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"... Hallé sin duda largas las noches de mis penas;

más no me prometiste tan solo noches buenas;

y en cambio tuve algunas santamente serenas...

Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.

¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!".

En paz -Amado Nervo

El profundo suspiro de Anna llenó la habitación casi al instante, de alguna manera eso liberó un poco de la asfixiante tensión que obstruía su libre comunicación. Aún así las cosas no eran del todo cómodas, el tema no era lo mejor del mundo

-Así que eso fue lo que pasó ¿no? -Terminó por decir cuando sintió la necesidad de romper el silencio-. Ya había perdido bastantes detalles, puede que no sea lo mejor pero no quiero... Ya sabes.

-Imposible de olvidar, según yo -Contestó Maria, su rostro era sereno y, a juzgar por su ropa, todavía se encontraba fuera de lugar-.

-Pues... Como un simple relato parece una historia bastante interesante, pero tenerlo como recuerdos con "regalos adicionales" no es igual de atractivo ¿Cómo es que no haz olvidado ni lo más mínimo?

-Bueno, tenía mucho tiempo libre para meditar, incluso se volvió frustrante no tener nada mejor que hacer, cuando estás encerrado es tan aburrido, además no quería dejar atrás la historia de mi vida, tenía tanto miedo de que eso pasara que todos los días trataba de recordar TODO, lo recitaba desde que iniciaba la mañana.

-¿Qué clase de penitencia es esa?

-Tiempos desesperados -Dijo mientras se encogió de hombros, de cualquier manera no era una excusa viable-. ¿Creerás si te digo que no había tenido curiosidad de saber sus puntos de vista? No es como si hubieramos tenido tiempo para dialogar sobre ello, pero siendo honesta, sí fue cautivador... Al menos ya todo se resolvió ¿Y cómo se supone que te llame ahora? Seguramente tu nombre es horrible como el de una señora cuarentona con lonjas llenas de manteca y el trasero caído.

-¡Hey, deja de burlarte que quien está en pijama eres tú! -La pelirroja sólo se encogió de hombros mientras sonreía, trataba de ser esta vez ella quien tomaba las cosas con gracia, ya había desperdiciado mucho tiempo en llorar, en lamentarse y en poner una cara larga desde que despertaba hasta que se dormía, se había cansado de eso, ¿y quién no?-. Pero puedes llamarme Max, mi nombre es Max Blund ahora, al menos en público.

-Wow, tal vez si te hubiera puesto atención la primera vez que me lo dijiste ahora no estaría tan sorprendía... Debe ser un honor, ciertamente te tocó el nombre de una modelo con el elixir de la juventud eterna, es un gran nombre... ¿Cómo es que esto pasó? ¡Yo también quiero uno de esos!

-¡Hola, hola, se olvidan de mí! -Se interpuso entre ellas Steve mientras movía las manos y abría los ojos más de lo normal-. No saben lo frustrante que fue tener que traerlas en la madrugada, con MI auto y MI combustible que YO pagué; y no es que me esté quejando pero agradecería si dejaran de ignorarme, lo han hecho casi toda la mañana.

-Nunca te prohibimos hablar, es que eres bestia y no sueles tener nada bueno que decir, incluso tuviste tu parte en contar la historia, no quieras culparnos por tu gusto de ser poco comunicativo, tal vez si hubiéramos tomado un poco hubieras dicho algo más ¡E incluso cantado en el karaoke!-Le sonrió Anna mientras se defendía, "¿Por qué lo habrá dicho?" pensó Maria sospechando y deseando estar la próxima vez que eso pasara. Steve fulminó a la rubia con la mirada para después madcullar algún tipo de maldición, sonaba como una situación muy vergonzosa-. Y sobre mi nombre... Después de lo que pasó obtuve problemas por mi falta de cordura durante las noches y los escándalos, para resumir: fue un desastre; ese año fui a extraordinarios por falta de sueño, estudio... Ese tipo de cosas, esa situación nos consumió por completo, no tuve tiempo ni disposición de hacer otras cosas.

Notas 1984Where stories live. Discover now