Creo que había dormido demasiado. Me mareé muchísimo cuando me levanté de la cama. ¿Qué hora era? Eran casi las 12:00. Bah, no era tan tarde. Me fui a la ducha. Cuando salgo me dirijo a la cocina.
-Hombre, hasta que por fin te dignas a levantarte.- Me dijo mi madre en un tono de reproche que odiaba. Simplemente la fulminé con la mirada y abrí la nevera.- ¿Ya no me vas a volver a hablar?
-¿Si te hablo me dejarás en paz? Me acabo de despertar y no me apetece aguantar tus reproches.- Le dije muy borde. Ella me miró con los ojos casi saliéndose.- Lo siento, no debería haberte hablado así. Pero sigo enfadada y no me apetece hablar.
-Está bien. No te insistiré. Pero tienes que saber que esta noche vienen unos amigos a cenar, así que te tienes que arreglar.- Me advirtió.
-Si, Mamá.- Una buena noticia. Por fín tenía una excusa para estrenar mi traje nuevo y mis tacones nuevos.- ¿Qué vas a hacer de comer? Creo que debería saltarme el desayuno y comer directamente.
-Sam, deberías tomarte algo, todavía queda mucho para comer. Voy a hacer pescado al horno.
-Esta bien, me tomaré un fruta. ¿Puedo salir al jardín cuando termine?
-¿Qué clase de pregunta es esa niña? No te rías del castigo que todavía te lo puedo alargar.
-No no, ya me cayo.- Dije eso y salí al jardín.
Estábamos en Mayo. Y el Sol estaba fuera. Tomaría un poco el Sol. Entré en casa, me puse mi bikini y salí otra vez al jardín. Me puse los auriculares y dejér que el sol entrara por mis poros y la música por mis oidos. Qué bien se estaba aquí.
*******
A las 20:00 venía los amigos de mis padres, y eran las 18:15. Creo que iba siendo hora de empezar a arreglarse. Me metí en la ducha otra vez, pero no me lavé el pelo. Cuando salí ya tenía el traje recién planchado en la cama. Me lo puse, me subí a mis tacones y me puse maquillaje. Me encantaba arreglarme, pero como salía muy poco no tenía suficientes ocasiones para hacerlo. Ya eran las 19:45, tenían que estar al llegar, así que bajé al salón y me senté en el sofá a esperar. A las 20:10 sonó el timbre. Supuse que serían ellos.
-Sam, por favor abre la puerta.- Me pidió mi padre, con el que no había hablado desde ayer por la tarde.
-Voy.- Le contesté secamente.
Abrí la puerta.
-¡Hola! Tú debes de ser Samantha.- Me dijo una mujer de unos cuarenta años, la edad de mi madre.
-Si soy yo, por favor, llámeme Sam. - Le dije invitándolos a pasar. Con la mujer venían un hombre de más o menos su misma edad, una pequeñaja que creo que podía tener unos 6 años y un chico que parecía tener mi edad. Era muy mono, la verdad.
-Está bien, Sam entonces. Yo soy Kristen.- Me dijo la mujer.- Y estos son mi marido Rick, mi hija Danielle y mi hijo Mike.- Dijo señalándolos. ¿Mike? Vaya coincidencia.
-Encantada de conocerlos. Por favor, pasen al salón, mis padres bajarán en un momento.- En estos momentos me alegraba de haber ido a un colegio de pago, allí me enseñaron etiqueta y esas cosas.
-Muchas gracias, Sam.- Me dijo Rick.
-No hay porqué darlas.- Le contesté con una sonrisa.
Los acompañé hasta el salón, donde nos esperaban mi madre y mi padre.
-¡Rick! - Dijo mi padre con un entusiasmo que hacía mucho no veía.
-¡Harry!- Le devolvió Rick el saludo y se abrazan.
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¿Me quieres? Demuéstralo.
Genç KurguCon 19 años creo que debería haber visto mucho más mundo del que realmente he visto. Mi casa es como una cárcel dorada de la que no puedo salir. Mi nombre es Samantha, pero todos me llaman Sam, lo prefiero así. Sueño con poder salir del pueblo donde...