Luna y yo estabamos hablando tranquilamente de nuestras cosas (Mis padres no sé si sabrían lo de Luna pero yo puse una nota en la que ponía "tengo una sorpresa venid a mi cuarto")
- Bueno hablemos de Stif guapa.
- No sé cuanto tiempo llevamos tampoco sé si tenemos algo en común...
- En resumen no sabes nada de tu relación con él...
- Exactamente. Bueno me voy a cambiar que hoy hemos quedado.
- ¿Yo tengo que ir?
Luna asintió.
Al rato íbamos hacia un banco (¡¡Por fin no vamos a las cataratas creía que nunca llegaría este día!!) Vimos a Rubén se me olvidó decir que Rocío tiene un novio llamado Rubén. Él era pelirrojo de ojos verdes era como Rocío por así decirlo (La primera vez que lo vi creí que eran hermanos)
Rubén estaba jugando con la nintendo 3DS.
- ¿A qué juegas?
Le pregunté emocionada.
- Al Super Mario 3D land. Pero no consigo pasarme la maldita batalla con Bowser en el mundo 8.
- Pero si es facilísimo.
Exclamé. Rubén me dio la nintendo cuando se mató.
Empecé a jugar. Bowser me lanzaba llamas y cosas de esas yo las esquivaba todas y conseguí superar el nivel.
- No te ha hecho falta el mapache blanco.
Exclamó Rubén.
- La primera vez sí. Lo que pasa que como ya tenía superado todo los niveles incluso los especiales me propuse conseguirlo sin mapache blanco.
Sonreí yo.
- ¿Y en el New Súper Mario Bross 2?
- Lo mismo.
- ¿Y en el mundo estrella?
- De eso ya no me acuerdo pero lo conseguiría sin duda.
- ¿No han venido?
Preguntó Luna que hasta ahora se había quedado al margen de nuestra conversacion de videojuegos.
- No.
Dijo Rubén.
- Hola.
Dijo Rocío con Stif.
- Bueno pues ahora van llegando.
Reí yo.
- ¿Me la prestas?
Le pedí a Rubén.
- Sí claro...
Dijo él.
Yo me puse a jugar y los demás hablaban tranquilamente.
- Bueno aquí esta la viciada a los vídeo juegos.
Oí la voz de Marcos.
- Gracias. Eso es lo que me convierte en una crack jugando al Mario...
- Oye Marcos deja de provocarla que después tú sales perdiendo.
- Ya estoy acostumbrado.
Dijo él.
Todos se rieron menos yo que estaba concentrada en el juego.
- Yara ¿Dónde está Javier?
- Ni idea.
Respondió ella.
- Aquí estoy. Creía que habíamos quedado donde siempre.
Se excusó él.
- Ya a mí también me ha costado.
Dijo Yara.
- Y a mí.
Dijo Marcos.
- Bueno aquí estamos.
Dijeron Alex y Nicky.
- ¿A vosotros también os ha costado?
Pregunté sorprendida.
- Sí ¿A ti no?
- No.
- Es cierto parece que le ha encantado quedar aquí en vez de donde siempre...
Dijo Luna.
- Tengo que admitir que es la verdad.
- ¿Por?
- ¿En serio no queda bastante claro?
Dije yo.
- No.
Respondió Rubén.
- Hay muchos más sitios a los que ir aparte de la catarata apuesto lo que quieras que ya está harta de nosotros.
- ¿Quién?
Preguntó Luna.
- Pues ¿Qué sino? La catarata.
- La catarata no está viva.
Dijo Alex.
- Bueno ahora a discutir por la catarata.
Me quejé yo.
- Pero...
- Mira- Dije yo- Me voy al campo de las azucenas.
Dije.
- Te cabreas por nada.
Dijo Luna a mi lado me paré.
- Oye a ti nadie te ha dicho que me sigas.
Grité yo.
- Pues yo voy a donde quiero no a donde tú me digas.
Exclamó Luna.
Yo fui al campo de las azucenas y me senté y miré al cielo. Como me dolía el cuello. Me tumbé, pero al tumbarme me camuflé entre las azucenas y parecía que el cielo en vez de estar despejado, tenía nubes formadas por azucenas bueno... No sé explicarlo.
- ¿Por qué tiene que ser todo tan complicado?
Dije en voz alta.
- Eso mismo me pregunto yo.
Dijo una voz detrás de mí.
Me levanté sobresaltada y miré hacia detrás. Había un chico rubio de ojos verdes.
- Lo siento no pretendía asustarte.
- No... Pasa nada... ¿Quién eres?
Pregunté.
- Me llamo Álvaro. ¿Y tú?
- Azucena.
Dije yo.
- ¿Sabes donde está el hotel Williams?
- No. Lo siento soy nueva no me he informado todavía donde está cada cosa en esta ciudad.
- Ah.
- Supongo que también eres nuevo.
- Acertaste.
- Pues bienvenido a la ciudad Álvaro.
- Gracias pero solo estoy de paso.
- Ah.
- Vengo en homenaje a Marina y Alejandro.
- Pf yo que tú no iba.
Dije.
- ¿Por?
- Bueno es que a mí me obligan a ir lo siento pero a mí no me gustan las fiestas...
- Entiendo.
Dijo él.
- No creo.
- Creo que sí. Me recuerdas a alguien por así decirlo.
- ¿A quién?
Iba a decir algo pero su móvil sonó y lo cogió.
- ¿Si?
Dijo él.
- Ajá.
Yo miré a todas partes.
- Si vale vale ya voy.
Colgó y me miró.
- Bueno adiós Azucena.
- Adiós Álvaro.
Se fue yo miré como se iba. Suspiré me encogí y de hombros y me di la vuelta.
Bueno hay que seguir investigando sola.
Fui a la catarata donde encontramos las cartas de amor. Volví a metirme detrás de la catarata y volvió a desaparecer como cuando conocí a Marcos, Javier, Nicky y Yara...
- Que raro tiene que haber un tipo de resorte o algo...
Escalé la catarata y vi una tabla de hierro que tapaba el agua.
Me metí detrás de la catarata y salí disparada como aquella vez. Busqué algún tipo de botón y reparé en una piedra la levanté y vi un mando con un botón lo apreté metí la piedra detrás de la catarata. Apreté el botón y la piedra salió disparada. Metí el mando en el agua y se rompió lo pisé un montón de veces y los restos los tiré en la papelera.
Me metí en la catarata y puse la linterna del móvil y si te digo lo que me encontré no te lo vas a creer ¡Era el arma humecida! ¿Qué idiota esconde el arma humecida aquí? Yo en su lugar la hubiera limpiado y la hubiera escondido en mi casa...
- Papel, bolsa necesito algo.
Dije mirando a todas parte pero no vi nada de lo que quería. Corrí a una papelería y pedí una bolsa (Me inventé una excusa y supongo que el chaval era nuevo o era tonto y se trago la excusa de que mi prima iba a vomitar y necesitaba una bolsa urgentemente si lo sé subnormal o lo siguiente)
Fui a la catarata y cogí el arma humecida con la bolsa enrollada en la mano para no contaminar el arma con mis huellas y con mucho cuidado la metí en la bolsa.
La llevé a la policía y dije que era el arma humecida de Marina los policías obviamente me miraron incrédulos y yo que compararan la sangre y bueno lo hicieron y me creyeron pero se quedaron en estado shock al decirles que estaba investigando un caso de hace un año...
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La verdad nos hará libres
Teen FictionLa vida será muy buena para todos menos para mí ¡Menuda vida la mía! Siempre me estoy metiendo en líos o peleas con la gente de mi instituto y me acabo de mudar. ¡Qué asco de vida!