Finjamos

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4 semanas después, 26 semanas.

Otro mes aquí, los chicos han comenzado a pescar pues casi no hay comida suficiente en las bodegas, Salomé y Julia han puesto un invernadero para plantas alimenticias y les he estado ayudando, me faltan 12 o menos semanas para dar a luz, la pequeña Alondra, como hemos decidido ponerle, es muy inquieta y trae mi vejiga como saco de boxeo.

-Ainhoa, ven ya está el pescado- dice Salomé desde la puerta de la cocina, los chicos hacen un ben trabajo pescando, burbuja es un experto con el arpón y mi hombre, Ulises pesca más que cualquier otro.

-Yo te lo traigo- dice Carlos, desde que llego ha tratado de ganar méritos conmigo, no le presto ni la más mínima pizca de atención, no quiero problemas con Ulises.

-Yo puedo caminar- le digo cortante, subo las escaleras y Salomé esta preparado más pescado para todos. -Huele delicioso- comento l sentarme en la mesa del centro.

-Se que sí, lo he preparado yo- comenta divertida y me guiña el ojo. -Has seguido con las costuras- pregunta y yo asiento.

-Si, mi bebé tiene bastantes cosas y todas las he hecho yo misma- sonrío orgullosa comenzando a rebanar el pescado.

-Cuidado con las espinas- me advierte por decima vez desde que comenzó a preparar pescado.

-Hola amor- dice Ulises y me da un beso. -Te he traido camarones para la cena- dice y le deja la cubeta a Salomé.

-Me encanta cuando traes tantas cosas por ti solo- le digo y mimamos nuestras narices.

-Que tal se está portando la nena- pregunta acariciando mi vientre.

-Aún sigue pateando mi vejiga como un saco de boxeo. Estaré bien- suspiro. -Si nadie se pone entre el baño y yo- ambos nos reímos.

-Iré a darme una ducha- dice y me da un beso en la cabeza. -Te espero cuando termines- pregunta y yo asiento.

-Debo levantar los pies si no los quiero tener hinchados- comento partiendo mi pescado.

Estoy de camino al camarote cuando escucho risas provenientes de este mismo, me mata la curiosidad y abro la puerta sin tocar. Ulises y Amanda hablan animadamente.

-Hola amor- dice Ulises al verme en la puerta.

-Hola cariño- le doy un beso. -Interrumpo algo- pregunto con sorna.

-Yo, ya me iba- dice Amanda agitando sus largas pestañas, no se levanta de la silla.

-Que esperas- pregunto impaciente, se pone de pie y estampa la puerta, a está tipa le daré su merecido.

-Que te pasa, estaba siendo amable con nosotros- dice Ulises enojado.

-Contigo tal vez- digo enojada. -A mi no me cae bien y lo sabes- digo tomando un cambio de ropa para salir a ducharme.

-Ainhoa, no comencemos- pide, levanto mis brazos.

-No tengo absolutamente nada que decir, sabes lo que tienes que hacer- le digo y abro la puerta.

-Yo no digo nada porque tú estés flirteando con Carlos- dice y me doy vuelta sorprendida al escuchar su confesión.

-Yo y Carlos- la respiración me falta. -De donde sacas esa estupidez- pregunto con lágrimas en los ojos.

-El primer amor nunca se olvida, lo se- Ulises se pone en pie. -Crees que no me he dado cuenta de que estás con él mientras yo traigo pescado para que te alimentes- escupe enojado.

-No puedo creer lo que estoy escuchando- susurro en un hilo de voz.

-Pues créelo, dime donde has estado estás ultimas semanas mientras yo estoy en el mar- pregunta dolido. -él nunca sale a pescar, ni lo veo en el grupo- suelta con rabia.

-He estado ayudando en el invernadero- sollozo. -Con Salomé y Julia- susurro. -No puedo creer que dudes de mi- sollozo fuertemente y salgo corriendo.

Entro en el camarote de mi padre, Valeria está tomando la siesta. Me acomodo a su lado con mucho cuidado y trato de no despertarla con mis sollozos.

-Nhoa, ha ocurrido algo- pregunta media dormida.

-Nada cariño, vuelve a dormir- pido y ella se mueve, su espalda queda contra mi vientre, su respiración se vuelve lenta y cae dormida.

Despierto desorientada y me doy cuenta que es de noche, Valeria no está y estoy sola. Me pongo de pie y camino por los pasillos, en la cubierta no hay nadie, no encuentro a nadie.

-Vaya, vaya- escucho la voz de Amanda. -Que haces tan sola por aquí- pregunta con sorna.

-Ya me voy- digo asustada por el tono de su voz.

-Te diré una cosa, aléjate de Ulises si no quieres que lastime a tu bebé- dice y me sonríe maliciosamente, escucho pasos cerca.

-No si puedo impedirlo- susurro y me empuja. -No- grito con todas mis fuerzas, estoy fingiendo que me empuja. -Auxilio- digo contra el suelo y los pasos se hacen más cerca.

-Ainhoa- dice Ulises y tomo una posición sobre el suelo, resguardando a mi bebé.

-Hija- dice mi padre y ambos miran a Amanda. -Que ha pasado- pregunta desesperado.

-Me ha tumbado- sollozo falsamente. -Me ha amenazado con tirarme por la borda- sollozo en sus brazos. -Me he resistido y me ha tirado al suelo- digo entre hipos.

-Te duele algo- pregunta rápidamente y asiento, siguiendo con mi mentira.

-Tengo miedo papá, ha intentado matarme- sollozo en su hombro, me toma en peso mientras Ulises solo observa la escena.

-Te llevaré con Julia- dice y niego con la cabeza.

-Debe estar dormida- le impido. -Mañana haré que me revise, lleváme a tu camarote- pido y él mira a Ulises.

-Encargate de ella, sabes que hacer con los que se pasan de listos- escupe mi padre con odio hacia Amanda.

Me lleva en brazos hasta su camarote, me deja en la cama y Valeria ya está dormida en la suya.

-Que ha pasado entre Ulises y tu- acaricia mi cabello con suavidad.

-Duda de mi papá, le he visto con Amanda en nuestra habitación y me ha echado en cara que Carlos y yo tuvimos algo- digo a duras penas acariciando mi vientre por encima de las sábanas.

-Todo tiene solución- dice papá y me abraza hasta quedarme profundamente dormida...

Dentro del BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora