Capítulo 4:
Mi familia
Mi padre me llevó a la estación y tras una fuerte despedida me subí y partí a Buckingham.
Mis abuelos eran buenas personas, pero habían transcurrido más de 10 años desde la última vez que los había visitado; a pesar de esto, mi madre me enseñó a mantener el contacto por cartas, cada semana les enviaba una contándoles qué había hecho en esos días, mayormente el abuelo era quien me respondía, pero algunas veces era mi abuela quien lo hacía, mi madre decía que ella era más introvertida que él, y así lo evidenciaba al escribir.
También tengo dos tíos, la hermana mayor de mi madre, Scarlett Bellamy, la cual se dedicó desde joven a su carrera como bailarina de ballet profesional, estudió en Francia en las mejores academias, llegó a ser muy cotizada y conocida, actualmente tenía una gran academia y un teatro en París con su nombre en ellos.
Ella me enviaba una carta una vez al mes y yo siempre le respondía, era mecánica y poco amorosa al escribir, pero nunca había dejado de hacerlo, además, cada vez que podía me enviaba regalos, entradas a su teatro y una invitación a visitarla con todos los gastos pagos, pero yo nunca me había atrevido a ir.
Mi tío, Austin Bellamy, si era para mí, maravilloso; él era el hermano menor de mi madre, no se había casado aún, a pesar de sus múltiples propuestas y diferentes damas de compañía; era un exitoso comerciante, simpático, divertido y todo un casanova, realmente era una gran persona.
En apariencia, era muy parecido a mi madre, lo cual me daba algo de nostalgia. Su cabello era castaño, liso y sus ojos azules.
Más de una vez nos visitaba, cuando le tocaba viajar cerca; así que era al que más conocía y más confianza le tenía, me llevaba obsequios, y cuando no podía venir en mucho tiempo me escribía algo corto, pero que me hacía reír en un instante y saber que me recordaba. El aún vivía con sus padres, aunque era más el tiempo que viajaba que el que estaba allí.
Ya llegando a la estación de Buckingham, el viaje en tren solo fue de 40 minutos, y pasé gran parte leyendo, así que fue muy rápido en realidad. Cuando me bajé, miré hacia los lados hasta que lo vi, un hombre alto y bien parecido, con un costoso traje y zapatos de vestir, coqueteando con una joven, ese era mi tío. Le silbé como me enseñó y volteó enseguida, sonriendo, se despidió de la dama y corrió a levantarme en un gran abrazo, me entregó un pequeño ramo de rosas, agarró mi equipaje y me dirigió hacia su coche.
Era un carruaje tirado por dos caballos. Los asientos olían como él a fuerte perfume de hombre y estaban impecables.
—Estás preciosa, querida sobrina, has crecido en solo seis meses que no te he visto —me dijo, con esa sonrisa encantadora en sus labios—, me intrigas, ¿qué haces aquí?
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Llévame Contigo
Ficção HistóricaLa señorita Kida James, una joven de 19 años, lleva una vida tranquila en Wandsworth, Londres, en 1880. Inteligente, valiente y apasionada por la literatura y la pintura, Kida ha pasado gran parte de su vida comunicándose con seres queridos a través...