Todo Va A Estar Bien.

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*********** NARRA SAM **********

-¿Liam?- Lo llamé al verlo golpeando aquel saco. 

Parecia que no me escuchaba, quizás había hablado demasiado bajito. Se le veía muy concentrado en lo que estaba haciendo. Estaba descargando toda su ira y su rabia con aquel saco, que ni sentía ni padecía. Pensé que debería dejar que terminara, antes de hablar con él. Liam tenía razón, no me gustaba un pelo esto del boxeo. Me preocupaba por él. Pero ahora mismo parecía que le hacía bien, por eso entré en la habitación, presidida por un ring en el centro, y me senté en uno de los bancos. Lo hice despacio y con cuidado para que Liam no se diese cuenta de que estaba allí. 

Me quedé observándolo un rato. Lo veía dar golpes y más golpes. Todavía llevaba sus pantalones de chandal, pero no llevaba la sudadera puesta, supongo que sin ella estaba más cómodo. Me fijé en su cara. Las mismas facciones que esta mañana parecían las de un niño, ahora estaban como anoche, llevadas al extremo.  Tenía un aspecto violento y amenazador, si no lo conociese, seguramente ahora estaría cagada de miedo, solo por verlo así. Pero en el fondo seguía siendo un niño asustado, con el peso del mundo a los hombros. Siempre preocupado por todos menos por él mismo. Siempre anteponiendo el bienestar de los demás al suyo propio. Siempre siendo el caballero de brillante armadura, dispuesto a enfrentarse a dragones y brujas por la damisela en apuros. 

Vi que paró de golpear el saco. Todos los músculos de su espalda, antes flexionados, ahora estaban totalmente relajados. Ahora solo se le veía respirar fuerte, su pecho subía y bajaba a un ritmo frenético. Cogió la toalla y se secó el sudor que caía por su frente. Se quitó los guantes y los tiró por ahí, acompañando el movimiento con un grito de desesperación. Me asusté, no por mi, sino por él. Parecía que lo estaba pasando realmente mal. Y yo no sabía cómo ayudarlo. Cualquier cosa que dijera no serviría para nada. Mis palabras no cambiarían el hecho de que su padre iba a estar en la calle en cuestión de horas y tampoco cambiaba el hecho de que seguramente vendría a buscarlos. Pero yo quería consolarlo. Y decirle, aunque ni yo misma me lo creía, que todo iba a estar bien. Que lo íbamos a superar. Juntos.

Liam se sentó en el suelo, de espaldas a mi. Se apoyó en sus rodillas y escondió la cabeza. Me rompía el corazón verlo así, a mi Liam. Verlo en este estado era demasiado. Me levanté del banco en el que estaba sentada y anduve hacia él. Cuando llegué a donde estaba, me puse frente a él y me agaché hasta estar a su altura. 

-Liam.- Le puse las manos en las rodillas.

Liam levantó la cabeza y me miró con sorpresa.

-¿Qu-qué haces aquí? Voy a matar a Pat y Taylor.- Me dijo hundiendo la cabeza entre las rodillas de nuevo.

-Sh Tranquilo, no estoy enfadada.- Le dije acariciándole el brazo. Volvió a mirarme, más sorprendido aún, si cabe.

-¿No estás enfadada? ¿Te parece bien?- Me miró con ojos brillantes.

-No te voy a mentir. No me parece bien. Pero no estoy enfadada.- Lo miré a los ojos.- Solo preoucpada.

-Yo...- No le dejé terminar.

-Ahora no es el momento de hablar de esto, Liam. ¿Sabes lo preocupada que me has tenido todo el día?- Le dije. Una lágrima haciendo acto de presencia. Las había estado aguantando todo el día, pero ahora no las pude aguantar.- Yo... yo no sé qué decirte. Te podría mentir y decirte que estoy segura de que todo va a estar bien. Pero no lo estoy. Estoy cagada de miedo. No por mi, sino por ti y por Rebecca y por Nicky. No sé lo que va a pasar, pero si sé que voy a estar aquí, contigo, en cada uno de los momentos difíciles que vienen. Y también sé que... que al igual que tú pudieste superarlo una vez, ahora nostros, tú y yo, vamos a poder superarlo de nuevo.- Le dije siendo lo más sincera posible.- Por que esta vez no estás solo, Liam. No tienes que enfrentarte a esta mierda tú solo.

********** NARRA LIAM ************

-Sam, yo... No te voy a mentir tampoco. También estoy cagado de miedo.- Ya, por fin lo había dicho. LLevaba años con eso metido en el pecho. siempre queriendo ser el hombre y el salvador para todos. Pero en realidad me moría de miedo.- ¿Qué tal si esta vez no soy lo suficientemente fuerte? ¿O rápido? ¿Qué tal si esta vez se sale con la suya? Sam, yo no puedo dejar que ese hijo de puta se acerque a nosotros.- Los ojos me ardían, las lágrimas amenazaban con hacer acto de presencia. "Los hombres no lloran" Esa frase me había perseguido durante toda mi vida y este momento no sería la excepción.

-Lo sé, Liam. Sé que tienes miedo.- Me dijo y me abrazó. Yo la rodeé con mis brazos y hundí mi cabeza en su cuello. Esto era demasiado. Las lagrimas ya caían por mis mejillas.- Pero yo estoy aquí. Los chicos están aquí. No estás solo. Todos estamos aquí para ti. Y ninguno vamos a dejar que te enfrentes a esto solo. No, ahora no estás solo.- Me intentaba consolar, pero yo sabía que en el momento de la verdad estaría solo, esto era algo de lo que nadie más se podía encargar. Yo tenía que acabar con esto de una vez por todas. La abracé más fuerte, intentando que su olor quedase grabado en mi memoria. La solté y me limpié las lágrimas.- ¿Qué te parece si nos vamos a casa? Tu madre está muy preocupada también. -La miré con mala cara.- No me mires así, se lo tenía que decir.

-Sí, tienes razón. Pero, ¿te importa que nos quedemos un rato más? No tengo fuerzas para enfrentarme a esto todavía.- Ella asintió. Me levanté del suelo y le tendí la mano para conducirla al ring. La ayudé a subir, aguantando las cuerdas para que pudiese pasar al centro. 

-¿Por qué boxeo? ¿Para liberar la rabia?- Me prguntó cuando llegó al logo que estaba pintado en el centro del cuadrilátero.

-En parte sí.

-¿Y la otra parte?

-Pues... - No estaba seguro de cómo explicarle esto a Sam.- Me gusta la sensación que tengo cuando acabo de dejar K.O. a un oponente.- Le solté.- Sé que suena horrible. Pero no es que me guste el hecho de que la otra persona sufra. Es solo que... me gusta sentir que... 

-Que nadie puede hacerte daño.- Terminó la frase por mi.

-Sí.- Le  dije mirando al suelo. Me daba miedo mirarla y ver la decepción en sus ojos.

-Te entiendo.- Me dijo. Me sorprendió. ¿Cómo podía entenderme tanto, si ella, gracias a lo que sea que se encargara de esas cosas, no había tenido que pasar por aquel infierno?- Ya sé que pensarás que cómo puedo entenderte, si yo no lo he vivido y es cierto, pero... si que sé lo que es sentirse débil. Un blanco fácil.- ¿A qué se refería? De verdad no tenía ni idea de lo que estaba hablando.

-¿A qué te refieres, Sam?- Le pregunté, me estaba preocupando.

-Yo... esto... No es nada.- Me dijo con una sonrisa que no llegó a sus ojos. Sabía que me estaba mintiendo.

-¿Segura?- Le insití.

-Sí, no te preocupes.- Sabía que escondía algo, pero parecía que no estaba preparada para decirlo, así que lo dejé estar.

Me acerqué al centro del ring, donde ella estaba. Me senté en el tapiz y le hice una seña para que se sentara conmigo. Ella dejó caer su cabeza en mi hombro mientras acariciaba mi brazo, el cual colgaba de su hombro. No quedmaos allí lo que pareció un minuto, pero en realidad fue casi una hora.

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Hey, chicos! Cómo estáis? ^^ Espero que todos genial. Solo quería deciros que esta semana no he estado muy inspirada, y que siento que el capítulo sea tan corto y un poco mierda, de verdad no me sale nada mejor y pensé que ya era hora de subir capítulo nuevo. Con un poco de suerte la semana que viene estaré más isnpirada y pueda escribir algo en condiciones. De todas formas espero que os guste el capítulo ^^

Os informo de que a la "novela" le queda poco, muy poco. Quizás cuatro o cinco capítulos más T____T Qué tristeza! Pero voy a intentar que sean lo mejor de lo mejor =D

No olvidéis seguir mandándeme vuestras preguntas y comentarios a mi ask.fm (luciblancloren) o a mi twitter (@luciblancloren). Me encanta que me habléis y tal ^^ 

Nada más, espero que todos tengáis un fin de semana genial y que os guste el capítulo nuevo (muy meloso, lo sé). 

Os adoro, my bitches!!! <333333

Lucía xoxo

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