Martina*
-Vamos- susurra Zac en mi oído -En el carro estarás a salvo. Tu y tu bebé- dice mientras me agarra de la cintura para pararme
¿Que le pasa? Zac no es así. Nunca ha hecho nada que yo no quiera, y esta vez si me esta incomodando. Retiro sus manos de mi cintura pero el las vuelve a poner, esta vez mas fuerte. Gimo de dolor, me esta presionando muy fuerte que llega a lastimarme, por fin alzo mi cara y puedo ver algo mal. Sus ojos están rojos, no son los mismos ojos azules que solía ver en la escuela. Saco mis conclusiones y solo puedo decir una cosa:
-Estas drogado- digo en un hilo de voz. Me ha decepcionado, creí que el era un chico bueno pero me he llevado la desilusión de que las cosas no son así. Al fin y acabo es un Miller. -Te pido que me dejes- sigo hablando bajito. El ríe y niega. -Te puedo ayudar, aun estas a tiempo, Zac- digo y le acaricio el rostro. «Mala idea»
-¿Que te pasa, Martina?- dice mientras quita mi mano -No tienes derecho de tocarme-
«Pero tu a mi si» pensé irónica.
-Eres una ofrecida- sigue diciendo mientras juega con mi pijama. -Me gusta- me muerde una oreja.
Basta. Hasta aquí aguanto.
-¡Jorge!- gritó con todas mis fuerzas -¡Ayuda!- Zac rápidamente me tapa la boca y hace algo que jamás creí que el me haría.
Me abofetea, pero para mi sorpresa no solo fue una, sino varias.
-¡Tini!- dice Jorge bajando las escaleras rápidamente. Cuando me ve tirada en el suelo su cara cambia drásticamente. -¡¿Quién te crees, idiota?!- dice mientras va lanzando un puñetazo, Zac va a parar a una pared. -¡Tu que la vuelves a tocar...- va por el y le lanza otra sarta de golpes -...Y te las veras conmigo!- Lo patea en el estomago y Zac vuelve a volar. -¡Poco hombre! ¡¿Quién golpea a una mujer?!-
En otros momentos no soportaría estar viendo una pelea de Jorge y Zac pero en este momento lo único que quiero es que ese infeliz se pudra. Luego recuerdo algo... Zac esta drogado, no piensa lo que hace.
-¡Para!- le ordenó a Jorge, el se detiene y me mira confundido -Esta drogado- digo y siento unas cuantas lagrimas bajar por mis mejillas -No piensa claramente- intento ayudarlo, como el lo hizo conmigo aquella vez que me dio un flashback en la escuela, aquella vez que me aviso que Macarena planeaba matar a Jorge o cuando me llevo al hospital después de que... me cortara. Jorge al ver que estoy llorando lo deja.
-¡Eso, Zorra. Defiéndeme!- Y... Ese fue la gota que derramo el vaso.
-¡Pudrete, Miller!- me abalanzo hacia el y peleo con todas mis fuerzas.
¿Lo estoy defendiendo y así me paga? ¿Quién cree que soy?
Unos brazos me alejan de el.-Yo me encargo- dice Jorge y me da un beso en la frente. Después vuelve a lo de hace un rato.
Cuando Zac esta lo suficientemente lastimado, Jorge lo deja.
Subimos a ver al cuarto de Lodo, no hay nadie. Pero Jorge parece saber bien porque abre el clóset y ahí están dos de mis mejores amigas.-¡Tinita!- dicen y me abrazan -¿Que paso? ¿Por qué tanto ruido? ¿Por qué tienes la mejilla roja?-
-Cuantas preguntas- río -Zac intento... ¿Secuestrarme, violarme? No se muy bien. Jorge llego y peleó con Zac. Tengo mi mejilla así porque Miller me abofeteo.- respondo en orden todas sus preguntas.
-Estupido insensible ¿no ve que esta embarazada?- dice a Mercedes a la nada. Parece que habla sola.
-¿Que paso?- preguntó -¿Por qué se llevaron a Cande?-
-Porque es una Blanco- responde Jorge mientras se sienta en la cama de Lodo. Imito su acción
-¿Como?- dice Mechi sin entender todavía
-Los Blanco tienen su pasado- digo. Jorge ya me ha contado de eso. -Es por eso que se llevaron a Tobías, luego a Cande y después a...- no digo mas. No puedo decirlo.
-A mi- dice Jorge mientras esconde su cabeza en sus manos.
-¿Se puede saber cual pasado?- pregunta Comello y Jorge vuelve a contar la historia.
Hace unos años las empresas de el papá de Jorge se vieron en banca rota, este pidió ayuda a unos hombres, hicieron un trato. A cambio de dinero que estabilizaría la compañía cada dos meses un Blanco desaparecería, no se sabe quien precisamente, solo se sabía que sería uno de ellos. Al papá de Jorge le pareció muy bobo el trato, y aceptó, en su cabeza decía que iban a implementar la seguridad de cada miembro de la familia y todo iba a estar bien.
Pero se olvidó de un pequeño detalle: los mafiosos nunca olvidan ni perdonan un trato.
Es por eso que Jorge no quería que nos casáramos ya que, al tener un papel firmado donde diga que soy Martina Blanco puedo quedar expuesta.
Como esto se pactó hace años y no había ocurrido nada, la familia Blanco lo olvido y comenzó a rehacer su vida, olvidándose de la seguridad que llevaban a todos lados. Pero detrás de todo esto hay una solución, si las familias desesperadas quieren devuelta a sus hijos tendrán que dar lo que ellos les pidan, desde dinero hasta... la mas joven de la familia.
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Editado.
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