Odio/Amo a Wattpad. Ya estaba escrito el capítulo cuando... ¡Pum! Se borra.
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-No- digo fría y sin apartar mi vista del camino.
¿Por qué? Bueno es simple; Si llego a ver a los ojos a Jorge pasaran muchas cosas. Como por ejemplo derretirme y terminar diciéndole la verdad. Por eso evito mirar sus ojos.
-¿Así?- noto que sonríe. Y me enoja. Yo sufrí por su amor mas de tres meses, luego cuando por fin puedo vengarme, ¿el sonríe?
-¿Que es tan chistoso?- digo volteando a ver sus labios, la única parte de su cara que no me delatara; pero si me dará unas ganas tremendas de besarlo, así que decido volver mi vista al camino.
-Mírame- ordena. Yo niego y me cruzo de brazos. -Martina. Mírame- vuelve a ordenar. Al ver que no le hago caso, se para en media carretera
-¿Que crees que haces?- digo viendo al cristal del auto. Si esta haciéndome caer en una trampa pues se equivoca, no lo haré.
-Nos moveremos de aquí hasta que me mires- dice.
-No si hago esto- me quito la blusa de mi pijama y la ato a mis ojos, así no puedo ver nada -Ahora si, te 'miro'- digo haciendo comillas en la última palabra.
-No vale- dice y me quita la venda improvisada. Inmediatamente yo cierro los ojos. -¿Por qué no quieres verme?- pregunta y yo solo niego. Siento su delicada mano en mi rostro, cuidadosamente me abre un ojo y luego hace el mismo con el otro. -Tápate, ya es noche y hace frío aun aquí dentro- me ordena con voz dura. Inmediatamente lo hago, me vuelvo a cubrir con mi pijama. -Ahora te preguntaré lo mismo, ¿Aún me amas?- antes de que yo pueda cerrar los ojos el los agarra delicadamente, impidiéndome que los cierre.
-No- digo mirando su frente.
-A los ojos- ordena y yo, por fin, lo hago. Lo miro a los ojos. -¿Lo sigues haciendo?- dice con un tono jodidamente sexy. Maldigo una y otra vez por ser tan fácil en esta cuestión pero...
-Nunca he dejado de hacerlo-
-Eso quería oír-
Jorge se fue acercando lentamente mirándome directamente a los ojos, y poco a poco, puedo sentir la intensa fusión de sus labios, el dulzor llenándome por completo, como cada uno, pasaba a ser parte del otro, como dejábamos de ser individuos por separado. Pero el vacío se ensanchó, nuestros labios se separaron, dejando vacío.
-Te amo, Tini- dice Jorge besándome la nariz -Te amo mucho-
-Yo no- digo seria.
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Editado.