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"La muerte y yo firmamos un pacto: ni ella me persigue ni yo huyo de ella. Simplemente algún día nos encontraremos".

Anónimo--

Narra Anna

Maldita seas tú y el momento en el que decidiste aparecer por mi camino.

Eso realmente se lo merecía aquel maldito pedazo de papel cebolla que se topó con mi pie en algún momento del camino y se había quedado aferrado a mi zapato, realmente no pensaba que esas cosas eran de muy buen porvenir, nadie podía culparte por eso después de todo lo que había vivido, siendo esta la situación podía esperar lo peor, era más una opción que esperar algo que acabaría en desilusión, esperaba realmente que todo se hubiera ido a la mierda, hasta yo. Seguí en silencio mientras leía el contenido, nada era realmente reconfortante en esas palabras, tampoco era malo pero me hacía enfurecer, ni un poco de relevancia para mí.

-¿Crees que les haya pasado algo?

-Espero que no, por lo menos Max y Dek son muy fuertes.

-Entonces crees que esa cosa ya se cargó a Maria, nos vamos a la chingada -No estaba de ánimo, recordaba cada parte de ese maldito sueño en el que quedé cuando morí, extrañaba a mi amiga, me culpaba porque me había tardado en reaccionar, decidir y entender que ella estaba mal, que necesitaba mi ayuda y la abandoné, que encima esa estúpida niña se había encargado de enterrarla en un hoyo muy profundo incluso antes de morir-.

-¡Anna, cálmate! -Hice como sí le restaba importancia y seguí caminando, sin embargo ese chico me siguió hasta hacerme dar la vuelta y mirarlo-.

-¡Ya basta! No me pidas que me calme ¿Okay?

Había corrido un buen tramo para llegar, estábamos en los malditos edificios buscando a quien fuera, mi respiración seguía agitada y para terminar de romper la calma eso apareció en mi camino, no entendía por completo cómo es que podía estar tan encabronada con una situación que ya me esperaba de alguna forma, claro que no esperaba que Katru terminará siendo nuestro fantasma pero sí me había mentalizado para controlar mi odio hacia el responsable, pero no contaba con mi muerte ni lo que había visto en ella, estaba desesperada. Definitivamente esto más que cualquier otra cosa me estaba destrozando por dentro y no podía hacer nada, me sentía como una idiota a la que habían tomado como bufón todo este tiempo, quería encargarme de que ahora el espectáculo llegara a su fin de una vez por todas.

Tal vez sólo buscaba una excusa para no sentirme culpable por su muerte.

-¡Deja de actuar como idiota! Estás completamente fuera de lugar y es entendible pero actúas como una estúpida, te ves patética así, siempre has sido fuerte y yo lo se... No te pido que lo seas ahora pero ¿Crees que arreglarás algo así? Sé que soy un idiota y tampoco estoy de acuerdo ni conforme con la situación pero trato de ser sensato, haz lo mismo o no serás mejor persona que ella...

-Estoy cansada de ver a la gente morir... Sé que sufrió pero desde que todo esto comenzó las cosas malas le pasan a todo el mundo. Odio esto.

-Yo también odio muchas cosas pero tengo que vivir con eso, no siempre puedes obtener lo que quieres y también tienes que respetar, tolerar, a los demás te guste o no.

-¿Cómo tú? -Tenía los ojos picándome Y tal vez hinchados, no sabía si iba a llorar de rabia o de angustia-. Estoy harta y no entiendo nada. ¿Por qué diablos esa niña tan tierna tuvo que pasar por tales cosas? ¿Por qué tenía que ser ella? ¿Por qué fue tan cruel? ¿Por qué de todos nos tocó a nosotros? ¿Por qué diablos a Max con su infinita inteligencia se le ocurrió darle a María un trabajo tan estúpido? ¿Y por qué a ella se le ocurrió la idiotez aún más grande de obedecerla?

Notas 1984Where stories live. Discover now