¡Visita!

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********* NARRA SAM ********

No me puedo creer que ya llevemos dos meses viviendo en Washington ni que llevemos dos meses siendo novios. Han sido los dos mejores meses de toda mi vida. Todo ha sido abosolutamente perfecto. Hemos conocido a mucha gente nueva, y todos son geniales. Una de las chicas que hemos conocido es Courtney, es nuestra vecina de enfrente. Es un chica muy maja. Tampoco es de Washington, se mudó aquí hace dos años, venía de California. Yo no entendía como alguien que vivía en California podría querer mudarse a Washington, pero ella nos contó que a su novio de entonces le habían ofrecido un puesto de trabajo aquí y que ella lo dejó todo y lo siguió por amor. Me parecía una historia preciosa. Courtney siempre decía: "Sí, es una de esas historias que toda mujer quiere vivir, pensando que van a tener un final feliz. Pero por desgracia ese cabrón se fue con otra y me dejó. Después de lo que había hecho por él. Está visto que ningún hombre vale la pena." Siempre me hacía mucha gracia como se refería a su antiguo novio, cuando le pregunté como se llamaba me dijo: "Su nombre de verdad es Richard, pero yo lo llamo cabrón." Era un chica muy divertida. 

Otra de las chicas era Melissa. Era un poco más seria que Courtney, pero compartía su opinión acerca de los hombres. Ella si era de aquí y la conocimos porque era amiga de Patrick, uno de los chicos que vivían en el piso de abajo. Patrick era el chico más alocado que he conocido en mi vida. Se lo ocurrían las ideas más disparatadas para que nos divirtiéramos. Una vez lo retamos a que corriera desnudo por el parque ¡Y lo hizo! Le tuvimos que dar 200$, pero valió la pena. 

Con Patrick vivía Taylor. Un chico de raices latinas, pero nacido en los Estados Unidos. Patrick y Taylor era los rompecorzones del grupo. Los dos eran muy guapos y siempre conseguían a la chica que querían. Patrick las conseguía con frases para ligar de lo más cutre, pero ellas caían como moscas. Y Taylor... Taylor les bailaba un poco de salsa o bachata y ya las tenía a sus pies. Patrick, Taylor y Liam se hicieron muy amigos. Iban juntos al gimnasio, se iban de cerveceo juntos, etc. 

Courtney, Mel y yo también nos hicimos muy amigas. Y hoy había quedado con ellas para ir de compras.

-¡Sam!- Me gritó Courtney agitando los brazos para que las viera. Estaban las dos sentadas en una mesa de Starbucks mientras me esperaban.

-Hola, chicas. Siento el retraso.- Les dije uniéndome a su pequeña reunión.

-No te preocupes, no llevamos aquí mucho rato.- Me dijo Mel.

-Bueno, ¿os termináis eso y nos vamos a comprar? ¿O nos vamos a quedar aquí de cháchara?- Les pregunté divertida.

Ambas se terminaron lo que fuese que se estuvieran tomando y cogieron sus cosas para entrar en el centro comercial.

-Chicas, necesito algo que haga que Patrick por fin se fije en mi.- Dijo Mel rebuscando entre las perchas y los montones de ropa.

-Vamos, Mel. Ya te lo hemos dicho muchas veces. No es una cuestión de ropa, es una cuestión de actitud.- Le dijo Courtney.- Tienes que ser más lanzada. ¡Dile que te gusa ya de una vez!

-Joder, Courtney. Sabes que me da mucha vergüenza...

-Vamos a ver, Mel. Patrick es un chico que tiene las chicas que quiere, sino te espabilas y te dejas de gilipolleces, te vas a quedar sin hombre.- Courtney era un poco brusca cuando se lo proponía.

-A ver... chicas. Mel, Courtney tiene razón, tienes que ser un poco más lanzada. Porque si te quedas siempre sentada en su sofá, nunca se va a dar cuenta de que te gusta. No es que tengas que lanzarte a su cuello, como dice Courtney, pero si tienes que darle señales sutiles. Para que se de cuenta.- Le di mi consejo.

¿Me quieres? Demuéstralo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora