44. Invitación a la fiesta de primavera

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Me desperté en el sofá y del susto me caí en la mesa y la destrozé.
Me quedé un rato echada pero después me levanté justo porque alguien llamó a la puerta abrí y para mi sorpresa son los de siempre.
- ¿Qué?
- Te has enterado de la fiesta...
La interrumpí casi consigo cerrar la puerta pero entraron y se quedaron paralizados al ver la mesa rota.
- ¿Niña a ti que entra?
Me dijo Marcos.
- No eres nadie para juzgarme. Porque tú...
- ¿Yo?
Dijo él desconcertado.
- Tú no molas.
Me empecé a reír y al ver que nadie lo hacía paré.
- ¿Qué no no?
Dije yo.
- Aburridos.
Dije yo.
- Este domingo hay una fiesta.
Dijo Rocío.
- No pienso ir. Y menos con él.
Dije señalando a Marcos.
- ¿Y a ti quién te ha dicho que te voy a invitar?
- Pues creo que es obvio.
Dije.
- No.
- Di lo que quieras.
- ¿Por qué no vas a ir?
- Por el rollo de que hay que ir con vestido y no me gusta estar con tanta gente.
- ¿Ves? Yo tampoco quiero ir con vestido.
- Pero vas a tener que ir.
Replicó Rocío a Yara ésta resopló.
- Tú te lo pierdes.
- ¡Qué va!
Dije yo.
- Bueno ven de compras.
- ¿Me queréis matar?
Dije yo.
- Yo sí.
- ¿Tú a mí? pero si no puedes esquivar los golpes que te doy.
Marcos se iba a lanzar a mí pero lo detenieron a tiempo.
- Que agresivo estas tu hoy ¿No?
- La niña ya me tiene que poner de malhumor.
Al final me convencieron para ir de compras e ir a la fiesta de las narices.

La verdad nos hará libresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora