Aun no me acostumbro

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2 semanas después, 18 semanas de embarazo.

La nueva tripulación que encontramos, me da mala espina. Esas dos chicas no le quitan el ojo a Ulises y yo sigo aumentando de tamaño, cada vez más. Mi bebé se mueve de vez en cuando y mi padre se ha vuelto loco al sentirlo, a Vilma también le hace falta mucho para poder dar a luz.

-Bien chicos- dice mi padre desde el barandal de la biblioteca. -Nos encontramos cerca de una tormenta y no podremos hacer nada para evitarlo- dice papá y tio Julian comienza a darnos salvavidas. -Todos traigan colchones y cosas, pasaremos la noche aquí- avisa y se retira, todo el mundo se comienza a mover.

-Estaré aquí pronto- me dice Ulises y se pone en pie.

-Podrías traer mi camisón y unas medias- le pido y él asiente.

-Chicas, vosotras ir con Salomé a la cocina, ayúdenla a asegurar las cosas- nos manda tío Julián y nos ponemos en pie.

-Calma Alejandro- escucho Vilma hablándole a su bebé, Julia les ha dicho que es un niño y están súper emocionados.

-Amanda- Estela llama a una de las nuevas para que les ayude con unas cajas y como nosotras dos estamos embarazadas no podemos alzar peso y menos yo que debo estar en reposo.

-Que hacen aquí- pregunta Salomé al vernos a nosotras dos aquí. -Estaremos bien aquí, vallan afuera- nos manda y dejo todo donde estaba.

-Si, ya me he comenzado a marear- dice Vilma y es la primera que sale.

-Yo buscaré a Uli- me excuso y camino con cuidado hasta sentarme sobre una de la sillas del comedor, todos traen colchonetas y Ulises extiende una sábana sobre la de nosotros.

-Sabes lo mucho que te amo- pregunta y yo niego.

-No me lo has dicho lo suficiente- le digo y lo abrazo por la nuca. -Has traigo mi camisón- pregunto acariciando su cabello.

-Te amo más que a nada en el mundo- dice y acaricia mi vientre. -Mas que a nada- dice y le sonrío.

-Espero que digas eso luego del parto y tenga que lidear con el peso extra- juntamos nuestras narices.

-No debes preocuparte por eso, aún así te encontraré hermosa- me besa tiernamente. -Tu camisón está bajo la almohada- señala la esquina. -Iré ayudar a tu padre, vuelvo antes de que comience todo- me dice y se va.

Luego de ponerme pijama, comenzamos a sentir el hamaqueo del barco, mantengo una poción fetal, protegiendo mi vientre de cualquier sacudida, mi bebé se mueve y patea contra las paredes de mi útero.

-Ya estoy aquí- dice Ulises y se mete bajo las sábanas conmigo. -Se está moviendo- acaricia mi vientre en círculos y yo asiento.

-Es un sentimiento extraño, no me acabo de acostumbrar- le digo y me rodea con sus brazos. -Que tal todo- acaricio su cabeza, está detrás mío por lo que no le veo muy bien.

-Sobreviviremos a la tormenta- asegura, besa mi nuca y su calor me tranquiliza. -Sabes, he pensado que de nombre podemos ponerle si es un niño- dice y acaricia mi vientre suavemente.

-Cual- pregunto y él sigue dando círculos en mi vientre.

-Ian, Ian James- susurra en mi oído. -Y si es niña, Alexia o Alondra. Como la diosa de la sabiduría- susurra y yo asiento.

-Yo quiero ponerle si es niña, Karolina. Siempre me ha gustado el nombre- susurro y comienza a sacudirse el barco. -Conversemos hasta que me quede dormida, distráeme- pido y Él se estremece.

-Cuando era niño, mi madre me decía que debía sacar buenas notas y portarme bien. Recuerdo que un día traje una F y la escondí durante varios días. Mamá la encontró y me castigo- comenta y me hace reír.

-Aún de niño desafiabas a los mayores- su historia causa furor en mi.

-O aquella vez en la que me gustaba una niña y todos los días le regalaba una flor. Nunca se dio cuenta que la quería y cuando la vi con aquel niño mi corazón se detuvo y llore por mucho tiempo- dice tristemente.

-A todos nos rompen el corazón- le digo y cambio de posición. -Cuando fue tu primera vez- pregunto con curiosidad.

-Tendría como 14 años, no sabía lo que hacia, me sentía como jugando a ser adulto- me dice y toca mi cara. -Y la tuya- pregunta y yo me ruborizo.

-Tenía 16 y la perdí en mi fiesta de cumpleaños, papá y mamá estaban distraídos y mi novio de aquel día me arrastro con él. Me dolio mucho y me arrepiento tanto de no haber esperado a la persona indicada- comento y meto mi cabeza en el hueco de su cuello.

-Maldito desgraciado, debería darle una lección- dice Ulises enojado. -Yo te hubiese hecho el amor como toda las noches, con cuidado y amor- susurra y besa mi cuello.

-Se que sí, pero olvidémoslo, Carlos debe estar muerto junto con la otra mitad del mundo- lo tranquilizo.

-Se que sí amor, se que sí- dice y cierra sus ojos. -Te amo, que duerman bien- susurra y yo asiento tranquilamente...

Dentro del BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora