Los susurros de Aiden

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La forma perfecta de llevarse a alguien sin forzarlo existía únicamente en confundirlo; atándolo a una mentira hermosa que es incapaz de dejar ir.

La eternidad y los susurros de su bestia siguen presentándose.

La noche cayó y Niall Ridge sintió como su corazón se volvía un nudo muy apretado que casi lo dejaba sin respirar.

Laia parecía tranquila con su típico semblante quieto y estudiado, pero él sabía la verdad más que ella, Alana no iba a volver.

¿Dónde estaba?

¿Cómo fueron tan imprudentes?

Ahora nada detendría a Thanos para abrir las puertas de su propio abismo y resucitar a aquellos dioses para sacrificarlos también.

¿Cuál era su verdadero propósito?

La magia de los inmortales sería apagada y con ella morirían las personas que alguna vez fueron.


Alana

Mi mente se había calmado al verlo, pero ¿por qué mi corazón no se tranquilizó?
Es como si faltará algo en la persona delante de mi.

¿Esta mi corazón realmente tranquilo o sólo miro lo que se me permite ver?

Mi cuerpo dolía y mi cabeza retumbaba mucho.

Desperté en una habitación extraña.

Estaba recostada sobre una cama muy confortable.
La habitación parecía la de un palacio. Frente a la cama había una mesa de simientos ondulados y en ella unas bellísimas flores azules.

Me levanté calladamente a revisar mi extraña morada.

Las paredes tenían un tapiz blanco cremoso. Los muebles eran de un tono café que iba completamente con el aire de la habitación.

A mi derecha encontré una puerta que me llevó al baño, era amplio y tenía una vista perfecta a la naturaleza de lejos.

Salí de ahí y me acerqué a la temible pared de cristal que me desconectaba de la realidad sin separarme de ella.
Era un mirador acristalado que mostraba un paisaje impresionante.

Estar al lado de esa pared era como caminar sobre nubes.

Era mucha altura.

Había aire acondicionado y un desayuno en la mesita de noche.

Junto a ello encontré una nota suya:

"Te veías tan linda dormida que decidí no molestarte.

Espera.

¿Querías que dijera algo así de cursí?
NO. No puedo hacerlo.

La realidad es que no te desperté porque cuando duermes me das miedo. Aún así, admito que si te veías linda.

Estaré en la cascada."


Mi corazón comenzó a golpear mientras yo reía.
Yo conocía ese lado suyo.

Siento que olvido algo.
Esto se siente muy irreal.

-Vamos Alana. Deja de tontear. ¿No has olvidado nada... o sí? -me palmeé las mejillas.

Abrí la puerta.




Aderyn

Jugar contigo no es dificíl.
Sigues a tú corazón sin comprender que ese es el peor error humano.

Irizel: el hilo de la vida. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora