Capítulo 10: Preguntas y respuestas.

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✴✴✴✴✴ NARRA GIANLUCA ✴✴✴✴✴
Ella continuaba llorando, y yo necesitaba formularle la última pregunta, y era la más importante de todas para mí, así que me acerqué y la abracé:
Gianluca: Desahógate... Llora, grita, haz lo que quieras, pero saca toda la mierda fuera...
Incrustó su cara en mi pecho lo más fuerte que pudo y pegó un gran grito, tan estridente que la colina parecía temblar. Yo cerré los ojos y alcé la cabeza hacia el cielo, apretándola a ella contra mí, pero se cansó pronto de estar así conmigo y se puso de pie:
TN: Odio esto, lo odio todo, yo lo necesitaba conmigo, a mi lado... ¿Por qué no me dejó explicarme? Así se habría evitado toda la tragedia... Incluso lo odio a él por no haberme dado la oportunidad... ¡DIOS! ¿¡POR QUÉ NO PUDE MORIR YO!?
Se agachó para coger una piedra del suelo y la lanzó lejos:
TN: Ignazio tenía razón. Debí haber muerto yo en vez de mis padres. Y también en vez de Gianluca.
¿En serio Ignazio había sido capaz de decirle algo tan rastrero como lo era eso? No me lo esperaba para nada... La seguí y la sujeté por los brazos:
Gianluca: No, tú... Tú no le dijiste que se suicidara. Fue decisión suya. No entiendo cómo alguien puede herir a otra persona de esa manera... Lo siento mucho.
TN: Gracias... Pero eso no cambia que Gian haya muerto con una mala impresión de mí. Para él, yo era su princesa, su fantasía... Y él lo era todo para mí.
Gianluca: Quizá él quería un amor de película.
TN: No te engañes, sí que lo quería. Le chiflaban las historias de amor que salían en la gran pantalla. Esa era una de las cosas por las que era realmente especial. Deseaba hacerlo todo como en las pelis, pero siempre le ponía su toque personal.
Tenía toda la razón. Siempre había querido tener una vida de película, y ahora estaba atrapado en este drama...:
Gianluca: ¿Puedo hacerte una pregunta? Es la última, lo prometo...
Volvió a acercarse a mí y sonrió:
TN: Claro. Puedes hacerme las preguntas que quieras.
Pestañeé dos veces, pero no lo notó por culpa de las gafas:
Gianluca: ¿Tú sigues queriendo a Gianluca? Es decir, ¿sigues enamorada de él?
Exhaló una risa:
TN: Ay, ¿para qué quieres saber?
Contraataqué:
Gianluca: Dijiste que podía hacerte las preguntas que quisiera.
TN: Sí, y puedes. Pero eso no implica que te las vaya a contestar.
Me estaba frustrando mucho. Me llevé las manos al pelo e hice fuerza en mi cabeza:
Gianluca: Dios...
TN: ¿Qué te pasa?
Moví la cabeza de lado a lado, como diciendo que no:
Gianluca: Me prometiste que me lo contarías todo si te ayudaba a fugarte... Y te he ayudado. Me siento estafado, la verdad.
Por lo visto, eso la hizo sentirse culpable, y terminó cediendo:
TN: De acuerdo, perdona. Sí, me has ayudado mucho y creo que lo mínimo que te mereces es una respuesta.
Gianluca: ¿Y bien?
Miró al suelo y se le escapó una sonrisa traviesa:
TN: Lo amaba, lo amo y lo amaré. Nunca he sido capaz de olvidarlo. Nunca he dejado de sentir lo que sentía por él, es más, ahora que no lo volveré a ver, el sentimiento se ha acrecentado. Pero ya eso qué importa ahora, él ya está muerto y nada de lo que diga cambiará su forma de pensar sobre mí. ¿Sabes lo que jode que el amor de tu vida se haya suicidado por tu culpa y que se haya muerto pensando que jamás lo quisiste? Aunque, bueno... No todo fue precisamente mi culpa. Pero esa versión de los hechos no me dio tiempo a contársela.
Rebobinemos, por favor... ¿Ha dicho que me ama? ¿Sigue enamorada de mí? Aquí hay algo que no encaja... Algo que se me escapó:
Gianluca: Cuéntame esa versión. Quizá... Quizá te sientas mejor así. Yo te escucharé.
TN: Está bien... Las amigas que me animaron a beber aquella noche lo tenían todo planeado. Estaban celosas de mí porque Gianluca era el novio que todas ellas querían. Los suyos no eran como él ni de lejos. Y, para asegurarse de que estaría vulnerable, me echaron droga en la bebida. A eso le añadimos la borrachera que me cogí yo solita... Le pidieron a un chico que les hiciera el favor de llevarme a la cama y acostarse conmigo... Y luego ellas se lo chivaron a Gian. En realidad, esas zorras son las verdaderas culpables de su muerte. Las odio con todo mi corazón. Si matar no fuera delito, haría lo que fuera por exterminarlas con mis propias manos...
¿QUÉ? ¿Así que ella no me había engañado? ¿La habían drogado? ¿Y ella seguía enamorada de mí? Dios, todos estos años ideando un plan como este para nada... Solo la he puesto en peligro sin razón alguna. Y lo peor era que ya no había marcha atrás. Estaba entre la espada y la pared: Mis familiares o ella...
