Capítulo 12

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Los días pasaron, y Finn no encontraba a la Princesa Flama por ninguna parte. Jake lo había ayudado mucho, pero no podía hacer nada más. Luego de una buena reprimenda, BMO se quedó en un rincón, avergonzado. 

-Viejo ¿Realmente crees que esté bien? ¿Y si le pasó algo? -preguntó Finn, en el desayuno.

-Viejo ¡me has echo esa pregunta 100 veces en tres días! Ya te dije, las chicas suelen tomarse su tiempo, son demasiado complicadas. Quieren que sólo pienses en ella. Es lo que haces tú. Relájate, ya verás que luego de un tiempo aparecerá por arte de magia -respondió Jake, fastidiado. Finn, no muy tranquilo, suspiró y miró hacia la ventana. Estaba comenzando a llover.

-Si, bien, pero quizá podamos ir al Reino Flama, para verificar si no la han atrapado -propuso Finn, preocupado. Jake suspiró cansado, y luego lo miró.

-¡Está lloviendo y recién estamos desayunando! Mantén la calma, mañana, si ella no aparece, iremos a comprobar. Pero mañana, no hoy -dijo Jake. Finn, no muy convencido, se levantó y se fue a su habitación. No podía no estar preocupado.

¡El padre de Madeleine era el rey flama! ¡El más malo y vengativo rey de Ooo! Obviamente debe estar enojado con su hija, y no creo que pare de buscar hasta encontrarla y encerrarla de nuevo. 

Esos pensamientos rondaban por la mente de Finn, hasta que se decidió. Si Jake no  quería, bien. Iría a buscarla él sólo. Daba igual si llovía o no, Madeleine era su prioridad. 

"No es el tipo de chica complicada, ella es simple" pensó Finn "Obviamente debe haberle pasado algo, o si no debería haber vuelto" 

Decidido, preparó su mochila, salió de la casa del árbol sin ser visto. Jake estaba durmiendo, como hacía siempre después de desayunar. Abandonó la casa saliendo por la ventana y salió en busca de la flama de su vida.  

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Cuando llegó al Reino Flama, los guardias que recibieron a Jake estaban parados frente a la gran puerta de entrada. Lo miraron desconfiados, pero luego de que a Finn le recorriera un escalofrío y luego se notara la piel azul, se hicieron a un lado y lo dejaron pasar. 

-Okey... Recuerda, tu nombre no es Finn... Es John -suspiró Finn, intentando calmarse. El castillo del Rey Flama era todo rojo con toques negros, y las lámparas colgaban. Sin embargo, no había nadie en ellas. El trono del Rey estaba abajo de una gigantesca lámpara, pero Madeleine no estaba en ella. 

"¿Será muy sospechoso preguntar por ella?" pensó Finn "No importa, nadie aquí me conoce, creo

Se acercó a una criada que caminaba de un lado para el otro, cargando diferentes cosas. Aprovechó los escasos minutos que ella tenía de descanso para hablarle. 

-Hola -saludó Finn. La criada lo miró, pero en su mirada no se notaba nada -¿Cómo te llamas?

-Greca -murmuró la criada. Finn le susurró un "Yo me llamo John", no muy seguro de saber porqué hablaban en voz baja.

-Y... ¿Sabes algo de la Princesa Flama? -preguntó Finn. Se puso nerviso, pues Greca inmediatamente quedó blanca como el papel -Es para una investigación sobre las princesas de Ooo. 

-Pues, el Rey prohibió hablar de ella -respondió Greca, recuperando un poco de color -Pero si es para algo importante, te diré un dato si prometes mantener en secreto que yo te lo dije. 

-Bien, lo prometo -sonrió Finn. Greca lo llevó hacia un rincón alejado, y habló en un susurro tan bajo que Finn tuvo que agudizar mucho el oído para escucharla. 

-Pues, el Rey está muy enojado con ella. Porque escapó y ahora no se sabe dónde está. No ha vuelto, y si lo hace, el Rey va a desterrarla, te lo aseguro -dijo Greca -Eso es lo único que diré. Que tengas un buen día -agregó, y se fue rápidamente.


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