Capítulo 7:
El compañero.
Las cosas comenzaron a mejorar con el pasar del tiempo, mi padre estaba recuperándose, y mi abuelo, con quien tenía tiempo sin poder comunicarme, finalmente, me escribió:
"Querida, nieta, lamentablemente, lady Bellamy, ha estado un poco enferma, y eso me ha quitado mucho tiempo y energía. Por otro lado, la compañía cada vez me exige más y mis fuerzas no son las de antes; en fin, ya todo se encuentra estable por aquí, y apenas he podido, te he escrito esto. Espero que tu padre se mejore pronto, les envió algo que los puede ayudar en este difícil momento.
Te ama, Lord Andrew Bellamy".
En el sobre de la carta había una buena cantidad de dinero, respiré profundo y agradecí en voz baja porque realmente lo necesitábamos. Así que dejé de usar lo poco que quedaba de mis ahorros y la ayuda de mi abuelo nos permitió mantenernos.
Valery nos visitaba tres veces a la semana, aunque le dijera que no tenía que hacerlo, ella insistía. Por otro lado, Zachary ahora venía cada noche, como si necesitara pasar a asegurarse de que todo estaba en orden.
Las tormentas terminan, los días soleados regresan, con la confianza de tener a Zachary de mi lado, podía esperar, sabía que en su debido momento todo iba a estar bien, por ende, me concentré en que mi padre se mejorará pronto.
La actitud de Zac era diferente, llegaba a casa como si le estuviese supliendo a mi padre, iba y chequeaba que él estuviese bien, hablaba con Abby y la ayudaba, monitoreaba que la casa estuviese estable y por último hablaba conmigo sobre mi día; se portaba de una manera muy protectora, como si quisiese transmitirme que no estaba sola, y que él me apoyaba, en realidad así me sentía.
A pesar de todo, cuando Zachary iba a casa parecía muy cansado, como si estuviese haciendo gran esfuerzo físico en el día, además cuando le preguntaba por qué venía tan tarde solo me decía que su día estaba muy ocupado y cambiaba el tema.
Mi padre cumplió con los meses de su reposo, estaba recuperado, pero aún sentía dolor con algunos movimientos. La señorita Sinclair lo buscaba con su chofer para trabajar, era un alivio que pudiese volver a la labor.
Continué con los trabajos que hacía antes del accidente, todo parecía volver a la normalidad. Sin embargo, se acercaba la fecha para que Valery se fuera y yo realmente no quería que eso ocurriera.
Una tarde pasé cerca de la casa de Zachary, detrás de ella quedaba un hermoso bosque de pinos que se encontraba ya cubierto de nieve, y quería dibujarlo; antes me detuve a saludar a Allison, la madre de Zac.
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Llévame Contigo
Ficção HistóricaLa señorita Kida James, una joven de 19 años, lleva una vida tranquila en Wandsworth, Londres, en 1880. Inteligente, valiente y apasionada por la literatura y la pintura, Kida ha pasado gran parte de su vida comunicándose con seres queridos a través...