TN: ¿Edoardo?
Pasó una mano por delante de mi cara:
Gianluca: ¿Eh? Sí, sí, ¿qué pasa?
TN: Nada. Pareces... Pensativo, no sé.
Gianluca: Ah, bueno... Ya te he dicho que este es mi lugar de pensar.
Se rió:
TN: Cierto. Bueno, ya que tú has querido saber cosas sobre mí, yo también quiero saberlas de ti. ¿Te parece?
Apreté los labios:
Gianluca: Eh...
Pero ella puso cara de cachorrito para conseguir lo que quería:
TN: Porfa... Porfa...
Me rendí:
Gianluca: Está bien, de acuerdo, tú ganas. ¿Qué quieres saber?
Sonrió, se sentó otra vez en el suelo y me obligó a hacer lo mismo:
TN: ¿Cómo te llamas?
Gianluca: ¿Qué? Eso ya lo sabes. Edoardo.
TN: Sí, pero me refiero a nombre completo, con apellido.
Gianluca: Ah, pues yo... Me llamo... Edoardo... Ferro. ¡Sí, Edoardo Ferro! JÁ, ese es mi nombre.
TN: Vaya, nunca había visto a alguien enorgullecerse tanto de su nombre.
Gianluca: Es que... Yo soy muy entusiasta...
TN: No, si eso está muy bien, me gusta. Bien, siguiente pregunta: ¿Tienes novia?
Gianluca: Eh... No. Soltero.
TN: ¿Y has tenido alguna ex novia?
Bufff, ¿y ahora qué le iba a decir? ¿Que ella había sido la única? Me delataría y no podía consentir eso.
Gianluca: Pues... Sí. Solamente una.
Bravo, Gianluca, has pasado de ser un estúpido a un completo retrasado, ¡felicidades! Considérate afortunado si consigues que alguien asista a tu verdadero funeral...:
TN: ¿Y qué pasó con ella?
Querido Gian, trata de no meter más la pata, para variar:
Gianluca: Pues... Nada fuera de lo normal. Dejamos de sentir amor el uno por el otro. Simplemente eso. Las cosas no funcionan si son forzadas.
Uf, qué cerquita he estado de cagarla... Debo tener más cuidado con lo que digo, se me escapan las palabras por la boca y eso puede fastidiarlo todo más de lo que ya lo he fastidiado yo...:
TN: Ah. Ojalá yo no hubiera tenido que lidiar con una relación tan desastrosa...
Gianluca: Ya, bueno...
Si tú supieras... Miré mi reloj de pulsera:
Gianluca: Oye, creo que deberíamos volver al coche. Es hora de llevarte a casa, ¿no estás cansada?
TN: Como quieras... No te voy a mentir, tengo un poco de sueño.
Gianluca: Decidido entonces. Vamos.
Le ofrecí mi mano y bajamos la colina del lugar de pensar para meternos de nuevo en el vehículo. Nos pusimos los cinturones y, antes de que arrancara, me dijo:
TN: De verdad que puedo quedarme en un hotel, Edoardo. No hace falta que me lleves a tu casa.
Gianluca: Ay, no insistas. No es molestia ninguna, y yo no soy ningún violador ni asesino en serie, te lo aseguro. Estarás mucho mejor, confía en mí.
Puso los ojos en blanco y miró hacia la carretera:
TN: Vale, confío en ti... Gracias.
Gianluca: Ya me has dado las gracias un trillón de veces, no hace falta que me lo vuelvas a agradecer. De verdad que no es nada.
Esta vez sí que encendí el motor y empecé a conducir. A medio camino, ella volvió a abrir la boca:
TN: Se me olvidó hacerte la última pregunta...
Me sentía incómodo con el juego de las preguntitas:
Gianluca: ¿Me prometes que será la última?
TN: Si esa es la condición, pues sí.
Gianluca: Vale, adelante. Dispara.
TN: ¿Por qué siempre llevas gafas de sol?
En ese momento pegué un frenazo brusco. Me había pillado desprevenido y esa era una pregunta clave. Ella se echó hacia delante por el frenazo, pero el cinturón la paró:
TN: ¡Ay! ¿Qué ha pasado, Edoardo?
Gianluca: Nada, nada... ¿Estás bien?
TN: Sí, sí, ¿y tú?
Gianluca: También.
TN: Vale... ¿Me respondes a la pregunta?
Traté de desviar el tema, pero fue inútil:
Gianluca: ¿Qué pregunta?
TN: Anda que... Luego soy yo. No te hagas de rogar, y dime por qué siempre llevas gafas de sol, incluso cuando no hace sol, incluso de noche. ¿Por qué?
Me devané los sesos en busca de una buena mentira más que contarle y que me librara de esto. Y por fin, la encontré:
Gianluca: Mis ojos son muy sensibles a la luz. Realmente las necesito.
TN: Pero de noche no hay luz...
Gianluca: Hasta el más mínimo rayito de luz me hace daño...
TN: Ajá... Bueno, está bien. Te creeré.
Menos mal... Creí que me iba a dar algo. Se me hizo muy difícil mentirle en las narices, pero era lo que debía hacer. Al final, divisé mi apartamento y aparqué:
Gianluca: Hemos llegado.

✴ VIVO PER LEI ✴ {Gianluca Ginoble & Tú} #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora