Princesa- JOM {Acabada}

Para siempre

20 de diciembre de 2015

Abro los ojos al escuchar los gritos de mi hermano llamándome. Me levanto pesadamente de la cama y me pongo una camiseta para bajar a desayunar.

- Buenos días- digo cogiendo el bote de nesquick

- Buenos días hijo.

Me preparo un vaso de leche y lleno un cuenco de cereales. Me dirijo hasta el comedor para desayunar y cojo mi móvil. Tengo un WhattsApp.

MiRubia: Buenos días gordo, hoy es nuestro día ¿recuerdas? 6:23am

¿¡Pero a qué hora se despierta esta niña?!

Claro que me acuerdo princesa, a las diez estoy en tu casa 9:06am

Termino de desayunar mientras veo Aída y voy a mi cuarto a vestirme y a hacer la mochila. Voy al cuarto de baño y me lavo los dientes, cojo el cepillo y estoy a punto de peinarme cuando entra mi madre corriendo con el teléfono en la mano.

- Jesús rápido, es para ti, es la madre de Mery.

Cojo el teléfono deprisa, por que cuando Isabel llama, es que algo no va bien.

- Isabel ¿qué pasa?- digo con miedo

- Jesús, corre, ven, Mery está muy mal.

- Voy- colgué el teléfono y salí corriendo sin dar explicaciones a nadie. La casa de Mery la mía están a 15 minutos de distancia. Consigo llegar cuando la ambulancia está aparcando. Paso a la casa a la mayor velocidad que puedo e Isabel me dice que vaya a la ambulancia, que ella irá en coche. Le hago caso y me adentro en la ambulancia. Le cogo la mano a Mery y le doy un pequeño beso en ésta.

- Ya estoy aquí princesa- digo susurrando mientras le acaricio suavemente el pelo rubio que cae en la camilla. Ella me mira y me dedica una de sus sonrisas, articula un "gracias" con los labios y nos miramos durante unos minutos.

-Ya no sabes que hacer para librarte de nuestro día ¿eh?- digo intentando animarla

- Es que no te soporto, pero me persigues- dice con una sonrisa de medio lado.

- Mery ¿qué hacías levantada tan temprano?

- No podía dormir- dijo titubeando

- Mery, te conozco desde hace 6 años ¿qué hacías?

- Me dolía, y tenía ganas de vomitar- admite agachando la cabeza

- ¿Por qué no me llamaste? Podría haber ido y...- Mery me coge el mentón haciendo que le mire a los ojos sin terminar la frase

- Jesús, no tienes que estar siempre protegiéndome ¿sí?

- Tengo la necesidad de hacerlo, el día que te conocí me prometí a mi mismo cuidarte siempre.

- ¿Mejores amigos para siempre?

- Para siempre- digo apretando su mano y  dándole un dulce beso en la frente.

Ya hemos llegado. Salgo de la ambulancia y se la llevan a hacerle unas pruebas. Me siento en la sala de espera y cubro mi cara con mis manos, las lágrimas descienden por mi mejilla cual cascada. Pasan unos minutos y yo sigo llorando en la sala de espera, la diferencia es que ahora Dani e Isabel están abrazándome intentando tranquilizarme. 

- ¿Familiares de Mery __ __? 

- Nosotros- digo levantándome con agilidad de aquella silla que me había dejado el culo cuadrado.

- Mery está bien- dice, a lo que suspiro aliviado y sonrío, pero mi sonrisa se borra al ver su cara- la mayoría de las veces que han venido ha sido por un infarto agudo de miocardio- asiento impaciente por saber lo que va a decir- que sabéis dura entre 30 minutos y 1 hora y media. Pero en cambio esta vez ha sido un dolor diferente, puede durar horas, o incluso días. También tiene dificultad respiratoria, ansiedad, fatiga, fiebre, tos seca, pérdida de apetito y náuseas.

Comienzo a llorar de nuevo y miro al médico que muestra una expresión neutra.

- Lo mejor para todos es tenerla vigilada las 24 horas del día, de modo que la dejaremos ingresada un tiempo mientras le hacemos pruebas y comprobamos que podemos hacer para solucionar su problema, que, en un principio es que el su enfermedad se ha ido extendiendo conforme ella iba creciendo, de modo que hay que observarla, ya pueden pasar a verla, se encuentra en la habitación 263.

El médico se fue después de decir eso.

- Isabel, esta noche me quedo yo- digo entrando en la habitación que anteriormente nos dijo el médico.