Ojos amarillos 1.2

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A partir de la cuarta clase, Drake y yo tomamos caminos distintos.
Todo un nuevo día de clases termino. Subí a mi moto con Jessie sujetandose de mi para poder llegar a su casa sin esperar el autobus. Quedamos en vernos a las 6pm para ir al club. Últimamente Jessie esta muy ansiosa. Talvez sea un cambio premenstrual, quien sabe.
Llegue a casa, Berzarius hizo un desastre con mis zapatos, el futón de mi cama en el piso y su comida regada. Marcas de patitas mojadas recorrian la alfombra color crema de la sala.
-No has podido quedarte quieto. Pequeño alboroto. -frote su cabeza y me dedique a acomodar mi casa.
Un ladrido de "Lo siento" recorrió el pasillo mientras yo limpiaba el desastre. Al ser las 4:30 y con la casa lista, me dispuse a embellecerme un poco.
Busque en mi guarda ropa, las opciones eran muy limitadas pero al fondo de el mismo encontre unos viejos leggins que me habia regalado Jessie por mi décimo sexto cumpleaños. Eran mitad negro mitad rojo ardiente, se ajustaban a mis piernas perfectos y las hacian lucir mas largas. Los combine con una blusa negra parecida al estilo del leggin, amarré mis tacones talla 6 rojo pecado, la chaqueta sobre mis hombros, alborotee mi cabello y trace lápiz bajo mis ojos, después salí en dirección al club. Berzarius se quedo en mi cuarto con comida y agua. Solo espero que no haga desastre o dormire en el sillón. Esta vez no lleve mi moto, Jessie dijo que nos recojerian a las 2am asi que ni habia ningun motivo para llevarla.
"Talvez fue un error." -un susurro broto de mi. Ya estaba casi en la entrada de Angel of Darkness. Después de haber viajado con Jessie en taxi admirando las luces y colores, personas y mascotas del centro que salian y entraban en lugares. El escalofrío ocasionado por la voz me detuvo un momento pero continue con Jessie delante de mi. Especialmente hoy se veia extraña, se vistio y maquillo como de costumbre pero algo estaba mal. El vacío creció en mi estómago provocandome un vertigo espeluznante.

-Hey, ¿te encuentras bien?
-¿Quién eres?
-Hola, tu mejor amiga, conocida de toda la vida, amante de la fiesta, loca y amorosa.
-¿quien era ella? Porque me habla.. por un momento, solo un segundo, no supe quien soy. Es como si fuera nada. Volvi pero mi cuerpo aflojó.
-Actuas muy raro Al, ¿te sientes mal? ¿Quieres volver? Realmente me arregle para hoy pero si estas mal mejor llamo para que nos recojan. -estaba preocupada y la extraña sensación de malestar que se habia producido desaparecio. Era Jessie, era la misma niña que conoci hace 10 años solo que más grande y más mujer.

-Estoy bien, solo me maree. Entremos. -Señale al gorila malhumorado de la entrada y nos hundimos en la multitud.
-¿Desean algo de beber? -una camarera nueva de cabello rubio entrenzado y ojos oscuros nos hablo.
-Quiero un vocka. -levante mi mano y tape la boca de Jessie.
-Dos sprites por favor.

La camarera se alejo y Jessie me mordio para que alejara mi mano de su boca.

- Solo era broma, arruinaste mi labial, ahora tengo que ir al arreglarlo. Ya vuelvo. -caminó hacia el baño y desapareció en el repentino haz de luz blanca de la puerta de baño.
Una mano se posó sobre mis ojos dejandome a oscuras.
-¿Porque no me has llamado? Realmente ha sido decepcionante que me olvides así. -un tono triste pero malevolo salió de aquella voz bordeando mi espalda. Ese debia ser Sean Castleway, yo no conocia a ningun otro chico que quisiera que lo llamara.
- Me pareces aburrido. -en tono sin dirección aparente.
-¿En serio? Eso no creeria de la chica que me besó apasionadamente la otra noche.
-seducción en posición, esa voz era genuina y acosadora de un modo sexy.
-No fue especial. Solo atracción.
-Dejemonos llevar por la atraccion Alana. -pronunció cada sílaba de mi nombre de un modo extraño pero lo que me intrigó es que yo nunca dije mi nombre.
Dibujó con su dedo mi espalda mientras su otra mano no me dejaba ver ninguna luz. Acercó su boca a mi oreja y comenzó a mordisquearla juguetonamente hasta que se volviera carmesí.
Una oscuridad reía dentro de mi y un recuerdo... voló sobre mis ojos.
-La chica de ojos amarillos rozando la oreja de Sean de la misma forma. Riendo y diciendole "amor." Ella llevaba un vestido como del siglo XVIII y la ropa de Sean se veía de la misma época.
-Que extraño. -hablé para mi misma mentalmente y la chica dejo la pobre oreja del chico y me miró.
-¿Porque seria extraño Alana? Esto somos, en esto nos convertimos. El sabe lo que quiere y tu se lo pones fácil.
-¿cómo me hablaba ella? ¿Habria pronunciado las palabras en voz alta? Estaba segura de que no.
Sean se separó de mi oreja y se dispusó a besar mi cuello sacandome de mi... ¿memoria?

Irizel: el hilo de la vida. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora