48. Imposible

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Me desperté pero ¿Cómo narices me pude dormir y estar en un sitio que no conozco para nada? Tengo que admitir que mi vida no suele tener sentido pero esto es nuevo...
- ¿Me puedo ir a mi casa?
Grité. De repente vino un señor hacia la puerta y abrió.
Salí algo confusa... Pero lo que más me sorprendió es que estaba... ¡En una prisión!
¿Qué hacía yo en una prisión? Lo digo por mi edad porque con 14 años no puedo ir a la prisión.
- ¿Dónde estamos?
El policía me miró.
- Oye niña no te hagas la tonta que tú conoces mucho este lugar.
- Yo nunca he estado aquí.
- Bueno Luna estás en un reformatorio...
- Se han confundido yo me llamo Azucena.
- Eso mismo pensé yo cuando no tenías las mechas rojas pero eres tú.
- ¡Oiga que yo no soy Luna!
Una mujer apareció y susurró algo al oido del policía o lo que fuese.
- ¡Es imposible!
Gritó él asombrado.
- Pues es la verdad.
Dijo la mujer no puedo describir a nadie porque no los veía ya que en el pasillo pues no había mucha claridad.
- Bueno Azucena al parecer dices la verdad unos chicos preguntan por ti...
Al salir estaba ante la mirada de todos.
- ¿Qué has hecho para meterte en este lío?
Preguntó Nicky. Hice una mueca de "No sé que está pasando" y salimos de allí.
- ¿Dónde está Rocío?
Dije yo.
- Venía hacia aquí.
- ¿¡Azu!?
Dijo Rocío detrás de mí.
- Sí.
Dije.
- Imposible te acabo de ver ahí atrás... Pero tenías mechas rojas... Y vestías diferente...
- Mira que tengo días raros pero este sin duda supera mis expectativas.
Dije yo. Nos dirigimos a la catarata (Se sigue sin encontrar otro sitio para ir, la catarata estará hasta las narices de nosotros) y allí vi a Carol con Brody.
- Te odio.
Exclamó ella.
- Pero si no te he hecho nada.
Dije en mi defensa.
- ¿Entonces de quién es esto?
Dijo ella enseñandome un blog con un vídeo de ella en el que se le caía un bote de pintura, tenía un millón de visitantes ah no eso eran me gusta tenía dos millones de visitas pero ningún dislike...
Lo que más me llamó la atención es que ¡Salía una chica igualita a mí!
- Dijiste que ese vídeo no lo subirías.
- ¿What? Perdona pero yo no soy esa... Ella tiene mechas rojas.
- ¿Y? Te las has podido quitar o teñirte de nuevo.
- Oye pija yo no soy esa chica ni de coña.
- Di lo que quieras pero las pruebas dicen lo contrario.
Se fue y nosotros vimos como se iban los dos de la mano más feliz que una perdiz.
- No tengo palabras para esto.
- Al parecer alguien se vengó por nosotras.
Dijo Rocío.
- ¿Por qué os queréis vengar?
- Nada importante.
- Me pregunto que esconderéis...
- Nada.
Exclamamos las dos.
Al cabo de media hora apareció un chico que se dirigió a mí.
- Hola Luna.
- No soy Luna.
Dije ya cansada.
- No me gastes bromas guapa.
Dijo el chico moreno con ojos marrones.
- ¿Sabes dónde vivo?
Pregunté.
- ¿Tú? Eh... Creo que no tienes casa pero sueles estar en el bosque de las hayas lloronas. Por lo menos duermes allí.
- Gracias...
- Stif. No es muy difícil recordar mi nombre...
- Ya, ya...
Fuimos al bosque de las hayas lloronas. Pero no encontramos a la tal Luna.
- ¡Luna!
Grité. Sin respuesta.
- No hay nadie.
Salimos del bosque y en la siguiente acera nos encontramos a una chica huyendo de Carol y Brody.
Rocío y yo nos miramos y echamos a correr detrás de los dos. Los adelantamos y corrimos hacia la chica (Es Luna por si no quedaba claro) ésta miró para detrás y al ver a Rocío y a mí corrió aún más. Nos metimos por unos callejones, no tenía escapatoria. Luna miró hacia ambos lados y... ¡Trepó por la pared! Seguí a mi instinto y también trepé la pared salimos a una terraza (Rocío no escaló o sea que estaba yo sola corriendo detrás de Luna)
- ¡QUIETA!
Chillé, se paró en seco y se dio la vuelta mirándome...
- VUELVE A CORRER Y TÚ ESTÁS MUERTA.
Grité acercándome.
- No, no. Si quieres hablar conmigo más vale que no te acerques más.
Me paré.
- Bien Luna ¿Quién eres?
Dije yo.
- Eso no te incumbe.
- Pues la verdad que sí porque resulta que somos iguales.
- Ya ¿Y?
- Que todo el mundo me confunde contigo.
- Y a mí contigo.
Dijo ella.
- ¿Quién eres?
Volví a preguntar más calmada.
- Una delincuente. ¿Siguiente pregunta?
- ¿Por qué?
- Me gano la vida así, como pan robado y mis bebidas son robadas... Todo lo que tengo suele ser robado salvo una cosa...
Dijo sacandose de su bolsillo una pulsera me quedé boquiabierta...
- ¡Esa es mi pulsera!
Exclamé.
- Perdona bonita esta de aquí es mía
- Entonces somos
hermanas...
- Sí veo que eres lista. Al nacer me robaron y me separaron de ti. Nuestros padres no consiguieron encontrarme así que me dieron por muerta cuando me enteré de que era una de esas niñas robadas me puse a buscar como loca quien era mi familia y solo tenía una pista...
- La pulsera...
- Exacto. Íbamos al mismo instituto lo único que nos separaba era no estar en la misma clase. Además tampoco quería hablar contigo ¿Por qué? Porque se montaría un follón.
- De acuerdo.
- Carol me confundía cada 2x3 contigo ¡Qué asco de niña!
- No me digas.
- En resumen que hemos tenido la misma experiencia en el instituto.
- En serio me mudo aquí y me pasa lo imposible. Amigos, mascota, un asesinato, tú... ¿Qué más me puede pasar aquí?
- De todo.
Rió Luna.
- Venga vamos con Rocío...
- Ok.
Dijo ella saltando al vacío. Yo fui corriendo hacia el borde y vi como caía de pie. Me hizo una seña para que saltara y eso hice salté y caí agachada.
- No sabía que eras
spider-man.
- Ni yo tampoco.
Nos reímos las tres.
- Y aquí viene la multitud.
Dijo Rocío.
- ¿Quién es?
Preguntó Nicky.
- Mi hermana gemela.
- Una hermana delincuente normal que sepas pegar...
Dijo Marcos.
- Azu ¿nos presentas?
- Nicky, Alex, Yara, Javier, Marcos y ya conoces a Rocío.
Dije yo.
- Ve oído hablar mucho de ti.
Dijo Rocío.
- ¿Has visto a Stif?
Asentí.
- A tu novio ¿Me equivoco?
- No. Es mi novio.
- ¿Cómo puedo tener una hermana GEMELA y que ella se haya enamorado?
- ¿Hola?
Dijo Stif desconcertado.
- Mi hermana gemela. Azu ¿Te suena?
- Ah sí me han hablado mucho de ti.
Dijo él dándome la mano.
- Pues a mí no.
- Sí es lo más normal.
Afirmó Stif.
- Bueno me voy a mi casa que tengo un sueño impresionante.
- ¿Ya?
Preguntó Alex.
- Estoy cansada y que digamos yo aquí tengo poco que hacer...
Dije yo.
- Claro el asesino de Marina puede esperar.
Exclamó Javier.
- Ea uno que me entiende.
- Lo decía irónicamente.
Dijo él.
- Vale tranquilidad...
Dije yo...
- Luna ¿Vienes?
- Sí a ver si te vas a meter en líos y yo no estoy para verlo.
- Ya empezamos...
Me quejé yo.
Nos fuimos a casa (Mis padres no estaban. Se habían ido no sé a donde yo como nunca presto atención pues lo normal es que pase esto...)
Llegamos a casa y Luna miraba a todas partes.
- ¿Donde esta tu cuarto?
- Arriba.
- Bien.
Dijo ella.
- ¿Por?
- Porque desde arriba se puede tirar globos de agua confundir a la gente con un láser y muchas cosas.
- Menuda hermana más gamberra me ha tocado.
Exclamé riéndome Luna se unió a mi risa.
Al rato yo ya estaba con el pijama y dormida en el suelo.
(Si te preguntas que narices hago yo en el suelo es que Luna está en mi cama y yo me pedí el suelo porque está más frío)

La verdad nos hará libresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora