¿Amor?, imposible...(Louis Tomlinson)

Tuya por última vez (Parte 1)

 FLASBACK

Parpadeé varias veces, confusa. 

Todo parecía dar vueltas a mi alrededor, nada era claro en ese instante, atrapada en ese segundo. Incapaz de hablar, incapaz de moverme. Unicamente contemplando aquel techo liso enfocandome con luces cegadoras.

Escuchaba voces a mi alrededor, pero imitaban un eco lejano. Sabía que hablaban de mi, pero en ningun momento llegue a comprender que susurraban. 

- Marta - finalmente una voz habló junto a mi. Todo mi esfuerzo se centró en buscar sus ojos, para observarla mientras se dirigía a mi, pero sin embargo permanecí alli. Perdida en algún punto de esa potente luz. - Marta, voy a hacerte algunas preguntas, quiero que medites tranquilamente la respuesta. ¿Recuerdas quien eres? - podría haber jurado que sus ojos permanecían clavados en mi pese a que yo no correspondía su mirada. 

Sin saber de donde saqué la fuerza, asentí. 

- Bien, ¿sabes donde estás? - aspiré profundamente, reconociendo el olor que impregnaba el aire. Mis ojos rodaron leves centímetros apartandose del techo para frenar sobre el la bolsa de suero que se conectaba con mi brazo, Una vez más, asentí sabiendo que se trataba de un hospital

- ¿Sabes como has llegado aquí? - Fruncí mi entrecejo, volviendo a la normalidad lentamente. 

Recordaba haber estado en una fiesta, recordaba haber vivido más de la cuenta para después de eso, coger el coche dispuesta a volver a casa. No recordaba más, pero podía hacerme una clara idea, de modo que asentí por ultima vez con resignación. 

- ...¿de verás quieres vivir de esta manera?

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Bufé girando mi cuerpo para darle la espalda al telefono movil, cansada de rechazar las insistentes llamadas de Louis.

Llevaba en cama ya varios días, a base de sopas y pastillas para lidiar con aquel malestar que abrazaba mi cuerpo tras haber caido en la piscina de agua helada a altas horas de la madrugada.

Después de aquello, habia caminado a paso lento y despreocupado hacia mi casa. Como alma en pena, cargando con el peso de mi cuerpo como si este resultara demasiado pesado para mis hombros.

Y eso me habia llevado a aquella sitiación. Resfriada y en cama. Sin ganas de salir de mi, ya mugriento, cobijo bajo el edredon. Sin animo de enfrentarme al mundo, y sin fuerzas para enfrentarme a él.

Louis habia llamado...

una y otra y otra y otra vez...incansables veces sin importar la hora ni el momento.

Y yo habia rechazado cada una de sus llamadas. Al principio ignorandolas con las lágrimas aún en los ojos. Pero el tiempo finalmente me habia dado suficiente auntocontrol para guardar esas lagrimas donde nadie pudiera verlas. Valor para tomar en telefono y rechazar sus llamadas sin remordimientos.

- ¿Marta? - suaves golpes de nudillos contra la madera resonaron en el silencio interrumpiendo mi profunda reflexion. - ¿Puedo pasar? - La voz de mi hermano trato mi situacion con delicadeza, esperando la respuesta.

- Pasa... - me aventure a permitirle el paso sabiendo que traeria mis medicinas.

En efecto, su cuerpo se adentro en mi desastre personal que yo habia bautizado como habitación, sosteniendo una bandeja en sus manos.

Una mueca de asco surco su rostro en forma de desaprovación al contemplar los montones de pañuelos usados que se acumulaban a mi alrededor. Tomando una fuerza de la que no creí que disponia, incorpore mi cuerpo para darle la vienvenida.