¿Quieres jugar? 1.1

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Después de recibir el permiso para ir al baño, camine por toda la escuela.
Visite la azotea por un período de una hora talvez. La vista hubiera sido perfecta de no ser por los edificios que sustituyeron la naturaleza.
Todos escondidos y escazos entre las gigantescas infraestructuras, sus hojas de un verde enfermo y sus frutos cayendo para morir en el suelo sin ser probados.
Otros cuyo tronco es lo único que queda, sus raíces se mantienen profundas pero su ausencia es visible. Pronto no habran más.

-Humanos estúpidos. La naturaleza les da vida y ustedes la liquidan. Anhelan más la muerte que yo.

Me quede allí solo un rato más mientras un trozo de metal al que llaman avión contamina el cielo con su combustible, dejando atrás un camino blanco. El cielo no es igual a cuando yo era pequeña, ahora esta enfermo, ahora esta muriendo, desapareciendo.. incluso su color perdio fuerza conviritendolo en un azul ópaco y desgastado.

Baje las largas escaleras de vuelta al segundo piso, me dispuse a cumplir lo que habia dicho solo por capricho, entre al baño y humedecí mi rostro con agua.

Mire el espejo, ya era yo, por fin regrese.. Lo extraño era que nadie pregunto por mi "cambio de look", talvez no se atrevieron a preguntar, estire mi largo cabello negro y luego note por el rabillo del ojo a tres humanas entrando y trabando la puerta tras ellas. Eran las mismas chicas que salieron de mi radar indignadas por el sexy beso que le di a mi Ryu.

-Vaya vaya, pero si son tres estúpidas acosadoras. -sonrei con la oscuridad susurrandome que hacer.
- ¡Alejate de Drake! -chilló la más jóven de las tres con una mirada de reproche.
- ¿Porque haria algo asi? -me reí.
-¿Te crees mucho, verdad? -la de cabello rubio me apuntó con su índice.
-¿Como te atreves a apuntarme con tu sucio dedo? -hice el mismo gesto de apuntar con mi mano relajada y únicamente mi indice alzado.
-¿Quieres jugar? -agregué con un suspiro malicioso.
-¡Deja de decir estupideces! Somos tres y tú solo una, ¡deberias cuidar tus palabras!
-me amenazó con la mirada.

¡Vamos! ¡Dame más! ¡Ryu no podra reprimirme más! Ellas se lo buscaron.

- Respondere a tu pregunta. No me creo más que nadie.. Porque, soy más de lo que tú jamás llegaras a ser. -dicho esto y en medio de una hilera de improperios de su parte se abalanzaron sobre mi con la intención de lastimarme.

Grave error.

Al salir de ese innecesario lugar al que asisten los humanos, me encontre con Ryu aguardando en la moto, su sonrisa es lo único que impide que caiga totalmente en la oscuridad.

-Tardaste en salir. -su voz era despreocupada.
-Tenia asuntos que atender. -alzo un poco la mirada.

Subimos a la motocicleta y volvimos al humilde y acogedor hogar donde Alana forjó recuerdos.

Ella no ha vuelto a molestarme en todo el día.. quiza por fin desaparecio.

-Ryu, llama a Charles. Es momento de comenzar.
-Lo hare.

No pasaron más de tres días, el hombre al que llame obedeció mis palabras de inmediato.

Se supone que debe llegar hoy de Inglaterra, el país que me acogió cuando por miedo me desterraron de mi ciudad, Alliot.

Estoy esperando con ansias la llegada de Charles.. me debe lealtad después de todos los años que lo he mantenido vivo, su muerte hace más de 500 años que debia haber ocurrido pero por su generoso dinero le deje vivir, lo necesito para mi plan. Me mantuvo en las sombras.

Charles alguna vez fue un vizconde de renombre, con un jardín gigantesco y bello.. ¡maldito jardín!
Todo fue mentira, el gran jardín me sirvio de pretexto para lograr mi cometido.

Irizel: el hilo de la vida. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora