Algo para ambos...

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3 semanas después.

Ulises y yo estamos mejor que nunca, nos llevamos mejor, nos damos besos cada vez que podemos y nos sonreímos.

-Vale tía, bajate de esa nube- dice Vilma y yo le sonrío.

-Es que estaba pensando en Ulises- le digo y ella me sonríe.

-Vale, vale. Cuidado con los embarazos- señala su vientre y yo estoy sonreída. -Mira que estar mareada y en alta mar no es fácil- toca su pequeño vientre y yo también.

-Tranquilo petibuche, serás el único bebé abordo- le digo a su bebé. -La tía Ainoha te va a querer mucho, cambiará tus pañales por las tardes mientras tu madre camina con tu padre por cubierta- le digo y me pongo en pie.

-Vale, que no se llama petibuche- dice Vilma y acaricio su cabeza.

-Es un bebé lindo y tío Ulises se robará a tía Ainoha un rato- dice Ulises y me besa.

-Que sea un rato y no toda la noche- grita Vilma mientras salgo del camarote.

Me encanta estar así con Uli, agarrados de la mano, en silencio disfrutando del silencio y el calor de ambos. Uli se ha ganado mi corazón completo y lo amo tanto que sería capas de tirarme al mar por él.

-Que sucede- pregunta Ulises y yo niego con la cabeza. -Me ha costado convencer a tu padre, pero le he convencido de que tendremos mucho cuidado y nos ha dejado mudarnos juntos- me dice y abre la puerta del camarote, es precioso, todo está acomodado y las sábanas son blancas.

-Es hermoso- le digo y lo beso.

-Lo se- dice y caemos en la cama. -En el baño he dejado alguna de tus cosas, y Estela lo ha traído todo- susurra contra mis labios. -He puesto las toallas saniarias al lado del té de manzanilla en el cajón de allá- señala y caigo en cuenta de que estoy retrasada un par de días.

-Demonios- me pongo en pie y corro hacía el baño, encuentro mi bolso personal y me siento sobre el váter, y cuento los días desde mi ultimo periodo, no me ha bajado, tenía que haberme bajado hacen 13 días y soy muy regular.

-Ainoha, cariño-escucho a Uli detrás de la puerta.

-Estoy bien- digo en un susurro y vuelvo a contar los días, Ulises entra y levanto la mirada.

-Que sucede- pregunta y yo niego con la cabeza.

-Es que me he vuelto paranoica- le digo y se agacha para estar a mi altura. -Creo que estar aquí me ha vuelto así- susurro tratando de que mis ojos no se llenen de lágrimas.

-De todas las personas aquí, tu eres la menos paranoica- me dice y yo lo miro a los ojos.

-Estoy retrasada- susurro y le muestro el calendario. -Y yo soy muy regular- digo en un hilo de voz.

-Nos hemos cuidado, no hay nada porque preocuparse- me quita el bolso y el calendario de las manos.

-No me dejes sola- le pido y me abraza, sollozo fuertemente en su cuello.

-Jamás podría hacerlo- dice y acaricia mi cabello. -Quieres ir con Julia- pregunta y yo niego.

-No quiero saber si es cierto- le digo y él acaricia mi cabeza.

Me toma en sus brazos y nos recostamos en la cama, me quita la ropa y me pone un camisón y se desviste para luego arroparnos con los edredones, no puedo dormir, no quiero dormir...

Dentro del BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora