Capitulo 8

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Alisa permaneció en una esquina, haciendo como que ordenaba papeles y carpetas y escribía algo en su cuaderno y casi me dieron ganas de reír cuando de vez en cuando lanzaba miradas hacia nosotros para comprobar que yo no me acercaba demasiado. El lameculos llevaba ya casi una hora tratando de explicarme lo mismo y yo seguía sin entender cómo diablos se hallaba el complemento directo.

-Pero vamos a ver Kat. Esto se da en primero de secundaria, deberías saber ya como se sabe qué tipo de complemento es.-Gruñí algo por lo bajo tratando de contener la ira que se aglomeraba en mi pecho amenazando por hacerme perder el control.-Por el amor de Dios ¿Es que no estudiaste nada en primero?

-Mi escuela no era precisamente la mejor.- Le dije apretando los puños, y clavando la mirada en sus ojos tratando de influirle algo de miedo. Si es cierto que yo no toqué un libro en todo el curso, pero aunque hubiese tenido la intención de aprender no lo habría conseguido, puesto que aquel instituto no era muy diferente a un zoológico y me enteraba más de la vida sexual de mi compañera de al lado que de las cosas que decía la profesora.

-Bueno, debí suponerlo.-Me contestó el retándome, y finalmente la burbuja de mi paciencia explotó. Me levanté del asiento y le agarré del cuello de la camisa, tirando tanto mi silla como la suya al suelo. Cogido por sorpresa perdió el equilibrio y eso me ayudó a apresarlo entre la pared y mi puño. A pesar de no ser precisamente alta, tenía la cualidad de influir temor en la gente, por ello sentí un indescriptible placer al ver aquel brillo asustado en su mirada. Alisa soltó un grito asustada.

-¿A si? ¿Por qué debías suponerlo?-Gruñí con un brillo amenazador en la mirada apretando más su espalda contra la pared. Nathaniel frunció el ceño y agarró mi muñeca dispuesto a soltarse mientras yo alzaba el puño con intención de pegarle con la otra mano. En ese momento se abrió la puerta de la sala de delegados, y tras ella apareció Iván, que parpadeó un par de veces y el ambiente pareció congelarse por unos segundos, bajé el puño, pero no solté al Lameculos.

-¿Interrumpo algo?-Negué con la cabeza y solté el cuello de la camisa de Nathaniel, me giré para hablar con Iván, pero insatisfecha con no haber podido descargar la rabia que había creado el rubio me giré de golpe y le asesté un rodillazo en el estómago. Él soltó un gemido sorprendido y se dobló dolorido mientras Alisa se acercaba a él para socorrerlo.

-¿Qué haces aquí?-Le pregunté a Iván acercándome a él, con Nathaniel maldiciendo a mi espalda. Me cogió de la cintura y me acercó a él mientras yo rodeo su cuello con mis brazos.

-¿No me saludas princesa?-Me preguntó antes de besarme. Me separé de él con una sonrisa traviesa.

-Hola Iván. ¿Qué haces aquí?-Respondí.

-Te he esperado a la salida pero no estabas así que he decidido preguntar y me han dicho que estaban dando unas clases de apoyo. ¿Y tu profesor?

Me giro y señalo a Nathaniel, el cual aún se frota el estómago.

-Es ese allí.

-Wow, pobrecito. Le has dado bien.-Me sonríe él.

-Que se joda, se lo ha ganado.

-Eres una bruta.-Me gritó Alisa que tenía la mano sobre la espalda del Lameculos. La miré, y de nuevo vi ese brillo de temor y arrepentimiento en sus ojos cuando sonreí.

-Y tú eres una falsa, piensa que es peor.- Contesté mientras me giraba y salía por la puerta, seguida por Iván. Cuando al fin salimos del instituto suspiré aliviada y me estiré haciendo crujir mi espalda y mi cuello. Mientras andábamos por las calles que ya comenzaban a oscurecer poco a poco Iván soltó una risotada repentinamente, sorprendiéndome.

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