Ayúdame a recordarte 《Alonso Villalpando》

Una amenaza dos corazones rotos

Fuera de casa la tomé de la cintura provocando que girara y nos viéramos cara a cara.

Yo: Clara, en verdad lo siento.

Clara: -con los ojos cristalizados- ¿Cómo pudiste confundirme con ella?

Yo: No, para nada. Lo lament...-alguien lo interrumpió.

Columba: Mi amor, ¿qué haces aquí afuera? ¿Por qué no estás en la fiesta?

Yo: Espera mamá, estoy hablando con Clara. -en ese momento apareció Itzel y saludó a mi madre.

Itzel: Gracias por permitirme hacer la fiesta madre -¿madre? ¿por qué la llama así?

Columba: No es nada, espero que todo haya salido como lo planeamos- guiñó un ojo.

Itzel: Perfectamente todo.

Sr. Villalpando: Columba, quiero fuera a todos ahora mismo. -ordenó.

Columba: Pero...-la interrumpió.

Sr. Villalpando: Sin peros, obedece. -ambas entraron y sacaron a todos, entre ellos a los chicos quienes veían a Clara con preocupación.

Clara y yo nos quedamos solos.

Yo: Por favor linda, perdóname. -le supliqué.

Clara: ...- ya estaba llorando, eso me partía el corazón.

Yo: Por favor, Me equivoqué.

Clara: No lo sé Alonso, esto ha pasado mis límites y mi paciencia.

Se fué dejándome solo y totalmente arrepentido.

Narra Clara:

Camino a casa lloré y lloré hasta no poder más, mis ojos estaban tan hinchados que me dolía abrirlos. Entré a casa y por suerte mamá  ya estaba dormida. Subí sigilosamente a mi habitación y me quedé dormida encima de mi cama.

*AL DÍA SIGUIENTE*

Me levanté gracias a mi despertador; me arreglé con unos jeans negros y una blusa azul de manga media con unos Converse rosas, sujeté mi pelo con dos coletas bajas y mi fleco a un costado de mi rostro, tomé mis cosas de la escuela y una manzana para ir comiendo en el camino.

Mis pensamientos inundaban mi cabeza, no ponía atención a nada, sin embargo, al llegar a la escuela, todos me miraban raro y murmuraban cosas, no sé  qué tanto decían pero obviamente me incomodaban.

Llegué a mi casillero y saqué algunas cosas para entrar a la primera clase, pero alguien se posó a lado de mi...Jos.

Jos: Hola enana -me dió un beso en la mejilla.

Yo: -desanimada- Hola Jos.

Jos: ¿Qué ocurrió ayer? ¿Arreglaste las cosas con Alonso?

Yo: -negando con la cabeza- No, no pude...sus padres llegaron y lo distrajeron.

Jos: -pasando un brazo por detrás de mis hombros y acompañándome  a mi salón de clases- Tranquila, si Alonso no es tonto te buscará y lo arreglarán. -me dió un beso en la mejilla y se fue a clases.

Me senté justo atrás de América y me recosté en la paleta de la banca, detrás mío se sentó una chica. El profesor entró al aula y retomé mi postura.

Mientras daba clases, sentí como la compañera detrás de mi jugaba con mi cabello; no dije nada porque me gustaba como lo cepillaba hasta que en un minuto me dió un jalón que provocó que soltara un pequeño grito. El profesor me miró al igual que el resto de la clase.