39. ¿¡Un qué!?

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Volviendo a la aventura llegamos a un campo de azucenas, me quedé mirando hipnotizada.
- ¿Sabes? Esta azucena de aquí me cae mejor que tú.
- Me alegro por ti.
Dije yo sin mirarlo.
- ¿Qué buscamos?
- Otra carta.
- ¿Otra carta?
Preguntó Marcos.
- Sí y deja de pisarme.
Marcos quitó el pie de mi pie, así mucho mejor pensé yo.
- ¿Tu plan es buscar entre todas estas azucenas?
- Sí.
- Azu no creo que la idea funcione.
- Pues me da igual.
Yo me tiré a las azucenas y empecé a buscar entre todas.
Al cabo de un rato encontré la carta (Solamente las chicas trabajamos en buscar la maldita carta)
- La tengo.
- Trae.
Dijo Marcos que me la quitó de las manos. Le tiré al suelo y cogí la carta.
- Los chicos no la vais a leer.
Dije yo.
- ¿Por qué?
Se quejaron los tres a la vez.
- Porque ninguno la ha buscado.
- ¿Simplemente por esa tontería?
Rocío fue esta vez quien pegó a Marcos éste la miró.
- No quiero más enemigas con Azu tengo de sobra.
Y me miró.
- Si no fueras tan curioso ahora mismo no seríamos enemigos y si para ti una enemiga es mucho está claro que no sabes nada de tener enemigos.
Dije yo enfadada, abrí la carta ante la mirada de todos (Y no me miraban por la carta me miraban por el discurso que había soltado)
- Va de un asesinato.
- ¿¿¡¡DE UN QUÉ!!??
Dijeron al unísono.
- Asesinaron a Marina.
- No.
- Sí porque esta carta está llena de sangre seca.
Marcos me la quitó de las manos.
- Querido diario me voy a escapar y por una vez desafiaré a mis padres espero que no me hagan nada y lo comprendan pero si no llego al anochecer con Alejandro es porque estaré muerta y me habrán matado seguramente serán ellos los asesinos...
P.D. Me encantan las azucenas.

La verdad nos hará libresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora