Esponjas...

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Dejo la toalla, sobre la el separador y abro la llave, la lluvia artificial cae sobre mi cuerpo, tallo fuertemente mi cuerpo.

-Vale, chivata- dice Ulises, doy un respingo del susto. -Si sigues tallando tu cuerpo de esa manera, arrancaras la piel- entra desnudo y me quita la esponja.

-Me devuelves mi esponja- le pido sin dejar de mirarlo a los ojos, está desnudo.

-La mía se me ha quedado- dice y se encoje de hombros.

-Úsala bien, ya yo termine- digo y cierro la llave, me encojo de hombros y agarro mi toalla.

-Vale cariño- dice él y me doy la vuelta. -T ha quedado jabón en la espalda- dice y me devuelvo, me agarra por la cintura y yo suspiro. -Lo siento, no he querido hacerte enfadar- dice y entro con él en la ducha.

-Pues vete olvidando de tu encargo, porque no me dejaré embarazar- le digo y me agarra más fuerte.

-Algún día se me acabarán los condones- me dice. -Si no llegamos a encontrar tierra, seremos los únicos humanos en el mundo- dice y me acorrala contra la pared.

-Espero que ese día llegue cuando me sienta lista y no me coja desprevenida- le digo y me besa, le sigo el beso hasta que me duelen los labios.

-Te amo, eso es lo que importa- susurra y acaricia mi espalda, me da besos en el cuello y se me entrecorta la respiración al sentir sus manos sobre mis senos. -Me encantan, son tan lindos- dice los besa.

-Uli, a mi también me encanta que me toques- le digo y toco su pene, tan duro ante mis manos y siento como su escalofrío pasa.

-Quiero hacerte mía, sentirte- dice roncamente en mis oídos. -Besarte y volverte loca- susurra en mis labios y los muerde. -Sentir cuando te vienes- me da un beso en el cuello.

-Y quiero que salgan ahora mismo de aquí, se vistan y me esperen en mi despacho- mi padre me mata de un susto.

-Papá- chillo avergonzada y agarro mis senos.

-Capitán- dice Ulises y tapa su pene. -Lo siento yo...- dice él y no puedo creer que mi pare me haya encontrando casi teniendo sexo con mi novio.

-Ahora- grita papá y agarro mi toalla, salgo y me visto más rápido de lo que puedo.

-Oh Dios, que pena- dice Ulises y se pone la ropa interior el doble más rápido que yo. -Siempre estaré contigo- dice y caminamos hacía la habitación despacho de mi padre.

Valeria está pintando en la cama.

-Ainoha, Salomé me ha hablado sobre las tetas grandes- dice Vaeria y me siento junto con ella.

-Valeria, eso sucederá cuando te desarrolles, luego tu y yo tendremos una charla sobre ello. Ahora he hecho una travesura y papá me va a regañar, ve a la cocina con Salomé y dile que quieres algo de comer y charla con Burbuja- le digo y la bajo de la cama, sale de allí corriendo.

-Aún no deja el tema de las tetas grandes- pregunta Ulises.

-No y solo tiene 5 años, como le explico que a las chicas les viene la regla una vez al mes y que es lo mas malo que experimentas al principio cuando no sabes lo que te pasa- le digo frotndome la frente.

-Vale, no puede ser tan malo- dice él y lo fulmino con la mirada.

-Si, es muy malo. No te parece poco estar sangrando durante 5 días y estar muriéndote de dolor- le digo sin una pisca de sarcasmo.

-Estaré allí todos esos días, para calentarte el vientre y darte té de manzanilla- me dice y me abraza por detrás. -Él día en el que quieras helado de chocolate y un buen chiste para levantarte el ánimo- susurra en mi oído.

-Podemos dejar de hablar de mi regla y centrarnos en el sermón de mi padre- le digo y le doy un beso en el cuello.

-Siéntense- dice mi padre serio y yo bajo la mirada. -No quiero ni imaginar por un momento de que puedas estar embarazada- dice mi papá y yo levanto la mirada.

-Papá, no puedo ni voy a estar embarazada- le digo deteniendo sus pensamientos.

-Nosotros nos cuidamos- dice Ulises y toma mi mano. -Ainoha me lo ha advertido. Nosotros no queremos un desliz- le explica pacíficamente.

-Eres mi hija y acabo de encontrarte con este... chico, en la ducha- dice y se pone en pie. -Hay afuera hay una tormenta- dice y señala la escotilla.

-Lo siento papá, no hemos querido que nos hayas encontrado en una situación como aquella- le digo apenada.

-Que tal que los haya encontrado Valeria o Burbuja- pregunta papá. -No he podido sacarle lo de los senos grandes o la cigüeña- dice papá.

-Yo ya he hablado con ella- le digo. -Hemos hablado con ella- nos señalo. -Es una niña pequeña, se le olvidará rápido- le digo tranquilamente.

-Espero no escucharlos ni verlos nunca más haciendo algo como ello- dice papá.

-Vale papá, no ruidos, ni imágenes. No está en mis panes un bebé- le digo y lo abrazo. -Te quiero mucho papá- lo abrazo. -Siempre serás el número uno- le digo y me da un beso en la cabeza...

Dentro del BarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora