Lo bueno de las cosas...

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- es allí - susurró la cansada voz de Louis mientras su dedo señalaba un bloque de color blanco con grandes ventanales.

- aguanta un poco más, ya casi hemos llegado - aparcar no resultó un problema para mi, aquel sitio estaba completamente vacio, ahora venía el verdadero problema - ¿puedes moverte? - pregunté con una clara expresión de preocupación. Louis clavó sus ojos azul mar en los mios, su mirada se tornó retorica, queríendo demostrar algo que su cuerpo no lograría soportar

- claro que si, no es tan grave - intentó levantarse del asiento en vano, una mueca de dolor adornó su rostro, y un pequeño gemido de dolor calló de sus labios, Louis intentó disimularlo, de nada sirvió, era evidente que las heridas eran graves. Yo corrí a su lado, obviamente estaba preocupada, pero mi ceño fruncido mostraba más que eso,me cabreaba mucho que Louis intentara hacerse el fuerte cuando no podía consigo mismo

- No puedes Louis, dejame ayudarte  - cogé su brazo y lo pasé por su cuello, a los pocos segundos, no sin esfuerzo, el cuerpo de Louis conseguía mantenerse en pie, pero la mueca de dolor de su rostro no había desaparecido, eso solo me hizo fruncir más el ceño, odiaba que ocultara su dolor, no me parecía justo que no me permitiera ayudarle. Caminamos en silencio hacia la puerta de su casa, yo seguía enfadada, aunque en cierto modo, me sentía culpable reprochandole algo cuando si estaba en ese estado era por mi culpa....

- ¿porque estas enfadada? - susurró su voz a escasos centímetros de mi oido. El sentir su aliento tan cerca herizó mi piel sin poder evitarlo, su calidez era demasiado abrumadora..

- no estoy enfadada - respodí friamente para después fruncir mas aún el ceño, el dejó caer una pequeña carcajada, demasiado cansada para considerarse como tal

- mientes fatal princesa - volvió a susurrar en mi oido, yo desvié la mirada incomoda, era cierto, el sonido de su voz era demasiado tentador como para resistirlo, sin embargo, una cosa no quitaba la otra

- ¿porque crees que estoy enfadada? - pregunté aleatoriamente mientras clavaba mi vista en el frente

- por tu expresión, cuando frunces el ceño, por adorable que resulte, siempre es porque estas enfadada o con alguien, o contigo misma, o por algo - bufé con desesperación, odiaba que me conociera incluso mejor que yo misma...

- osea que solo porque tenga el ceño fruncido, ¿ya significa que estoy cabreada?, ¡LOUIS WILLIAM TOMLINSON LEWIS!

- en realidad lewis no se dice... - me interrumpio el

- ¡¡ME DA IGUAL!! ¿¡EN QUE ESTABAS PENSANDO CUANDO LE HAS PEGADO A ESE INBECIL!?, ¡¡MIRATE!! ¡¡UN POCO MÁS Y NI LO CUENTAS!! eres un...eres un...¡¡UN INCONSCIENTE!! ¡¡Y UN IRRESPONSABLE!! ¡¡Y UN INSENSATO!! ¡¡Y UN.... - una vez más, agarró mi rostro obligandome a girarlo para callarme de esa manera tanyo no  especial que tenía para sellar mis labios, simplemente poso los suyos sobre ellos, fundiendolos en un beso demasiado dulce como para resistirlo.

- ¿un que? ¿que ibas a decir? - sonrió picaramente cuando nuestros rostros aún seguían a escasos centímetros, yo no supe que decir, la intensidad de su mirada me perdía, y el lo sabía, sabía que a esa escasa distancia yo estaba indefensa.

- yo...tu...arg dios ¡¡como te odio cuando haces eso!! - el rió levemente, para luego volver a acallar uuna mueca de dolor, eso me hizo recordar el motivo de mi cabreo, que ya había caído en el olvido, para de nuevo fruncir mi ceño

- si, me odias porque sabes que si le pegue fue porque no soporté ver como ponía sus asquerosas manos encima suya, me odias porque sabes que si llevo las llaves de este apartamento en el bolsillo es porque en el fondo sabía que vendrías, me odias porque amas demasiado cada uno de mis actos, me odias por ser incapaz de resistirte a mi mirada, a mis labios, a mis besos....- mi mirada quedó perdida en sus labios, mientras se movían articulando esas palabras, tan ciertas, tan tentadoras... - esta es la puerta - exclamó rompiendo la emoción del momento, yo suspiré con una pequeña sonrisa en la cara, habría sido demasiado bonito para ser verdad, después de todo, seguía siendo un chico, incapaz de comprender la intensidad de los momentos como lo vemos las chicas. Saqué las llaves de su bolsillo sin dejar de sostener su cuerpo, que ya a duras penas podía arrastrar. 

¿Amor?, imposible...(Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora