos y sollozos:
TN: El amigo con el que había quedado se llamaba Edoardo... Pero, ¿sabes qué? Edoardo no existe.
Se sorprendió:
Piero: ¿Cómo que no existe? ¿A qué te refieres con eso?
TN: Bueno... Que Edoardo no se llama Edoardo...
Piero: ¿Y entonces, cómo se llama? ¿Te ha mentido sobre su nombre? Te confieso que no es muy normal que hagan eso, pero tampoco es para ponerse de esa manera, hermanita...
TN: ¡NO, NO, NO! ¡EDOARDO NO EXISTE! Porque... Edoardo es Gianluca.
Abrió mucho los ojos y luego los cerró con fuerza y se apretó con el pulgar y el índice de la mano derecha el principio de la nariz, justo entre sus ojos marrones:
Piero: TN... Creo que esto ya es demasiado.
Bufé:
TN: ¿Ves? Ya te dije que no me ibas a creer... Pero está vivo. ¡ESTÁ VIVO, PIERO, CASI NOS ACOSTAMOS!
De repente, se enfadó:
Piero: Mira, te quiero muchísimo y lo sabes, pero odio que no seas capaz de aceptar que está muerto. Tu mente te está jugando malas pasadas...
TN: ¡YO TAMBIÉN CREÍ QUE ERA ESO, DE VERDAD QUE SÍ, PERO NO LO ES!
Piero: Bueno, TN, ¡basta ya! Mañana es tu primer día de universidad, no quiero que te descentres en tus estudios por estupideces como esta.
TN: ¡PERO PIERO!
Piero: ¡NO! Vete a tu cuarto a preparar la mochila. Venga, vamos.
Me señaló las escaleras con mueca de molestia y yo no tuve más remedio que resignarme a que ni él ni nadie me iba a creer, las subí y me metí en la habitación a llorar. Todavía no podía hacerme a la idea de que Gianluca me la había jugado... Me la había jugado pero bien.
✴✴✴✴✴ NARRA IGNAZIO ✴✴✴✴✴
Ya eran horas de cerrar el bar, así que fui a avisar a Nico:
Ignazio: Nico, tío, ya te puedes ir. Es hora de cerrar.
Nico: Vale, está bien. Oye, ¿y TN?
Puse los ojos en blanco, pero le respondí igual:
Ignazio: Mañana empieza la universidad, así que le he dado el día libre para que descanse. ¿Por qué preguntas por ella?
Él sonrió con picardía:
Nico: No, por nada en particular... Hasta mañana, Ignazio.
Puse cara de interrogante:
Ignazio: Hasta mañana...
No me gustaba nada la expresión que había puesto al referirse a TN. Espero que no se la esté cepillando... Será algo humillante descubrir que mi prima folla más que yo. Me fui a casa y, cuando abrí la puerta, me encontré a Piero bebiéndose una tila. Parecía frustrado:
Ignazio: Primo, ¿qué tal? ¿Y esa tila?
Suspiró:
Piero: Mira... Te juro que yo ya no sé nada... TN ahora empieza a desvariar, parece como si estuviera loca... Si no me emborracho con manzanillas y mil mierdas más, no soy capaz de soportar tanta tontería.
Dejó la taza en la mesa de nuevo y se quedó mirándola. Yo necesitaba enterarme de lo sucedido:
Ignazio: Pero... ¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha dicho?
Piero: Te reirás... Le ha dado por decir que Gianluca está vivo.
¿Cómo? Pero... Eso solo podía significar una cosa: Ginoble la había cagado. Me había traicionado. Pero decidí no apresurarme:
Ignazio: Oh, déjala... Eso seguramente son los nervios por su primer día en la universidad. Cuanta menos importancia le des, mejor. ¿Se ha ido a dormir?
Dijo que no con la cabeza:
Piero: No. Está en su habitación, preparando la mochila para mañana. Pero espero que hoy duerma bien y se despierte siendo normal otra vez.
Ignazio: Ya verás como sí.
Y lo dejé tomándose la tila. Subí a la carrera las escaleras y llamé a su puerta (casi no lo hago porque no estoy acostumbrado, suelo entrar en tromba siempre que quiero):
TN: ¡Adelante!
Pasé y la vi en el suelo, rebuscando entre los libros que le había comprado y con la cara llena de lágrimas:
Ignazio: Hola.
Al verme, se limpió las lágrimas rápidamente y me sonrió. Era una sonrisa fingida:
TN: Hola, Ignazio...
Me senté en el suelo con ella y le pasé un brazo por los hombros:
Ignazio: ¿Por qué lloras?
TN: No lloro.
Ignazio: A mí no me engañas. Te vi llorando. ¿Por qué?
TN: Oh... Por nada, no te molestes, yo estoy bien.
Ignazio: Venga, Piero me lo ha contado todo.
Le acaricié el brazo:
TN: Oh, genial. Así ya podéis reíros de mí los dos.
Ignazio: ¡No! No, no no no no no. De hecho, lo que venía a decirte es que... Yo te creo.
TN: ¿Qué?
Le cogí las manos:
Ignazio: He dicho que te creo. Yo también pienso que Gianluca está vivo.
TN: ¿En serio me crees?
Ignazio: Por supuesto que sí. Es muy raro que no lo encontraran cuando supuestamente murió, ¿verdad?
TN: Ignazio, yo lo vi... He estado hoy con él. Él es Edoardo.
Me hice el sorprendido, aunque por dentro obviamente lo sabía todo. Y saber esto, el desliz de Ginoble, daba paso a mi plan. Esta idiota no podía ni imaginarse que acababa de firmar su sentencia de muerte.

✴ VIVO PER LEI ✴ {Gianluca Ginoble & Tú} #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora