Capítulo 17

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—Pero ya es muy tarde—dijo una Anahi con los efectos del vino y una cena deliciosa en el cuerpo—. No quiero que te pase nada mi amor.

—La posada esta muy cerca no quiero causar problemas—dijo también con un poco de dificultad por el vino.

—Yo voy a quedarme aquí no me veo en condiciones de conducir—dijo Dulce recostándose en el sofá.

—Puedes quedarte en mi habitación—dijo Anahi rápidamente y Alfonso vio sorprendido como Mary y Nora abrían los ojos sorprendidas—. Podemos compartir la cama no me molestaría.

—Annie...—susurro—. Tus hermanas están aquí—aunque Mary y Nora ya se habían retirado y Dulce dormía plácidamente en el sofá.

—Ellas saben que te amo además solo vamos a compartir la cama—lo vio fijamente—. No quiero que te pase nada y como ves Dulce ya ocupo el sofá.

—Annie creo que nos estamos apresurando un poco—la vio a los ojos—. Soy un hombre y a pesar de la fuerza de voluntad que pueda tener en no tocarte para no presionarte no creo resistir tenerte a mi lado y no hacerte el amor.

—Podemos...—vio a Alfonso y suspiro—. Acariciarnos y...—Alfonso negó con su cabeza y le acaricio la mejilla.

—No es buena idea Annie...no quiero que te odies por la mañana—dijo Alfonso suavemente—. Yo prometí ser paciente y quiero cumplirlo aunque se me vaya la vida en ello.

—No quiero que te vayas—dijo Annie suavemente y bajo la mirada—. Quiero que te quedes conmigo—se vieron a los ojos—. Tengo miedo.

—¿Miedo? —dijo Alfonso sin entender—. ¿De qué tienes miedo mi amor?

—Ven—dijo Anahi y lo tomo de la mano Alfonso se resistió pero al verle sus hermosos ojos y su tierna mirada se rindió al amor y la siguió.

Caminaron hasta llegar a la habitación Anahi encendió la luz y Alfonso sonrió él osito de peluche que le había regalado descansaba en medio de la cama y era una habitación puramente femenina. Maquillaje, perfumes, cepillos descansaban en una mesa y un enorme espejo estaba colgado a la pared. Bongo los siguió y rápidamente se apodero de la Alfombra que cubría toda la habitación y se durmió.

—Yo la decore—dijo Anahi al ver que el recorría la habitación y su mirada se detenía en la cama con sabanas color turquesa—. Las sabanas me recuerdan a tus ojos.

—Creo que no es buena idea que este aquí—Anahi bajo la mirada—. Te amo demasiado Anahi y no quiero—ella puso un dedo sobre sus labios.

—Yo también te amo Alfonso y créeme que me duele no poderte responder como mujer pero estoy, estoy haciendo un esfuerzo te lo juro. Es solo que tengo tantas inseguridades y mucho miedo.

—¿De que tienes miedo? —Ambos se sentaron al borde de la cama.

—Tengo miedo de perderte—Anahi bajo la mirada.

—Nunca me vas a perder—le tomo la mano y se la beso dulcemente.

—Hoy que bromeaste con la rosa me dieron muchos celos—lo vio a los ojos—. Se que no debería y luego entendí que Dulce es mi amiga pero, jamás había sentido celos por nadie y no me gusta esa sensación.

—Te pido disculpas amor—suspiro—. Juro que no fue mi intención.

—Yo lo sé pero son estas inseguridades que tengo miedo de que encuentres una mujer que te pueda dar lo que tú quieres y me dejes.

Mi Destino A&A (Historia Original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora