Capítulo 4

871 38 0
                                    

Alfonso respiro profundamente al salir del consultorio. Sin perder tiempo se dirigió a su hotel. La enfermera había dicho que la consulta cerraba a las siete. Por lo tanto tenía cerca de cinco horas para prepararse. Visitaría a su amigo James y le preguntaría todo lo que pudiera sobre la bella Doctora. Y a las siete estaría parado en la puerta de la consulta y jamás volvería a alejarse. Alfonso Herrera se había enamorado y tal como lo había descrito su padre, su corazón sabía que esa mujer seria su eterno amor. Así estaba escrito en el destino y él creía en el para siempre.

—Llegas tarde Collins—dijo una voz profunda atrás de un escritorio.

La habitación era oscura pero acogedora. Un sillón de cuero negro adornaba la habitación y en sus paredes había pinturas de pintores famosos valoradas en millones de dólares. El bastardo de Lamark tenía para darse esos lujos y mucho más.

—Tuvo una discusión con mi mujer y tuve que tomar un avión privado—lo vio fijamente.

—La mercadería aun no pasa el mediterráneo. Nos estamos retrasando.

James vio cómo se llevaba un caro abanó a la boca y lo veía. James se limitó a mirarlo. Pronto se desharía de ese inútil y seguiría con el negocio él solo.

—Mi contacto de Inglaterra ha tenido ciertas dificultades—dijo serio sentándose en un cómodo sillón—. Por eso decidí viajar.

—No entiendo porque se ha parado tanto tiempo. Porter dijo que al llegar al puerto de Londres todo estaría listo y podrían zarpar de nuevo.

—Mi contacto en Londres me informo que la naviera de Herrera se ha puesto muy quisquillosa. Pero me informan que Alfonso él dueño ha salido de Inglaterra por lo tanto Porter tendrá mucho más poder para pasar la mercancía. Sin Herrera supervisando será mucho más fácil.

—Y existe seguridad que Herrera no sospecha nada.

James negó con la cabeza y sonrió. Alfonso era un tarado que confiaba en la gente. Era su amigo por lo tanto tenia plena confianza en él y James se había aprovechado de esa confianza para su negocio. Su familia lo había dejado en la ruina económica y James había salido adelante con ayuda de Lamark el viejo que estaba sentado frente a él. Pero este lo limitaba y él quería más. Mucho más y lo tendría sin importar lo que tuviera que hacer. Anahi no era la única de una familia rica y sabia que el viejo Puente no dudaría en hacer a su única hija mayor la encargada de dirigir todos sus negocios ya que no tenia hijos varones. Por lo tanto, el quedaría con todo el dinero Puente. Anahi era una molestia desde niña. Había odiado que esa pequeña mocoza tuviera todo lo que él no tenia por el vicio y el juego de su padre. Había tenido que casarse con ella para sacar de la ruina a su familia. Claro que la muy ingenua de Anahi no sabia que se había casado con ella por esas razones.

Anahi tenía la mala costumbre de ser una estúpida. Empezando por lo de los hijos. El semblante de James cambio y sonrió. No le daría un hijo a Anahi hasta que él quisiera y si la estúpida intentaba hacer lo que había hecho una semana atrás la destrozaría con sus propias manos. Anahi era débil y manejable y lo había sido desde su luna de miel.

Era una mojigata virgen en su luna de miel. Después de cumplir con su deber de una manera rápida la había dejado para divertirse con mujeres experimentadas, y se había asegurado de que ella pensara que era su culpa. Era lo lindo de Anahi jamás hacia preguntas y siempre aceptaba lo que él le decía y cuando se atrevía a contradecirlo un golpe arreglaba todo.

James rio imaginando la cara del viejo Puente al enterarse que la luz de sus ojos disfrutaba de los golpes que él le daba. A James lo excitaba enormemente verla arrastrarse de dolor al recibir sus golpes. Lo excitaba ver cuando un golpe le hacía sangrar el labio. Pero tenia que medir sus fuerzas si no quería dejarle marcas que lo delataran. Era un juego entre ellos en su intimidad y nadie tenía que saberlo. Además, el siempre había sido el novio perfecto y toda la genta sabia eso, jamás le creerían a Anahi que el la golpeaba aunque esos golpes fueran solo por las tonterías que ella hacia y se lo merecía. Anahi era brillante en medicina pero no servía para nada más y él se aburría fácilmente con ella.

Mi Destino A&A (Historia Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora