Mi Pobre Liam.

670 14 0
                                    

******** NARRA SAM ********

No me podía creer lo que me acababa de contar Liam. Era tan... Dios, ojalá me lo hubiera dicho antes. No tendría que haber pasado por toto esto solo. Y Rebecca. Pobre Rebecca. Ella no se merecía todos esos años de tortura. Ahora entiendí porqué nunca había rehecho su vida, debía sentir confianza cero hacia los hombres.  Y no la culpaba. 

Yo solo quería consolar a Liam. Me estaba imaginando al Liam de trece años. La verdad es que me acordaba de ese día. Fue el día que volvimos del fin de semana en la casa del lago de Linda, y aunque Liam tiene muy buenos recuerdos de ese fin de semana, yo.... no lo pasé tan bien.

Hacía unos meses que yo sentía... cosas por Liam. No como ahora, pero si que me gustaba. Y él estaba con... María... No vino con nosotros, pero Linda no paraba de preguntarle a Liam por ella y esas cosas. Ahora que lo pensaba, era un poco raro que en la situación en la que estaba, cuando se fue de su casa... Vino a verme a mi, en vez de acudir a María. Supongo que después de todo, Liam no la quería. Aunque yo pensaba que estaba muy enamorado de ella. Los veía por el instituto cogidos de las manos y me entraban ganas de llorar. 

El fin de semana consistió en Linda y Matt... ya sabéis. Estaban en la etapa de la "Luna de Miel". Y Liam y yo mientras tanto, nos íbamos a pescar... Nos bañábamos en el lago. Y en realidad me lo pasé muy bien, pero todas esas cosas solo me recordaban que no era mío. 

Ahora que sabía todo lo que pasaba por aquel entonces en su casa, podía encajar muchas piezas que antes no sabía dónde colocarlas. Como por qué Liam nunca hablaba de su padre, por qué nunca quería que nos quedásemos a dormir en su casa, por qué siempre que tenía la menor oportunidad se quedaba en casa de una de nosotras. 

No podía ni siquiera imaginar como Liam, con solo trece años, tuvo el valor de enfrentarse a ese ser horrible. Yo tenía muy pocos recuerdos del padre de Liam, más que nada porque Liam nunca quería que nos acercásemos a él. Y ahora entendía el porqué. Y le agradecía que no le dejara acercarse a nosotros.

Liam me miraba como si intentase leer mi expresión.- ¿Qué piensas, Princesa?

-Pues... Es que no me puedo ni imaginar lo mal que lo tuviste que pasar. Estaba recordando aquel día y como cuando llegaste a casa te notaba muy nervioso. Pensé que estabas enfadado conmigo. Porque casi no hablamos... Pensé que María te había dicho otra vez que no quería que te acercaras a mi. Y que estabas enfadado porque no querías elegir. De hecho pensé que viniste para decirme que no querías volver a verme.- Le confesé.

-¿Cómo se te pudo siquiera pasar eso por la cabeza?- Me preguntó con los ojos desorvitados.- Yo siempre lo tuve claro. Siempre fuiste tú. Es cierto que me dijo que tenía que elegir, pero me dejo cuando le dije que no tenía pensado dejar de ser tu amigo nunca, y que si quería estar conmigo tenía que aguantarse con ello. Estaba celosa de ti.

-¿Estaba celosa de mi?- Eso si que me sorprendió.

-Sí, porque de algún modo ella sabia que yo te quería más a ti que a ella. Y no lo podía soportar. En cuanto le dije que no iba a elegir me dejó. La verdad es que me quitó un peso de encima. Yo no quería estar con ella. Y después de todo lo que había pasado en mi casa, no tenía fuerzas para otra pelea.

Se le veía triste por todos esos recuerdos que tenía guardados y que ahora había sacado a la luz. Yo no sabía cómo consolarlo. Yo, una chica que siempre lo ha tenido todo, unos padres estupendos que se querían. No sabía qué decirle, no tenía experiencia con esto. Me sentía fatal.

-Tranquila, Pricesa. Solo con que estés aquí conmigo tengo bastante.- Me dijo como si me hubiese leido la mente.

-¿Acaso lees la mente y yo no lo sé?- Le pregunté levantando una ceja.

¿Me quieres? Demuéstralo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora