Primer día 1.2

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"Angel of darkness."

Al llegar a casa estaba lo suficientemente cansada para recordar solamente que habia cerrado bien el garage y la puerta. Me tumbe en la cama y encendi el stereo, me console con la música que corría sin freno entrando a mis oídos.

A la mañana siguiente desperté cansada, cuando llegue a casa serian aproximandamente las 2 am y yo me habia quedado dormida con Hurts zumbando en mis oidos.
Eran las 7:15, corrí al baño y repeti el proceso de aseo de todos los días, volvi a la habitación me meti en una blusa azul de mangas largas y unos jeans negros se acoplaban a mis piernas. Me puse unas converse y por último me acomode en la chaqueta negra que me acompañaba a todos lados.
Baje las escaleras adentrandome en la cocina para sacar un yogurt de el refrigerador. Guarde mis libros y tome las llaves cerrando la puerta tras de mi. Amenace al pavimento con los rugidos de la moto, el paisaje de westfalen park era increíble y el viento frío de la mañana ayudaba a dar una impresión de buen humor, o eso pensaba yo.
Un nuevo día escolar destruía mi autoestima, los profesores deseosos de aplicar los examenes regian los pasillos, al menos aún faltaba una semana para las pruebas. Agradecí al cielo de nuevo por aplazar los examenes.

Hoy era mi clase de actividad física.
-¡Día de piscina! -gritó Jessie detrás de mi.
-Genial. -alce una mano con falso entusiasmo. Por alguna razón yo le temo un poco al agua, agita mi respiración y me hacia sentir insegura. Nunca aprendí a nadar, pero este año tendría que hacerlo.

-Al, te ves increíble en traje de baño. Estas bonita. -Jessie se emocionó de que por fin decidiera afrontar mi miedo. Ella si se veia estupenda, tenía más caderas y sus pechos eran considerables. Mi cuerpo tampoco estaba mal, muslos promedio, busto bien proporcionado ¡al menos no era una tabla de planchar! Y mi cintura era pequeña. Me sentia bien con mi cuerpo.

-Si es porque mis muslos y mi pecho estan al descubierto debido a este traje. No, no me siento increíble. ¡Me siento desnuda! -chillé
-No bromees, estas genial. Al fin disfrutare de un día de piscina contigo.
-Si dices día de piscina una vez más, vomitaré. -la maldita piscina era un problema y ella no dejaba de mencionarla.
-Esta bién, esta bién. ¡Mañana de piscina! -me heche a reir. Eso de seguro fue lo mejor que se le ocurrió para molestarme.

Al salir de los vestidores, el viento golpeó mi cuerpo avergonzado por la falta de ropa. A pesar de ser un traje escolar, me sentia incómoda. La piscina lucía calmada y profunda. Como si tuviera brazos invisibles listos para hundirme hasta el fondo y hacerme dormir.. para siempre. La idea me dio un escalofrío y provocó un vacío en mi estómago como el que te da al bajar a toda velocidad en una montaña rusa. Me rodeé con los brazos y respire hondo.

-Bueno mis queridos alumnos, es hora de hacer unos ejercicios de calentamiento antes de entrar. -el profesor Lenan era bastante dedicado al ejercicio.
Un estiramiento de piernas, brazos detras de la espalda, circulos con los tobillos y luego con los hombros y al terminar un estiramiento de espalda.

Y llego la hora, ejercicios terminados, gorras en la cabeza para proteger el cabello del agua. Sin excluir el mío que se ajustó perfecto dentro de la gorra. Todos estaban en posición y un mareo se apoderó de mi. Esto era muy mala idea. Estaba dejando entrar a los nervios.

Jessie estiro su mano a la mía.
-Estaras bien. Aqui estoy yo por si comienzas a ahogarte o nadar como perrito.
-tome su mano mano y le otorgue una sonrisa agradecida.

-Cuando suene el silbato deberan nadar de lado a lado ida y vuelta! -la voz del profesor me estremeció. -No olviden lo de la clase anterior, brazo derecho pie izquierdo y viceversa.
-Eso fue lo último y para cuando me di cuenta ya estaba en el agua. Jessie ya no estaba y mi cuerpo se sentia pesado, mis pies no tocaban el suelo y mis brazos se negaban a moverse. Estaba hundiendome en la inmensidad de la mitad piscina olimpica del colegio. Mientras me hundía estaba tranquila, mi cabello parecia no poseer gravedad y mis ojos comenzaron a ver cosas, de pronto ya no estaba en la piscina sino dentro de una fuente mirando hacia afuera con desdén por el repentino cambio. Dos personas se reían y juntaban sus labios de vez en cuando.. la chica se parecia ami, de no ser por su cabello negro asabache y sus ojos amarillos hubiera pensado que era yo. Mis ojos eran grises y mi cabello castaño claro, sin embargo la forma de sus labios y su nariz era igual ami.
-fui arrebatada del delirio de imagenes y la ilusión de la fuente desapareció.

Irizel: el hilo de la vida. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora