Por fin es por la mañana, se supone que hoy me dan el alta médica y podré ir a casa. Mamá y papá están recogiendo mis cosas. Yo quiero ayudar, pero no me dejan levantarme de la cama.
-¿Cuándo viene la enfermera con el alta?- Pregunto impaciente. De verdad me quiero ir.
-Dentro de unos diez minutos, me dijo que el médico tenía que venir a verte antes de firmar los papeles.- Dice papá y en ese mismo momento entra el médico por la puerta de la habitación.
-¡Muy buenos días! A ver qúe tenemos aquí... Señorita Samantha Parker.- Dice el médico mientras mira unos papeles.
-Sam, por favor, llámeme Sam.- Le digo. Odio que me llamen Samantha.
-Está bien, Sam. Echemos un vistazo a esa herida tan fea que te hiciste.- Se acerca a mi, y comienza a examinar los puntos.- Parece que todo está bien. No veo ningún incombeniente en que te vayas a casa. Pero tienes que prometerme que vas a comer bien, Sam. Todo esto se podría haber evitado si ayer hubieras comida como Dios manda.
-Si, lo sé. No se preocupe, voy a comer bien apartir de ahora.- Le mentí y encima lo hice sonriéndole. Me siento fatal conmigo misma, me he vuelta una auténtica embustera profesional.
-Eso espero.- Dice el médico y firma los papeles del alta.- Espero no volver a verte por aquí. Encantado.- Dice mientras sale por la puerta.
-Has oido lo que ha dicho el médico, ¿no? Apartir de ahora hay que comer bien.- Me dice mamá.
-Si, mamá, no seas pesada
Termino de vestirme y salimos de la habitación. Papá había ido a por el coche para que no tuviera que andar. Este es uno de los momentos más incómodos de mi vida. Mi madre y yo, solas, esperando a mi padre... sin decir nada. ¡Que alguien me salve! Por suerte papá llega pronto y el silencio se reemplaza por la música de la radio.
Llegamos a casa, y Linda y Liam están esperándome en la puerta.
-¡Sam!- Grita Linda y viene corriendo a abrazarme.
-Cuidado Linda, todavía estoy combaleciente.- Le digo a carcajadas. La cabeza me duele al reirme, así que paro.
-Lo siento, me alegro tanto de que ya estés en casa.
-¡Pero si solo he estado en el hospital un día! No exageres.
-Me alegro de que estés bien, Sam.- Me dice Liam, con un abrazo. Lo noto raro. Normalmente habría corrido igual que Linda a abrazarme.
-Oye, ¿qué te pasa? ¿Por qué tan poco entusiasmo?- Le pregunto preocupada.
-Yo, esto... luego te lo cuento.
-Liam, ¿qué ocurre? No estoy para acertijos.- Le vuelvo a preguntar.
-Ahora cuando estemos en tu habitación os lo cuento.
-Está bien.- De verdad me está preocupando. ¿Qué le pasará?
Liam me ayuda a subir por las escaleras. Y cuando estamos en mi habitación, mamá entra con una bandeja llena de comida. Mierda.
-Mamá, no tengo hamdre. Acabo de desayunar.
-Me da igual. Tú vas a comer.- Me dice y me da un bol de cereales.
Yo lo cojo y tomo una cucharada. Están buenos, pero tienen que tener mogollón de grasas. Bueno, cuando se vaya dejo de comer.
-Mamá, ¿te puedes ir? Querría un poco de intimidad.- Le digo y le hago un gesto para que se vaya. Ella simplemente asiente y se va.- Bueno, Liam, escupe, ¿qué es lo que te tiene así?
ESTÁS LEYENDO
¿Me quieres? Demuéstralo.
Teen FictionCon 19 años creo que debería haber visto mucho más mundo del que realmente he visto. Mi casa es como una cárcel dorada de la que no puedo salir. Mi nombre es Samantha, pero todos me llaman Sam, lo prefiero así. Sueño con poder salir del pueblo donde...