Uno tras otro, tras otro

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Yo aquí poniendo vídeos kawaiis cuando la historia es tan pervertida......que alguien me pegue 

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Jungkook buscó su móvil con la mirada y lo encontró sobre la mesita de noche que estaba a su lado, lo cogió y observó que eran las 12:30, era bastante tarde para aún estar en la cama pero es que Seokjin se había vuelto a dormir y él no podía evitar mirarlo, dejó el aparato y se giró para poder ver a aquel hombre que le había dado su primera vez....y su segunda con el objetivo de recordar la primera, miró sus labios entreabiertos y recordó cómo se sentía besarlo, observó su pecho subir y bajar y admitió en su cabeza cuanto le gustaba sentir como su peso le envolvía.

-¿Encuentras lo que buscas? -susurró el castaño

-No, aún no he sido capaz de encontrar ningún defecto -suspiró- Empiezo a rendirme la verdad

Seokjin sonrió agradecido por el cumplido, su mano viajó por debajo de las sábanas y alcanzó el muslo de Jungkook, lo acarició suavemente y notó como el menor temblaba ante su tacto.

-Me gusta que seas tan sensible -susurró con voz seductora

El castaño se deslizó por debajo de las sábanas y desapareció de la vista del menor, sin embargo pudo notarlo al segundo entre sus piernas, la lengua del mayor se movía habilidosa por todo su miembro mientras sus manos jugaban con las zonas de alrededor, Jungkook dejó escapar un pequeño gemido que había intentado acallar mordiéndose el labio, agarró las sábanas fuertemente entre sus manos y se dejó llevar por el placer que hasta ahora sólo Seokjin había sabido darle.

-Apuesto lo que sea a que soy capaz de follarte otra vez antes de que sea la hora de comer

El menor se sonrojó por sus palabras, pero no por timidez, si no por excitación.

-Eres tan delicioso que creo que nunca me cansaría de ti

Seokjin besó al pelinegro y le dio a probar su propia esencia, el menor se había corrido en su boca tras la primera frase con tan sólo imaginarse al mayor dentro de él otra vez, pero por un momento en esas horas de pura locura decidió contraatacar.

-Creía que tú eras de los de polvo y puerta

-La verdad es que contigo prefiero ser del grupo polvo tras polvo, tras polvo, tras polvo

Jungkook coló su mano derecha entre sus cuerpos y agarró por sorpresa al mayor, su mano le envolvía firme y segura de lo que hacía, comenzó a moverse logrando que el mayor mordiera su labio, con la izquierda empujó su pecho y logró intercambiar posiciones, las sábanas cayeron por su cuerpo dejando al descubierto la escena, Jungkook se sentó sobre los muslos de Seokjin a escasos centímetros de su miembro, sus manos lo envolvían con maestría mientras sus ojos miraban directos a los del mayor.

-No deberías mirarme así -gruñó el mayor- No lo hagas o te juro que volveré a follarte

-Shhh hyung -susurró el menor sobre los labios de Seokjin- Deja de decir guarradas durante un segundo y déjame a mí tomar el control

-No puedo evitarlo, pequeño, es que me pones mucho

-Créeme, lo sé

Jungkook sonó egocéntrico durante un segundo, el segundo que Seokjin olvidó que el menor sujetaba su duro pene entre sus manos haciéndole la mejor paja que le habían hecho en la vida, al igual que antes le había dado los dos mejores polvos de sus 26 años. El mayor arañaba el colchón intentando contenerse pero el pelinegro era demasiado bueno, los dedos del menor le envolvían con la presión justa y llevaban el ritmo preciso, cuando Jungkook presionó la punta arrancó un gran gemido de los labios de Seokjin, el menor estaba orgulloso y continuó de la misma forma añadiendo de vez en cuando caras de inocencia, como si fuera la primera vez. Finalmente el mayor se corrió en la mano de Jungkook manchando también sus estómagos, el pelinegro miró curioso ese líquido blanco y viscoso, un impulso hizo que acercara su mano a su rostro para que su nariz determinara su opinión, aquello no olía mal pero tampoco es que fuera algo agradable, digamos que simplemente era un olor muy característico, entonces su lengua asomó entre sus labios y recogió un poco, Jungkook se sorprendió al encontrarse con un sabor suave y dulce, él sabía que no siempre tenía que saber mal pero desde luego no se esperaba que estuviera "rico".

La mejor resaca de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora