Un nuevo ser nace

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La luz de la luna comenzó a filtrarse por los perfectos ventanales del salon. El arrullo de los sueños revolvía el pensamiento de los que duermen.
Escuche como Laia daba orden y el arco disparaba solo una de sus flechas hacia el pecho de su hermano.

Sin vacilar.

Eso es ser fuerte, poder hacer lo que debes hacer sin mezclar los sentimientos. En mi interior quería cambiar de lugar con ella y poder ser yo quien fuera fuerte. Toda esta situación me estaba convirtiendo en una carga. Me hice más débil que antes y cause problemas.

Sentí algo frío caer en mis manos.

Sangre de mi nariz goteaba en un hilo pequeño. La vitalidad volvía poco a poco ami y mi sangrado se detuvo. Ryu realmente iba a matarme. Seguro sus palabras: "Gansel ismenia" no significaban nada más que muerte en sus labios.

No podría ver de nuevo al Ryu que me miraba como si la eternidad lo hubiera hecho esperar demasiado para encontrarme y hubiera valido la pena.

¿Cómo podía Laia ser tan fuerte?

Estaba ensimismada en mis pensamientos y la sangre de mi nariz como para darme cuenta de mi alrededor.

Ryu siguiendo los deseos de su amo hundió aún más sus garras a los costados de Laia, a diferencia de su hermano Laia no se deshizo, pero su cuerpo se marchitaba. La herida abierta que dejo Ryu al sacar su mano la afecto mucho.

-No recuerdo que mi dueña fuera tan inservible como ahora. -Ryu se limpió las manos a los costados como si tocarla hubiera sido lo más asqueroso que habia hecho. -Me abandonaste por esa humana. -se giro dandole la espalda. -Rompiste nuestra promesa. La única promesa en la que creí. -sonrió.

Se escuchó la voz de Thanos.

-Eres cruel mi bella Izel. -espetó mientras bajaba las escaleras con elegancia abotonandose una camisa.
Su cuerpo era musculoso y pálido. Sus ojos grises y autoritarios. Su cabello negro estaba recogido hacia atrás.

-Lo que más me da asco... -dijo Laia mirandolo a los ojos con una sonrisa decidida. -Es que luces igual a él.

El cuerpo de ceniza de Thanos ante nosotros mostró la primera expresión que pude calificar como real. Estaba aturdido. Fue como un verdadero flechazo atravezando su corazón con la mayor cantidad de desprecio.

-Izel..

-¿Dónde esta Aderyn?

Él sonrió: -En otro sacrificio junto a tu querido Layle.

Laia estaba apunto de convocar a Dalian cuando este volvió a hablar.

-Es inútil. Puedo crear mil copias más. Y nunca acabara por más que derribes una. -la miro con un inquebrantable color rojo burbujeandole su mirada. -Date cuenta que esta vez no ganarás.

-El punto no es quien es más capaz de ganar, hermano. Todo se trata de quien sabe jugar mejor. -Laia aún sostenía la cabeza de Niall con un brazo, lo puso en el suelo y me ordenó cuidarle. O mejor dicho sanarle.

Asentí aunque no recordaba como curar exactamente.
Ella me miro a los ojos cuando los clones de ceniza comenzaron a invadir la habitación cercandonos. Su mirada era decidida. Ella haría cualquier cosa por protegernos, incluyendo a Ryu.

"La respuesta esta en ti, por más cursi que suene esta porquería." -Laia habló a mi mente. Me sobresalte y la mire, pero ella no me devolvió la mirada. Ella me daba la espalda mientras observaba una de las primeras situaciones en las que estaba en desventaja. En vez de decir algo en voz alta intenté que me oyera tambien.

Irizel: el hilo de la vida. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora