Notas 1984

3

“Nosotros tenemos que ser el cambio que queremos ver em el mundo".
Mahatma Gandhi

Narra Steve

Entré al edificio y noté algo raro, acababa de regresar y todo estaba en silencio. Esto no era normal... Ellos nunca dejaban de hacer ruido ¿Qué los había cambiado? Llegué al pasillo oscuro. No fue la bienvenida de siempre, podía notar la ausencia de muchos.

¡Perfecto!

¿Era acaso que algún estúpido de mente débil había entrado y había dado el pase de salida? ¿Quién había sido tan tonto? Vale. La idea no me agradaba mucho pero ya estaba algo aburrido de lo mismo... Esto sería interesante.

Si no hay más remedio...

Entré al pasillo y me perdí en la oscuridad.

Narra Anna

Hace ya tres días que había pasado el ataque de la jodida bestia. No me sentía bien, tenía miedo cuando me quedaba sola. Había corrido a casa ese día y abracé a mi madre como nunca, ella pensó que era raro, yo lo sé, pero se quedó callada ¿Podría haberle dicho que casi muero? La respuesta era no. Eso me tenía algo sin cuidado, lo peor era que esa mierda me siguió a casa. De repente se escuchaban ruidos extraños en el sótano y en el ático, se cerraban las puertas de golpe, desaparecían las cosas, aparecían animales muertos en el jardín, se escuchaban pasos y yo sentía que me acorralaban, algunas cosas se caían como jarrones o muñecas de porcelana, otras despertaban en el ático o el sótano; y digo "despertaban" porque esa chucha de mierda era un cobarde que sólo me asustaba de noche, así que primero no dormía y luego recurrí a ir a dormir con mi madre... Sí, vale, ya sé que doy pena por ir a dormir con mi madre a los 17 años... Pero... Me importa una mierda ya que no he pedido opiniones.

También ayer mi madre se había asustado al ver un par de polis en la puerta, primero tuve que dar mi declaración y firmar algunos papeles, le explicaron a mi madre que había visto el cadáver de la hermana de una amiga.

Ya saben. Lo de siempre: Que vas saliendo por el estacionamiento y encuentras un cadáver con muchas brutales heridas perimortem.

Me sentía mal por Amanda, no por haberla visto muerta, sino porque mi cabeza no podía sacar de sí la idea de que posiblemente Amanda murió porque yo viví. ¿Qué habría pasado si el pinche doctor no hubiera llegado? Posiblemente ahora mi madre tendría que recoger mi cadáver de la morgue. Pensaba que esa cosa me había seguido a la enfermería pero cuando me encontró, de puro milagro llegó el puto doctor a salvarme la vida, pero de ninguna manera iba a ver al doc como si fuese mi pinche súper héroe, porque no era así ya que él pensaba que yo me quería quitar la vida. Tampoco quería agobiarme culpándome por la muerte de Amanda, eso no era lo correcto ya que yo no había decidido que muriera ella, aún así me sentía triste de pensar que ya no la vería y que yo pude ser ella. Sacudí mu cabeza y me quité esos pensamientos de la mente, prefería gastar mi tiempo en buscar cómo quitarme a aquel monstruo de encima.

Era una mañana fresca pero el cielo estaba despejado. Me había acordado que tenía que hablar con Maria, tampoco vendría mal hablar con Leslie, la muerte de Amanda les había afectado más que a mí ¿Por qué? Tal vez en Leslie era normal, pero definitivamente no lo era en Maria.

Si no mal recordaba Maria había estado actuando raro y era un milagro que asistiera a clases. Incluso antes de la muerte de Amanda ya se veía jodidamente mal ¿Y si tenía problemas? No lo sé, pero no me da buena espina.

Esta mañana pasé por un café para llevar al instituto... Mierda... Mi café tenía azúcar... Aún así lo tomé porque tenía que llegar antes de que las clases empezaran. Al llegar luego de cambiar mis zapatos fui con Maria, era raro que aún no llegara, además últimamente le había visto con una niña tierna, no la conocía.